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Viento en contra, actitud a favor

sábado 31 de octubre de 2020
Viento en contra, actitud a favor
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El juez de salida alza una bandera roja y pasa por el frente de las seis pilotos. Los motores impacientes retumban la pista. Comienza la carrera. Cinco motos aceleran, menos una. En su debut, Dana comenzó con el pie izquierdo. De hecho, ni siquiera arrancó. La moto se le apagó en plena largada y salió con desventaja.



(Por Facundo Paredes) - Dana Bucemo Henning tiene 22 años, es de Rada Tilly y se crió entre ruedas y pedales. Es la única mujer de la Patagonia que corre en el motociclismo de velocidad. Tiene cuatro carreras y dos podios. La pandemia mundial del coronavirus frenó sus primeros kilómetros, pero, como quedó demostrado, Dana no se lamenta por un desafortunado comienzo.

-¿Qué pasó en la largada de tu debut?


-Nunca habíamos practicado la largada. En realidad, no pretendíamos largarnos a una carrera, pero vimos la oportunidad del Moto 3 Femenil en la que todas íbamos a ser debutantes e íbamos a estar en las mismas condiciones, entonces dijimos “¿por qué no?”. Fuimos directamente, no lo pensamos mucho, nos mandamos. Lo que me pasó en la largada fue que nunca había practicado una y, entre los nervios de la primera carrera, además que éramos varias competidoras, se me paró la moto. Fue un momento en el que dije “tengo dos opciones: me voy de nuevo al box y se culmina mi carrera acá, porque mi viejo no lo iba a soportar, o la arrancaba de nuevo y largaba”. Y así fue, la arranqué y largué de nuevo. Por suerte pude remontar bastante y llegar al tercer puesto. Después de todo, me fue bastante bien (ríe).


-¿Qué sentiste al ver las ruedas traseras de tus rivales?


-Miedo. Me planteé en empezar a pasarlas porque era como una obligación hacia mí misma, no es que alguien me lo imponía, pero tenía que hacer el intento de remontar la carrera y terminar lo mejor posible porque claramente no quería ser la última.

-Y terminaste con un podio en tu debut.


-Y… me acuerdo que mi viejo y mi entrenador estaban abrazándome. Después, cuando terminamos el podio y todo, estábamos en el box y ellos se largaron a llorar. Yo encima soy media fría, pero los veía llorar y me daba emoción verlos así por algo que había logrado.

Aquella carrera, que se llevó a cabo el 21 septiembre de 2019, fue histórica por ser el debut de la categoría femenina (Moto 3 Femenil) de la Federación Bonaerense de Motociclismo (FEBOM). Nahir Caviglia, Mariana Casas y Dana Bucemo completaron el podio en el Autódromo “El Orejano” de Roque Pérez, provincia de Buenos Aires.
Asimismo, Mariana Casas, la competidora que salió segunda, se convirtió en la primera piloto transexual del mundo. Mariana, además, es la primera abogada trans de la Argentina y trabaja en el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo). Los colores de su moto representan a la Federación Argentina LGTB (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans), de la que es activista en defensa de sus derechos.

-¿Es cierto que te enteraste de la carrera por casualidad?


-Sí, a la mayoría les hablaron, diciéndoles que iban a crear la categoría femenina. Yo me enteré por personas que tengo en Facebook, que la habían compartido. Vi la publicación y la mandé al grupo que tenemos con mi viejo y mi entrenador, pero con la intención de mostrarles nada más, no es que pretendía ir directamente. Ponele que para la carrera faltaban no sé si dos o tres semanas, estábamos muy sobre la fecha. Ellos me dijeron vamos, vamos y vamos. Y fuimos.

-¿Alcanzaste a digerir tu debut?


-En el momento dije “una carrera, buenísimo, ya arranco”. Cuando estaba ahí, ya ves todas las motos y a toda la gente… y dije “que miedo, qué hago acá” (ríe).


-¿Con qué ambiente te encontraste en tu primera carrera? Ya que todas estaban debutando.


