“Al final, sólo se tiene lo que se ha dado”

El 15 de marzo del año 1997, nacía en las páginas del diario Crónica, la columna semanal “Una Mirada Interna”, respondiendo al deseo de compartir mi mirada con quien tuviera interés en hacerlo, invitando a reflexionar sobre lo que nos sucede y cuánto tenemos que ver, cada uno de nosotros, en ello. Hoy, 26 años después, la columna, en su cumpleaños, se despide de las páginas del diario.

Ha corrido mucha agua bajo el puente de los sucesos cotidianos; la sociedad ha sido sacudida, una y otra vez, por los vaivenes de la existencia humana y todo lo que lleva su acontecer inevitable con el hombre, siempre como hacedor incuestionable de su devenir.

La situación social, humanamente hablando, en cuanto a hechos y consecuencias, no ha sufrido cambios significativos; salvo los leves e intrascendentes matices que cada quien pueda pintar desde su óptica singular.

La degradación del hombre ha sido puesta una y otra vez, sobre la mesa comunitaria para quien quiera verla.

Los pilares sobre los que se asienta una sociedad: salud, trabajo y educación, han sido demolidos sistemáticamente y la obra continúa su avance. El alma rectora de todo y de todos: el cumplimiento de las leyes, se encuentra desaparecida pese al alarido desesperado del pueblo que clama por ella a toda hora y en todo lugar al grito visceral y unánime de “Justicia…”

“Nada nuevo bajo el sol” a lo largo de todos estos años en el desmoronamiento incuestionable de lo que da sentido a la vida y trascendencia al hombre.

Los tiempos de despedida los son también de análisis retrospectivo, justipreciándolos.

¡Cuántas “miradas” propias, cincelando con su aporte singular el arcoíris de tonos comunitarios, ensamblándose a ellos como un aporte a su diversidad, “apropiándome” del sentir de los grandes pensadores de la humanidad para iluminar y acompañar mi trabajo, con sus frases y pensamientos…!

El poema de Antonio Machado me permite habitarlo fugazmente para recostarme en algunas de sus frases contemplando el camino andado.

“Caminante no hay camino, se hace camino al andar…” Y el camino del encuentro con la comunidad se fue haciendo gracias al espacio otorgado por el diario Crónica, donde nunca se cuestionó, ni se quitó un punto ni una coma, a las columnas presentadas.

“Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar…” Sin embargo, como la significancia no está en pasar, sino en lo que dejamos a nuestro paso al hacerlo, ésta columna semanal ofreció un espacio singular, un punto de encuentro necesario, haciendo la pausa reflexiva para proponernos preguntas que traten de sacudirnos la modorra y el acostumbramiento con que nos anestesia la sociedad de consumo; y hurgar en nuestro interior buscando las respuestas que nos movilicen en el camino hacia el cambio necesario.

“Golpe a golpe, verso a verso…” los lectores fueron acompañando este espacio a lo largo de los 26 años, semanalmente, en cuyo trayecto muchos sumaron sus presencias con cálidos mensajes y, en alguna circunstancia, pudo construirse un vínculo, teniendo como eje central a la columna, con lazos meritorios muy semejantes a la amistad.

Sólo me resta atesorar en la mochila de los sueños cumplidos, la experiencia que estos 26 años me han dejado y retribuir con un sincero y profundo GRACIAS, al diario “Crónica” y a todos los lectores que me acompañaron en éste camino.

“Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino, sino estelas en la mar…”