Comarca andina: delegación del Deán Funes llegó hasta la zona de desastre causada por el fuego
La gran participación de la comunidad educativa y de otros vecinos convocados por la campaña solidaria realizada por el colegio Deán Funes en favor de las víctimas del terrible incendio que soportaron diferentes localidades de la Comarca Andina, concluyó -al menos en una primera etapa- con la entrega directa de todo lo recaudado, a través de una delegación del mismo establecimiento, encabezada por su director Andrés Quezada.
La cantidad y diversidad de elementos recepcionados, alimentos no perecederos, utensilios de cocina, algunas herramientas y alimentos para mascotas, entre otros, demandó la utilización de tres camionetas y un grupo de personas entre docentes y directivos del colegio, además de integrantes del batallón de veteranos exploradores que se sumaron a la campaña.
Quezada destacó que, teniendo en cuenta los centros de acopio establecidos, el grupo decidió recorrer la zona y entregar los elementos en la vecinal Catarata Norte -en la zona de Las Golondrinas- y directamente a la gente que se encontraba trabajando en los terrenos donde estuvieron sus viviendas, espacios arrasados tras el fuego pero, que los pobladores no quieren abandonar por temor a las usurpaciones.
En la conversación con los vecinos, tremendamente agradecidos por el auxilio solidario, destacan que además del temor por dejar sus predios, crece la angustia por las próximas lluvias que siempre son importantes en esta época del año y comienzo del invierno, porque el caudal de agua puede provocar desplazamientos por las laderas de los cerros en los que no ha quedado nada.
Habiendo observado el desastre causado por el fuego y las necesidades reales, el directivo señaló que “luego de presenciar unas clases dictada por docentes voluntarias a un grupo de alumnos bajo un árbol, a la intemperie total, volvimos manejando la posibilidad de realizar una segunda campaña pero, esta vez direccionada.
Es decir, aportando nuestro trabajo para realizar algunos muebles y ver la posibilidad de conseguir algunas computadoras para armar un aula informática y aportar un granito más de arena, que refuerce el tremendo espíritu de recuperación que existe entre aquellos golpeados pobladores”.
