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Decepción de los voluntarios de los testeos de la vacuna Pfizer ante el atraso de la llegada de las dosis al país

jueves 17 de diciembre de 2020
Decepción de los voluntarios de los testeos de la vacuna Pfizer ante el atraso de la llegada de las dosis al país

Desde principios de agosto unos 6.000 voluntarios argentinos participan en un ensayo clínico para evaluar la seguridad y eficacia de la vacuna de Pfizer y Biontech contra el coronavirus.

Este ensayo llevado a cabo en el Hospital Militar dejaba al país a la expectativa de ser el primero en recibir las dosis en cuanto estuviesen disponibles. Sin embargo, Argentina aún no logró cerrar un acuerdo para obtener las dosis de Pfizer.

Este martes, el ministro de Salud de la Nación, Ginés González García, aseguró que las negociaciones se trabaron porque desde la empresa pidieron "condiciones inaceptables". Esta incertidumbre puede provocar que los voluntarios no sean vacunados antes de fin de año como les habían prometido.

Testimonios de los voluntarios


En diálogo con Clarín, la locutora María Isabel Sánchez decidió participar en el programa para “ayudar a que la gente se animara”. Pero ahora dice sentir “desilusión, tristeza y enojo”

“Todos los que hicimos esto lo hicimos para que la Argentina tenga la oportunidad de tener las vacunas lo antes posible. Y ahora resulta que no”, comenta Sánchez.

“Entonces uno siente que todo fue un poco inútil. Que el país se haya prestado y que 6.000 personas se hayan prestado al testeo sin saber los resultados, y que ahora la vacuna no esté para nosotros, es terrible”, completa la locutora.

Por su parte, el abogado Alberto Domínguez dice estar “decepcionado” porque –según sostiene- los argentinos que participaron en el ensayo clínico no recibieron felicitaciones de ninguna autoridad nacional, provincial, e incluso tuvieron “indiferencia de parte de la sociedad”.

“En otros países aplaudieron a los que se están poniendo la vacuna, pero a los voluntarios nadie nos aplaudió ni felicitó. Y sin voluntarios no hubiera habido vacuna”, comenta quien tiene 60 años, sufre de asma, y aun así decidió someterse a la prueba. O, en sus propias palabras, ser un “conejillo de indias”.

El abogado cree que “el Gobierno argentino coqueteó con Rusia, con AstraZeneca y no le dio bola a la vacuna de Pfizer” y que, por lo tanto, “ahora tiene que andar mendigándola”.

De todos modos, Domínguez no pierde la esperanza. “La vacuna (de Pfizer) la van a dar. Tarde o temprano va a llegar a la Argentina. Pero no va a llegar ahora”, pronostica.

Otra voluntaria de 72 años, Graciela decidió someterse a la prueba, a pesar de las dudas de su hija y la negativa de su nieta mayor. Habló con Clarín en varias etapas de este proceso y siempre se mostró optimista, sin embargo ahora su sensación es otra.

“Estoy con incertidumbre y por momentos enojada. No puede ser que nos digan que va a venir la vacuna y no viene”, indica con voz firme. Y así continúa: “Yo no le tengo confianza a la vacuna rusa. Me da pena por la gente que está con ansiedad y ahora vienen a decirle que no hay aviones (para traerla)”, señala en referencia a las declaraciones del ministro sobre las dificultades con el traslado aéreo.

Consultada por la situación particular de la vacuna de Pfizer, Graciela la pone en la misma balanza. “Si no hay plata, no va a venir ninguna vacuna a la Argentina”, analiza y se queja de la actitud del Gobierno: “Esto es una risa”.

“A mí no me molesta ser voluntaria. Yo estoy feliz por lo que hice. No estoy desilusionada con Pfizer, para nada. Pero no sé cómo van a vacunar a la gente. Con qué la van a vacunar. No quiero que sigan ilusionando al pueblo con algo que no van a hacer”, cierra la mujer.

Otro de los voluntarios, Harry, de 66 años, sostiene que “Quisiera que llegue la de Pfizer primero porque yo le puse el cuerpo. Tengo la camiseta puesta, me encariñé con el laboratorio”.

Harry decidió sumarse al ensayo clínico “para aportar algo”, para “poner mi granito de arena”, para “poner el hombro”. Y su experiencia fue positiva: dice que lo trataron muy bien y que solo tuvo una reacción alérgica, aunque la atribuye al hecho de comer huevo.

“Me imaginaba que ya tendría que estar (la vacuna en nuestro país). Pero leí en el diario que pasó algo entre el laboratorio y el Gobierno y entonces no la van a traer por ahora. No sé. Al leer eso me dio un poquito de bronca que no se pongan de acuerdo”, comparte.

De todos modos, asegura “no tener ningún problema” con la vacuna rusa, ya que no le importan las nacionalidades. “Lo que me interesa es la efectividad, que sea buena. Quiero que venga cualquier vacuna y que venga pronto”, cierra el voluntario.

Síntomas


En la primera dosis, la locutora María Isabel Sánchez tuvo una pequeña reacción local en el brazo, de enrojecimiento, calor y dolor. Para la segunda dosis ya le habían avisado que, al ser como un refuerzo, podía provocar más síntomas. De hecho, al día siguiente de aplicársela sufrió dolor corporal y cansancio.

En el caso del abogado, Alberto Domínguez , cuenta que: "Tuve un baile lindo con la segunda dosis que es la más fuerte y me dieron los efectos colaterales que se indican en los formularios de consentimiento. Estaba en la habitación tiritando, me subió un grado y medio la fiebre, tuve picazón, y dolores”, explica.

Situación en otros países


Mientras Argentina no ha podido cerrar un acuerdo con Pfizer para que la vacuna llegue al país, otras naciones ya la están recibiendo o su arribo es inminente. Reino Unido, Estados Unidos y Canadá ya están vacunando; Chile recibirá 10 millones de dosis; México tendrá antes de fin de año las vacunas para inmunizar a las primeras 125 mil personas; la Unión Europea aprobará la vacuna el 21 de diciembre y Alemania anunció que comenzará a aplicarla el 26 de este mes. Fuente: La Voz.

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