El caso de unas fotos que vincularían al subjefe de Policía con “un narco”, que terminó en una querella

Trelew (Agencia) En el curso de esta semana se conocería el veredicto del juez Marcelo Nieto Di Biasse sobre la querella que el subjefe de la policía provincial Néstor “El Tero” Gómez Ocampo le hizo al propietario del sitio web Cholila Online, acusándolo de haberlo calumniado e injuriado en unas publicaciones en las que se lo cuestiona por su supuesta relación con un narcotraficante, actualmente condenado a 9 años de prisión, con el que aparece en unas fotografías tras un asado y en otras circunstancias que serían poco claras.

El fallo de Nieto Di Biasse llegará luego de que en el juicio que se celebró la semana pasada en la Oficina Judicial de Rawson, el abogado de Darío Fernández; el doctor Gastón Bordier, pusiera en crisis la querella de Gómez Ocampo al demostrarle al magistrado que estaba cimentada en gruesos errores, variadas incongruencias y hasta en mentiras.

Asimismo, Bordier, antes de comenzar su detallada alocución anticipó que “sea cual fuese” el resultado de la querella iría contra el juez de Garantías Fabio Monti, en una presentación que haría en el Consejo de la Magistratura pidiéndole “el jury”, por haber permitido que el caso llegara a juicio con las terribles deficiencias que el letrado terminó denunciando después, durante su alegato.

En esa alocución, que duró aproximadamente una hora, Bordier no solo citó jurisprudencia con la que -literalmente- destruyó la acusación contra su cliente; sino que dejó varias veces “mal parado” a Sebastián Castro, el abogado de Gómez Ocampo, a quien en dos o tres ocasiones le atribuyó haber “actuado de mala fe”, al poner en evidencia que había mentido tratando de fundamentar la querella contra el periodista Darío Fernández y que en los textos bajo análisis había inventado frases o que las había sacado de contexto.

Incluso, Bordier logró que el juez desistiera de escuchar a los testigos que la querella de Gómez Ocampo había convocado para que fueran a hablar bien de él, entre ellos un fiscal de Puerto Madryn, expolicía y amigo de Gómez Ocampo, y hasta les puso en duda que el autor de las tres publicaciones que originaron la demanda haya sido Darío Fernández.

Todo esto comenzó con la difusión de unas fotografías en las que se lo ve al actual subjefe de la policía del Chubut junto a Omar “El Cura” Segundo, un exempresario pesquero que fue condenado a 9 años de cárcel por intentar mandar en un barco desde Puerto Madryn a España más de 100 kilos de cocaína, disimulados en cajas de langostino. De ahí a que el caso fue bautizado “Langostino santo”.

Fue hace casi diez años, Gómez Ocampo nunca aclaró qué relación tenía con “El Cura” Segundo y desde el sitio web de Darío Fernández salieron a cuestionarlo duramente, teniendo en cuenta que la ley policial es clara y contundente con aquellos miembros de la fuerza que tienen vinculación amistosa, o no, con delincuentes o perseguidos por la Justicia, al sentenciarlos directamente a la expulsión de la institución. Si esto hubiera sido así, en el caso de Gómez Ocampo; él nunca debería haber sido subjefe de la policía del Chubut.

La polémica se intensificó aún más cuando Massoni, el ministro de Seguridad de Chubut, quiso nombrarlo como jefe de una agencia provincial que lucharía contra el narcotráfico, ignorando o restándole importancia a lo de las fotos con “El Cura” Segundo.

Aún hoy Néstor Gómez Ocampo sigue esquivando explicaciones con respecto a los vínculos que lo acercan al narcotraficante condenado por la Justicia Federal y que han quedado en evidencia en esas fotografías.

En el juicio de la querella que le hizo al propietario del sitio Cholila Online, al hablar ante el juez Nieto Di Biasse, dijo textualmente: “En mi vida lo traté, en mi vida lo conocí; sí, lo investigué y le hice allanamientos cuando trabajaba de jefe de Investigaciones en Puerto Madryn, pero no existe, ni existió, algún vínculo con esta persona”, reiteró, refiriéndose a Omar “El Cura” Segundo, la persona con la que ha aparecido fotografiado no una, sino varias ocasiones y en distintas circunstancias. Hasta en asados.

Gómez Ocampo, en ese sentido, habló de hostigamiento, difamación. De que le endilgan una “falsa amistad, una falsa relación” con “El Cura” Segundo”, pero siempre se guarda la explicación del porqué de esas reuniones de camaradería en donde aparece fotografiado con el exempresario pesquero condenado en una causa como traficante de cocaína.

Ahora, el juez Nieto Di Biasse tiene la última palabra; en un caso en el que se ha puesto a debate la importancia de la libertad de prensa en una sociedad democrática y la diferencia en ese contexto entre ser un ciudadano común y un funcionario público expuesto a las críticas del periodismo, que no se casa con nadie.

El fallo del magistrado podría estar listo entre hoy y el jueves y si el subjefe de policía pierde la querella no solo se debería complicar su continuidad en la plana mayor de la institución sino que además quedaría expuesto a que lo denuncien penalmente.