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Las Piedras, pa’ bailar

lunes 26 de abril de 2021
Las Piedras, pa’ bailar
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Recostados en lo que denominan Cumbia Psicodélica, la banda comodorense se dispone a presentar su trabajo logrado en México, el sucesor de su cassette homónimo, en el que brilla “Tropical Moon” (Luna Tropical). No pierden tiempo y ya sonaron en KEXP, radioemisora de Seattle, EE.UU.





(Por Marcelo Melo) Elenco de jóvenes rockeros, que derrumban fronteras y pisan otros géneros disímiles, como el que denominan Cumbia Psicodélica (su arte de tapa engancha perfectamente, con el que promovieron los británicos Pink Floyd), Las Piedras es una de las bandas más promisorias en el rock de nuestro país. Canciones de su cassette homónimo, editado el año pasado, llamaron la atención inmediatamente, en radios y periodistas de renombre nacional, como la porteña Rock & Pop -en el programa “El Bombardeo” de Marcelo Martínez- y en diversos programas, que conduce el prestigioso periodista del género: Alfredo Rosso, en las FM Nacional y Radio Uba (Universidad de Buenos Aires). Además de ser reseñados en el Suplemento No, del diario Página/12.

El poder de sus canciones también ganó espacio en México, en Radio Mandinga (Uruguay) y en la prestigiosa emisora KEXP, de Seattle, Estados Unidos, en “El Sonido Radio”, programa difusor en idioma español.

Lejos de amedrentarse por el estado actual de la realidad pandémica, Las Piedras alumbró el primer adelanto, de lo que será su próximo trabajo, éste en formato CD, el que titularon “Tuko”, una canción que invita “al baile en tiempos de desesperanza llamada ‘Tropical Moon’, que remite justamente a una noche de Luna con toques tropicales rodeada de misterios y calaveras que mueven sus huesos al ritmo de un hipnótico y psicodélico sonido”, como definen, grabada en Febrero, en el circuito “El Infiernillo”, mezclada y masterizada por Eme y Ber Rodríguez, para “El Corral Estudio”, en México.

La banda está formada por David Luna (voz y guitarra), Leonardo Herrera (bajo y coros), Alejandro Sequeira (percusión y teclados), Lucas David (batería y percusión) y Esteban Rodríguez (guitarra). “Surgimos en 2017. Somos una banda en constante búsqueda. Si bien hay una base en lo lírico y en lo estructural, siempre estamos buscando cosas nuevas, no quedarnos en un solo género y ser más abiertos musicalmente. El aporte de cada uno de los integrantes es fundamental para que esto sea así, y enriquecer nuestro sonido, lo que brinda -como resultado- una banda muy amplia en cuanto a ritmos y sonidos” sintetizan.  Y agregan: “Nuestro primer disco salió el 11 de Abril del 2020, musicalmente conecta con los paisajes patagónicos y mezcla psicodelia, rock alternativo y afrobeat. Cuenta con la participación de los músicos Shaman Herrera, El Nene Schneider y Titín Naves”



¿Cómo se fue formando la banda?

Ale: El origen de Las Piedras se remonta a varios años atrás. Se dio cuando David y yo nos juntábamos a trabajar sobre varias canciones que él tenía, pero sin ningún objetivo concreto. Eran simples juntadas para tocar un rato, escuchar música y explorar en otros géneros fuera del rock. En paralelo, ambos teníamos distintos proyectos musicales. Hasta que, en 2017, creímos que esas composiciones funcionarían bien, en formato banda. Y fue ahí, que empezamos a buscar músicos y ensayar, ahí nació Las Piedras.

Al principio era un sonido más rockero, rozando lo “stoner” (​género fusión de la música rock, que combina elementos del heavy metal y/o doom metal, con rock psicodélico y ácido). El nombre hace referencia al consumo de cannabis. Usa tempos de lentos a medios, y presenta un sonido de bajo fuertemente distorsionado y cargado de un pesado Groove (rítmica de la banda). En 2018 publicamos el primer simple, que se titula “Donde duermen los perros”. En 2019, lanzamos nuestro segundo single, “Bailan Los Muertos” y el año pasado editamos nuestro primer disco homónimo, con el que empezamos a salir del rock, para abarcar más ritmos y géneros, hasta hoy, presentando el simple “Tropical Moon”, en ritmo de cumbia psicodélica.

