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Otra dura historia de lucha contra la atención de las obras sociales

viernes 26 de febrero de 2021
Otra dura historia de lucha contra la atención de las obras sociales
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Con una situación clínico-médica agravada por la pandemia -las distancias y los protocolos que abortaron viajes y controles u obligaron a cuarentenas preventivas que impidieron otras atenciones- la familia Zalazar-Avendaño, de Río Mayo, enfrenta una dura lucha por sostener y mejorar la calidad de vida de su pequeño bebé, diagnosticado con Síndrome de West, y las demoras de cobertura o de reintegros de una obra social que hasta el momento sigue indiferente anta la delicada situación.

Los jóvenes padres de Gian Lucas -nacido en mayo pasado en Comodoro Rivadavia- y su otra pequeña de solo 3 años de edad, han obtenido el auxilio del personal de Clínica del Valle, de familiares y de amigos que han aportado de diferentes maneras para apoyar la lucha diaria que -desde hace nueve meses- con diferentes problemas secundarios enfrenta la familia del pequeño, mientras el Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas (IOSFA) mantiene la demora de atenciones que le corresponden a un pequeño con una discapacidad acreditada profesionalmente.

Luciana Zalazar y Paul Avendaño son los papás de Gian Lucas y quienes han debido costear terapias, rehabilitaciones, viajes en taxi desde Río Mayo a Comodoro -porque la pandemia no permitía otras maneras de traslados- y hasta pasajes a Buenos Aires, donde lograron atención en el Hospital Garrahan sin que la obra social reintegre los costos que suman más de 300.000 pesos y pese a que han pasado nueve meses desde que se comenzó la dura historia familiar.

Mientras tanto, Gian Lucas sigue luchando por su vida con el apoyo especial de su familia y el acompañamiento de un grupo de amigos y vecinos que no abandonan la intención de mejorar su calidad de vida. Luciana y Paul van aprendiendo lo que son las consecuencias del síndrome y las terapias posibles van soportando el desgate físico o el endeudamiento por el pequeño “pese a que una obra social te descuenta, no importa el grado que tengas, sistemáticamente todos los meses, aun si no la usás” pero no entiende los tiempos y la necesidad de concretar los prometidos reintegros, aún con una cautelar del Juzgado Federal, señala Luciana.

Más allá de la situación personal, delicada y costosa “luego de pagar meses y meses las terapias sin que nos devuelvan la plata de nada, ni terapias, ni taxis, ni consultas con neurólogos infantiles, ni viajes, ni gastos en la ciudad”, los papás de Gian Lucas destacan que, de manera general, “solo pedimos a las obras sociales que se respeten los derechos de nuestros hijos con discapacidad y cualquier otra situación de una persona que atraviesa problemas de salud”.

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