Un premio al esfuerzo y un castigo al que no lo cerró

Nada mejor que un gol tempranero para mostrar las intenciones. Y así lo entendió Huracán que dejó claro el propósito de su excursión a Kilómetro Ocho. Apenas se cumplieron 3 minutos cuando el Globo dio señales de eficacia: un ataque rápido complicó en frío, un retroceso defensivo local. Sáez remató sobre la salida del arquero Cruz y rebote mediante, la jugada derivó en Zair Gallardo quien terminó tocando a la red en medio de la confusión.

Petroquímica se sorprendió por la desventaja, pero se reconstruyó casi con la misma rapidez del 0- 1. Asomó Salazar, la gambeta de Acosta y la presencia siempre intimidante de Lasso. Justamente “Popy” tuvo la más clara para empardar. Un pase lineal de Acosta lo dejó en situación inmejorable, con un amague se liberó de la marca y fue el arquero Nicolás Soto quien primerió con el achique.

El partido se trabó, los espacios se achicaron y el juego cobró intensidad. El Globo, atento para el lanzamiento en contragolpe comenzó a apelar al oficio de Abregú y al momento de Lautaro Sáez y enfrente la fórmula pasó por profundizar las bandas, buscando utilizar el terreno en su extensión aún en inferioridad por la doble amarilla sufrida por Muscillo.

De un tiro libre propio, Petroquímica sufrió el segundo. Una corrida profunda de Facundo Araya en modo velocista llegó al extremo y tras una maniobra de disuasión, Abregú conectó de zurda en el área chica. El local se fue al descanso sintiendo al descuento como un incentivo. Julián Bahamonde “pescó” un rebote y ejecutó fuerte y abajo para comenzar a darle forma a la recuperación.

El complemento mostró lo mejor del partido. Petroquímica obligado a redoblar el esfuerzo, buscó variantes en el banco y se aferró a todos sus recursos. Lo tuvo Acosta en el medio del adelantamiento que propuso el Verde y Abregú - cada vez más determinante- dispuso de otra opción, asistido por Riggel, tapado por la reacción del arquero Cruz.

Petroquímica jugó su carta ganadora para empatar. Un tiro libre de Loncón, obligó al arquero a un esfuerzo extra para sacarla del ángulo, pero a la vez, habilitar el cabezazo oportunista de Jorge Lasso.

El final fue de ida y vuelta, con los dos expuestos a ganar y perderlo todo. Inclusive el ingreso Areco estuvo a una decisión de ganarlo y de romper esa delgada línea de equilibrio. A Petroquímica se lo pone en valor por el jugador menos, el esfuerzo de la doble competencia y la decisión de buscarlo siempre quedando para Huracán, el aprendizaje de no resolverlo cuando quizás debió hacerlo.