-Cuando llegué no conocía a nadie, tampoco sabía quiénes eran las que iban a correr. Ahí me di cuenta que era y soy la única que vive a tantos kilómetros, ellas viven más o menos en los alrededores de Buenos Aires, están todas más cerca. Es más, hay algunas que entrenan juntas en los kartódromos y otras ya se conocían o se tenían de vista. Yo era la nuevita. Al principio no hablaba con nadie, pero después me fui integrando y fuimos charlando. Las chicas muy buena onda, nos fuimos ayudando entre todas, estuvo muy bueno. También, el debut de Mariana fue un paso muy grande para el deporte y para su comunidad. Me parece genial.

-¿Así es el clima en el motociclismo en general?


-Tenés de todo, como en todos los deportes. Hay gente que te recibe de buena manera y tenés a quien te mira de lejos. Creo que para todos los deportes aplica lo mismo. Con respecto a las chicas, todas sabemos que nos apoyamos entre nosotras. En la carrera que debutó Mariana nos vinieron a preguntar si nos molestaba que Mariana compita y fue como… ¿por qué nos tendría que molestar? Estábamos todas del mismo lado, eso fue lo bueno. Recuerdo que nos miramos entre nosotras y respondimos qué era esa pregunta. Igualmente, varios pilotos hombres se quejaron de que Mariana corra con nosotras y por eso nos vinieron a preguntar. Ninguna de nosotras nos habíamos quejado.

El equipo de Dana (DB|18 Racing Team) está compuesto por su papá Jorge, de quien heredó la pasión por las motos, por su entrenador Mariano Moyano y por su abuelo, que, aunque no esté presente físicamente, es el motor del grupo. “El 18 es porque mi número favorito es el 8 y el de mi abuelo era el 18, asique decidimos hacerlo en honor a él. No estaba metido en el motociclismo, tampoco llegué a conocerlo, pero mi viejo me dijo que mi abuelo siempre vivía diciendo que quería conocer a sus nietos. El equipo está basado en él, su nombre está anotado y todo”, explica la radatilense.



Si bien desde chica mamó el ambiente, Dana comenzó a entrenar a principios de 2018. Cuando cumplió el primer año de vida, junto a sus padres se mudaron a Neuquén porque Jorge organizaba competencias de motocross en el circuito La Barda, ya que Jorge es el presidente de la Asociación Patagónica de Motociclismo Deportivo (APAMOD). “En el momento que estamos en la carrera no intentamos pensarnos tanto como padre e hija, sino como un equipo. Ahí estamos por algo en común que aspiramos a llegar. Desde un principio, él no quería que yo me meta en el ambiente de las motos, supongo que por una cuestión de miedo de padre o algo así, pero después se emociona y se pone nervioso cuando me ve en una grilla”, cuenta Dana sobre la relación con su padre.

-¿Incursionaste en el motocross?


-Siempre quise correr motocross, fue de lo primero que quise hacer, pero por una cuestión de que era un poco más peligroso que la pista no me dejó mi papá. Me dio la oportunidad de correr en pista, ahora de grande, y bueno, obviamente acepté. Me encantaría correr cross, mi mayor sueño es correr una carrera de cross en el circuito de La Barda, si hay lluvia mejor. A mi papá lo estoy molestando bastante y de a poquito se va a ir ablandando, a veces se enoja, seguramente que en algún momento me va a dejar por lo menos entrenar un ratito.

-¿Qué sentís cuando estás en la moto a toda velocidad?


-Adrenalina. Es como una mezcla, por un lado te sentís libre y por el otro tenés ese miedo de que si cometés un mínimo error te vas al pasto. Realmente es una mezcla de emociones que se te viene toda junta. En el momento no te das cuenta, cuando vas rápido estás tan concentrada que no te da el tiempo para pensar en otras cosas que no sea lo que tenés que hacer. Pero cuando te bajás de la moto sentís adrenalina pura y te dan ganas de estar saltando todo el día.

-¿Cómo te llevás con las caídas?


