La olla solidaria de Jorge Newbery regaló mil panes dulces

Donaron a los comedores, otros los retiraron en el club y también salieron a repartir a la avenida Rivadavia a los vecinos que se encontraban haciendo las compras navideñas.

El grupo que organiza la olla solidaria del Club Jorge Newbery realizó el miércoles la donación de mil panes dulces a los vecinos. Algunos fueron retirados en el mismo club, otros fueron entregados a comedores y otros se regalaron en la avenida Rivadavia a los transeúntes que se encontraban haciendo las compras navideñas. En la jornada de hoy continuarán con las donaciones.

La olla solidaria se realiza todos l os sábados en instalaciones del club, donde los voluntarios cocinan alrededor de mil porciones cada semana, ahora hicieron un receso por las fiestas y volverán con la actividad el 8 de enero.

Homenaje a Luisa Cedrón

Estas acciones fueron impulsadas por Luisa Cedrón quien falleció al contraer Covid-19, así como sus hijos y hermanos organizaron el martes el pesebre viviente en el San Cayetano, el miércoles sus compañeros del club también siguieron sus pasos en la labor solidaria.

“Luisa Cedrón fue la que inició esto, entonces nosotros quisimos que se cumpla lo mismo, a pesar que ella no está que esto siga” comentó a Crónica Natalia Haro y agregó que “todos los que colaboran son chicos del club y para hacer los panes dulces nos ayudó mucha gente”, ya que muchas personas llevaron donaciones de ingredientes y la panadería El Artesano estuvo a cargo de la elaboración. Con respecto a los panaderos Haro destacó: “Estamos agradecidos porque fue todo un trabajo, son mil panes, el domingo vinieron a buscar las cosas y ese día que había terrible calor se dedicaron a hacer los panes, y después nosotros nos dedicamos a envolver”.

Olla solidaria

Durante la mitad del año funcionó la olla solidaria; “esto empezó con la pandemia a fines de abril, todos los sábados estamos haciendo la olla con esfuerzo, cuidándonos. Tuvimos la recaída cuando perdimos a Luisa, pero esto se logró y eso es lo importante” valoró Haro con respecto al trabajo que llevan adelante.

“Los viernes nos juntamos a picar todas las cosas, hacemos 700 viandas, 1.000, la máxima que hicimos con Luisa fueron 5.000 cuando hicimos pollo al disco, esa vez vinimos a las 4 de la mañana a arrancar a cocinar” recuerda.

Asimismo expresó que está “agradecida de la gente que formó Luisa y porque es una constancia, todos dejan su casa y su familia, no son un par de horas sino que es un trabajo, acá nadie cobra sueldos es todo por voluntad, eso es lo que a uno lo llena. Te pasás horas acá pero es gratificante ver cómo ayudás a la gente”.

Quienes quieran colaborar con la actividad solidaria, pueden acercarse al club los viernes que es el día que cocinan.