David: Si, fueron muchas tardes de escuchar música y, luego, darle forma a algunas canciones, las que daban vueltas en mi cabeza. En un principio, sólo íbamos a grabar algo entre los dos, dejarlo registrado en un disco o Ep, pero finalmente pasó lo que dijo Ale.

Profundicen sobre el ritmo que los incentiva a tocar, que les brinda energías arriba de un escenario...

David: Me gusta mucho el rock de los ´70, el Afrobeat, ritmo africano, la cumbia chicha de Perú, la cumbia Latinoamericana, sobretodo. El trance de mezclar estos géneros, arriba de un escenario o ensayando, es como estar bailando y celebrando alrededor de un fuego.

Ale: Nuestro incentivo -desde el comienzo- fue la búsqueda constante de sonidos, ritmos y no encajarnos en un solo género. El aporte musical de cada integrante es fundamental para ello. Todos los integrantes somos muy abiertos, y aportamos nuestra propia visión, con las influencias de cada uno. Cuando componemos, lo hacemos a partir de imágenes, desde ahí buscamos sonidos que se adapten mejor a ello y, como resultado, nos brinda una banda bastante amplia, en cuanto a estilos musicales, pero siempre manteniendo un hilo conductor en estructura y sonido.

Por ejemplo, en nuestro primer disco tenemos una canción que se titula “Los Altares”, en referencia al pueblo ubicado en el centro provincial. Y nos imaginábamos yendo por la ruta 25, con todo ese paisaje, con eso fuimos componiendo y plasmando esa imagen con nuestra música.

 

¿Cómo son los encuentros con el público? ¿Cómo los dibujarían con el ritmo dentro?, apoderándose de ellos...

Ale: La sensación del público, al ver a la banda actuar, varía según las canciones. Hay algunas más potentes, otras para bailar y moverse un poco, y otras para parar, escuchar y disfrutar.

David: Un amigo me contaba que, cuando nos veía en los recitales, cerraba los ojos y disfrutaba el viaje. Creo que algo así, debe pasar en el público.



¿Qué artistas los incentivaron a seguir sus caminos, búsquedas, ritmos y cadencias?

David: Los primeros recitales, que vi en Comodoro, fueron de las bandas Intoxicados y Los Piojos. Rescato mucho esa influencia, de Pity Álvarez, eso de coquetear con varios géneros. Así también: la percusión de los primeros discos de Los Piojos (banda creada y liderada por Andrés Ciro Martínez). También, en el underground, me gustaba –mucho- ir a presenciar recitales de Shaman Herrera, El Mató a un Policía Motorizado, La Patrulla Espacial, entre otros. Casualmente, todos los integrantes de Las Piedras, íbamos a los recitales de las bandas que te nombré, y no nos conocíamos en esos tiempos.

Ahora, tuvimos una conexión con la cumbia, que fue un ritmo que mamamos todos, de chiquitos, en fiestas familiares. Es algo que está en nuestro ADN, y no podemos negar.  Como ese “meme” (texto, imagen, vídeo u otro elemento que se difunde rápidamente por internet, y que a menudo se modifica con fines humorísticos, que está dando vueltas en las redes sociales) en el que hay un niño durmiendo en dos sillas, sin problema alguno, mientras sus progenitores bailan, con la música a todo volumen.  Ese tipo de experiencias, nos ocurrió a todos en Argentina y Latinoamérica. Así que, nos gustó volver a entregarnos a esa cadencia, de baile infernal.

Ale: Como banda, las influencias personales aportan, y enriquecen, nuestro sonido. Y estamos, constantemente, escuchando nueva música, para crecer y desarrollar nuestra visión. En el último tiempo, nos abrimos a la cumbia de México, Colombia y Perú. Pero, en general, estamos siempre buscando nuevas músicas. Y no solo eso, sino también, a partir de fotos, películas y demás.

