Cuando el Chenque se acordó de caminar

Es la madrugada del domingo 12 de febrero de 1995 y, a esa hora, los pocos automovilistas que circulan desde el Centro hacia Km.3 o viceversa, serán testigos privilegiados de un acontecimiento que bien podría costarles la vida: sobre las 3 de la mañana, una gran masa del cerro Chenque se desplaza en dirección a la costa, destruyendo con la fuerza de un terremoto el asfalto de la ruta 3, a lo largo de 1.000 metros, corriéndose la calzada a varios metros de su ubicación original.

Ante la magnitud del daño, la ciudad se conmueve por lo sucedido y por lo que pudo ser, en caso de ocurrir a una hora de mayor intensidad de tránsito, o si los pocos vehículos que circulaban a esa hora no hubieran terminado de pasar antes de iniciarse el violento derrumbe.

La ciudad se halla así partida en dos, quedando cortada la comunicación con la zona Norte, por lo que por varias semanas no hay otra vía que el camino alternativo del Mirador, o el que pasa por detrás de la vieja antena de Y.P.F.

Funcionarios de Vialidad Nacional y Provincial llegan a la ciudad y hacen evaluaciones, el país dirige su atención durante algunas horas a lo ocurrido y a las pocas semanas un informe geológico da cuenta de las principales causas del fenómeno: la mano del hombre, que modificó el talud original del cerro en sucesivas ocasiones (1), a fin de acondicionar la traza de la ruta 3, se ha combinado con una falla natural del terreno (2), que por sus características arcillosas reacciona con permanentes resquebrajamientos al absorber humedad (3).

Los trabajos de limpieza y remoción de escombros llevan varias semanas, por lo que la ciudad sufre un trastorno aún más grave que el de 1969, cuando se produjo un desplazamiento similar que afectó la misma zona del Infiernillo y varios sectores de Km.3. Los memoriosos recuerdan entonces que en 1962 hubo un proyecto japonés para desmontar completamente el cerro.

Como solución “provisoria”, se traza un nuevo camino al Este de la traza original, para lo cual se produce un gran movimiento de suelo, rellenando la zona con 400.000 metros cúbicos, para pavimentar un sector que se aleja más del cerro. La solución, encarada por Vialidad Provincial y el Municipio, recibe críticas, por el costo y porque en realidad no solucionará un eventual nuevo desplazamiento: el tránsito sigue circulando por el “tramo crítico” en el que se concentró la falla.

A la espera de una solución definitiva

Solucionada la emergencia y con el Chenque dispuesto a esperar algunos años antes de su próximo sacudón (ya que los estudios geológicos no descartan nuevos desplazamientos), Vialidad Nacional y Provincial, conjuntamente con el Municipio, han encomendado a la Facultad de Ingeniería de la U.N.P.S.J.B un estudio sobre la solución más
conveniente al problema. El 23 de febrero de 2001, cuando la ciudad cumpla el centenario de su fundación, el proyecto será presentado: comprende la modificación integral de la ruta 3, en un tramo de 22 kilómetros, incluyendo la construcción de un viaducto de 2.000 metros de longitud, construido sobre pilotes hincados en el mar, a 28 metros de altura en su parte máxima.

La obra tiene un costo total estimado en 70 millones de dólares, mientras que Nación ha anunciado el aporte de 50 millones para dar solución al problema. A comienzos de 2001, algunas opiniones piden adecuaciones al proyecto, por los problemas de desembocadura en la zona portuaria y la vinculación del tránsito vehicular con la zona céntrica. Se han elevado algunas opiniones en contra del viaducto, proponiendo la alternativa de un relleno en la zona de la costanera.

Extraído del libro "Crónicas del Centenario" editado por Diario Crónica en febrero de 2001.