-La verdad es que bastante bien. Al principio pensé que no me la iba a bancar, cuando me caigo lo único que pienso es en levantarme y fijarme si la moto está bien. No me interesa mi cuerpo al principio (ríe). Me he caído en una de las carreras que tuve y no pude terminarla. Ese día entré muy rápido en una curva, que era para un cambio menos, mínimo, porque fui en quinta, y se me fue la moto, se me barrió, y me caí claramente, rodé por todos lados. Lo primero que hice fue pararme y correr a buscar la moto. No podía ni levantarla de lo pesada que estaba, me ayudaron los asistentes de la pista y no pudimos prenderla, ya no servía.

-¿Cuánto pesa la moto?


-No sé exactamente… pero ponele que pesa 150 kilos.

-¿Y vos?


-56 kilos. Mi moto pesa el triple, estaba complicada levantarla. Igualmente, por más que la hubiera levantado no hubiese podido terminar la carrera (ríe).

-Cuando te caes, ¿sentís el dolor en el momento o después?


-No, en el momento no, lo siento recién después de tres horas que se me enfrió completamente el cuerpo. Ahí sí te empieza a doler todo y se te acalambra el cuerpo.

-¿Cómo es la relación con tu mamá?


-Por el lado de mujer le encanta, pero por el lado de mamá claramente no. Es más, al principio me decía que no iba a dejar correr. Yo le decía “mamá, ya soy mayor de edad, me dejes o no me dejes, yo voy a correr igual”. Igual me re banca, después de las carreras me escribe porque antes se pone muy nerviosa para llamarme. Se asusta bastante.

-¿Tenés hermanos?


-Tengo tres hermanos. Están todos re contentos, asustados, pero contentos.

En el segundo día de la cuarentena por la pandemia, Jorge le construyó un gimnasio a Dana en el medio de la pieza para que pueda entrenar. Además de la cama, ahora su pieza cuenta con pelota, bici fija, bandas elásticas y pesas. Antes seguía las rutinas de la española María Herrera, una de las mejores pilotos del mundo, a través de Instagram. Y hace dos meses comenzó a entrenar con un entrenador personal de Buenos Aires que se dedica específicamente a los deportes de alto rendimiento como moto de velocidad y motocross. Él le manda todas las rutinas y dietas necesarias para que se pueda mantener durante el encierro.
“Por ahora no tenemos novedades de cuando van a darnos el alta como para empezar a entrenar, asique todavía no sabemos nada. En medio de la pandemia solo pudimos entrenar dos o tres veces, hasta que volvieron a cortar de nuevo porque aumentó la cantidad de casos, después de eso no pudimos volver a pista. Hay deportes que tienen mucho más contacto que el nuestro y sus entrenamientos ya están habilitados, por eso estamos peleándola”, detalla Dana.


-¿Estudiás?


-Me mandaron a institutos de inglés desde muy chica. Cuando terminé la secundaria, me puse a estudiar abogacía y al primer cuatrimestre me di cuenta que no era lo mío. No tengo idea porque estudié abogacía, creo que fue porque me gusta defender a la gente, pero tampoco me gusta leer. Después vi que estaba el profesorado de inglés y me anoté, porque siempre se me dio bastante fácil el idioma y ya de por sí no me cuesta mucho, entonces por qué no intentarlo. Me está yendo bastante bien, estoy haciendo materias de tercero y me quedan dos de segundo. Son cuatro años, si dios quiere en el 2021 me recibo, aunque con la pandemia es muy complicado.

-Teniendo en cuenta que estudiás inglés. ¿Proyectás con el idioma dentro o fuera del deporte?


-Si tengo la oportunidad de correr afuera, me encantaría. Sea donde sea. Sí me gustaría ir a correr a España, pero si surge otro lugar igualmente estaría genial. No sé por qué, pero amo España, y eso que nunca fui. Y por el lado de ejercer mi profesión, me gustaría enseñarlo acá, no en otro lado.

-¿Por qué te gusta defender a las personas?


-Mi mejor amigo tenía un problema auditivo, no escuchaba los graves y no podía pronunciar ciertas letras. Lo que me pasaba era que siempre había alguien en la escuela que le hacía bullying y yo me cagaba a piñas, por así decirlo, con esas personas que lo molestaban. Siempre intento defender al que, por ahí, en ese momento, no puede defenderse solo o sola. Si ellos molestan a los más vulnerables, yo los molesto a ellos. No creo que sea la forma correcta, pero bueno, después de decírselos como cinco veces bien y que no lo entiendan…

-¿Te enfrentás a diario?