 

¿Cómo analizan la movida comodorense, con y sin virus COVID? ¿Que rescatan de sus comienzos?, que hoy la pandemia influye y tira para atrás…

Ale:  Veo nuevas propuestas. Un recambio, que me parece muy bueno. Se percibe cierta intención, el panorama musical está abriéndose, con estilos diferentes, que antes no veíamos, o no se exponían tanto. Desde nuestros comienzos, rescatamos un hecho: nunca haber tocado solos. Que la propuesta –siempre- sea en un acontecimiento con varias bandas, e incluso, con artistas fuera de lo musical, como fotógrafos, artistas plásticos y poesía. En la actualidad, la situación epidemiológica quita -un poco- el atractivo a tocar en vivo, estamos obligados a permanecer más distantes y más quietos. Esperamos que pase rápido, para poder disfrutar un concierto al 100%, de todo aquello que un recital genera.

David: Está en su mejor momento. Hay músicos que están apostando a crecer e invertir en sonar bien. Antes, el sonido era de “demo” (acortamiento de demonstration, ‘demostración’: muestra de una grabación musical o de un programa informático con fines promocionales o publicitarios). Y, por suerte, la música local se está alejando de ese sonido. Cuando tocábamos, antes de la pandemia, organizábamos festivales, con bandas con las que nos sentimos identificados: Los Bams, Gaby Caniza, Enzo Antoniazzi, Polen, Timoteo y su granja de hormigas, etc.

La pandemia nos sirvió para parar la pelota, y aprovechar para estudiar -aún más- nuestro instrumento. También empezamos a producir nuestra música, en sala de ensayo propia. En particular, me gusta que la gente baile y disfrute lo que producimos.  Quizás, es por eso que aún no tocamos. Veremos en el futuro.

 

Si tuvieran que describir y presentar “Tropical Moon” (disponible ya en las plataformas digitales), ¿sobre qué concepto estamos hablando?, en el concierto de ritmos e intenciones de los músicos integrantes…

Ale: El último simple, que presentamos, se titula “Tropical Moon”. Con este trabajo, nos acercamos a la cumbia. Siempre manteniendo las características sonoras de la banda: la psicodelia y el misterio. Se trata de una canción simple, con un mensaje conciso y esperanzador, música que invita a bailar, aún en estos tiempos difíciles. Fue compuesto y producido por la banda, mezclada y masterizada en Ciudad de México, por Ber y Eme Rodriguez, dos músicos de ese origen, que nos ayudaron a trabajar en este proyecto, y definir el sonido final que deseábamos obtener.

David: Es el primer adelanto de nuestro próximo material, que titulamos “Tuko”. Trata de una cumbia psicodélica, en la que unimos el mundo de Monterrey  -norte de México- con su cumbia rebajada y el que rodea la titulada cumbia gede, surgida en la crisis de 2001, en Argentina. Siempre con una letra esperanzadora de que algo bueno vendrá.

 

¿Qué referentes, de nuestra ciudad, tienen como norte?... en cuanto a cómo hacer las cosas, tocar, encuentro con el público, etc.

David: La suma de experiencias que tuvimos cada uno, en diferentes proyectos de la ciudad, hizo que tengamos nuestro norte: una suma de personalidades, en la que cada uno pone lo suyo y comparte, en este proyecto. Estuvimos exprimiendo todo el mundo digital, movimos nuestra música por todos lados. Tan así fue, que en Enero de este año, nuestro single anterior, sonó en KEXP: emisora de radio de Seattle, Washington.

Ale: No tenemos una referencia definida, pero nos gusta disfrutar bandas independientes, tanto de Argentina como de otros países, para conocer cómo se manejan en el escenario, en cuanto a difusión, formas de promoverse y demás.



Sobre un notable aporte

“Para nuestro primer disco contamos con la participación de Titín Naves en una canción que se llama ‘Alucinados’, que fue producido por Werner Schneider (La Patrulla Espacial). Y decidimos invitar a cantar a Titín Naves, gran referente del rock local.  Veníamos de compartir dos fechas con él, pegamos mucha buena onda y se dio todo naturalmente” describieron sobre el brillante aporte del cantante y fundador de los históricos 113 Vicios.

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