-Soy de saltar a defender a quien sea necesario, lo conozca o no. Por ejemplo, soy completamente feminista y me encanta serlo. Si veo que alguien está insultando a una mujer, intento dejar mi punto de vista claro.

Con su Honda CBX 250 Twister, luego de su debut, Dana salió cuarta en San Nicolás y culminó su participación en el certamen bonaerense con un segundo puesto en Roque Pérez. Su cuarta -y última- carrera fue en el Superbike Argentino, en diciembre, donde finalizó séptima en la Junior Cup.
El proyecto de DB|18 Racing Team es enfocarse en el campeonato Argentino y mantener el buen ritmo en la categoría, a pesar de las dificultades naturales que implica vivir a más de 1.700 kilómetros de Buenos Aires. “Junto con mi compañero Mariano Moyano se está trabajando en el equipo, la idea es aumentar la estructura de DB|18 a nivel nacional. Poder incorporar pilotos nuevos. Seguir buscando apoyos, aportes en el deporte mismo. Si bien Dana consiguió buenos resultados tanto en el Campeonato Argentino y Bonaerense, pensamos en crecer y que se abran las puertas a otros participantes. Ni bien se levante la pandemia, habrá noticias importantes”, adelanta Jorge Bucemo.

-¿Cómo te llevás con los viajes para competir?


-Al principio no quería viajar más, por momentos necesitaba bajarme de la camioneta. Después me acostumbré, hacemos muchísimos kilómetros, ahora ya me llevo mis cosas para entretenerme. Igual en los viajes vamos hablando de todo con mi viejo y mi entrenador, pasamos de la competencia a hacer chistes y hasta a qué restaurantes vamos a ir a comer cuando lleguemos, porque como ellos ya tienen experiencia en el ambiente y conocen los lugares, saben a dónde se come rico. Mi entrenador me habla bastante como para ir preparándome psicológicamente, es un deporte 70% mental y 30% físico, por eso él intenta mantenerme enfocada y concentrada.

-¿Vas al psicólogo?


-No, todavía. Probablemente arranque con un psicólogo deportivo porque es muy importante entrenar la mente.

-¿Cómo vivís la previa a una carrera?


-Intento no prestarles tanta atención a las redes sociales, que por ahí ves un comentario malo o algo de ese estilo, para, primero, estar más concentrada y enfocada, y, segundo, para intentar estar lo más tranquila posible.

-¿Sufriste una carrera por no estar bien mentalmente?


-Sí, hubo una carrera que sí me pasó. Dentro de todo lo llevo bastante bien, obviamente tenés días y días, pero una vez me levanté totalmente cruzada en el viernes de tandas libres y tuve dos caídas en la misma curva por hacer exactamente lo mismo. Ese día terminé con el ligamento del dedo pulgar cortado, el de la mano izquierda, y, al seguir usándolo durante el sábado y domingo, se me terminó cortando. Corrí la carrera sin un dedo básicamente (ríe). Cuando volví a Rada Tilly me tuvieron que operar, son esos momentos que no podés fallar, que tenés que estar muy concentrado.

-¿Te considerás una pionera?


-Si alguna mujer quiere tomarme de ejemplo, me parece perfecto, me encanta. No es algo a lo que apunto, no sé si quiero ser la representante de las mujeres. Me interesa más en lo que puedo llegar a ser con mi carrera que en ser un ejemplo. Todas se tienen que animar a correr, ya sea si les gusta las motos o los autos. No importa si la mayoría son hombres, si uno quiere puede lograr lo que quiere.

Lo más importante no es correr rápido, sino pensar rápido. Dana tiene todas las dudas de una principiante. Sin embargo, a la hora de acelerar, demuestra su frialdad patagónica para actuar bajo presión. Es directa, no da vueltas. Por eso, la radatilense no se recibió de piloto por sus dos podios en tan pocas carreras, se ganó el título cuando en aquella largada, en su debut, se le paró la moto, la arrancó y corrió con el viento en contra, pero con la actitud a su favor.

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