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Las violentas ráfagas alcanzaron la intensidad de huracán “categoría 1”

viernes 18 de septiembre de 2020
Las violentas ráfagas alcanzaron la intensidad de huracán “categoría 1”
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A pesar de la costumbre de soportar fuertes vientos en la zona y particularmente en Comodoro Rivadavia, la intensidad con la que sopló durante las últimas horas sorprendió a la comunidad en general pero, lejos de lo que generalmente se denominó “un verdadero huracán”, la velocidad medida de sus ráfagas apenas ubicó a la tormenta en el segmento de “vientos huracanados” o, de acuerdo a la escala Saffir-Simpson, en un “huracán categoría 1”.

Si bien no se puede desconocer las consecuencias por la intensidad del viento durante la madrugada, momento en la que provocó daños considerables, incluso la posibilidad de haber desatado un incendio que destruyó parcialmente una vivienda familiar, la velocidad máxima registrada de 130 kilómetros por hora -a las 02:55 de la madrugada-, ubican las ráfagas máximas entre los 119 y 153 km/h que, de acuerdo a la escala Saffir-Simpson, es calificada como “huracán categoría 1”.



Más allá de la calificación internacional de la velocidad del viento que azotó a esta ciudad, lo cierto es que la marca quedó lejos de aquel dato histórico de la tormenta sufrida en la zona el 11 de diciembre de 1968 cuando las ráfagas máximas llegaron a los 250 kilómetros por hora que, en ese caso sí debió calificarse como huracán, categoría 4, con viento intenso capaz de causar graves daños o catastróficos.

El huracán registrado en 1968 provocó enormes destrozos en esta ciudad

La “ciudad de los vientos” registra violentos temporales en el marco de su corta historia como conglomerado urbano y, la peor de ellas, registrada y documentada por Crónica, se remonta al 11 de diciembre de 1968 cuando, una madrugada de miércoles, el viento alcanzó su máxima intensidad marcando 250 kilómetros por hora, provocando destrozos considerables a su paso.

Esa velocidad de viento lo ubica internacionalmente como huracán, fenómeno climático que se caracteriza por poderosos vientos y que, de acuerdo con la escala Saffir-Simpson, se ubica como de categoría 4 -vientos de 209 y 251 kilómetros por hora- que estuvo a punto de convertirse en huracán categoría 5, y transformarse en toda una rareza meteorológica para la zona patagónica.

Lo cierto es que aquella madrugada de viento, la violencia de las ráfagas causaron voladuras de techos, derrumbe de viviendas, vuelco de autos y camiones, daños en el aeropuerto internacional -que interrumpió aterrizajes de diferentes líneas aéreas-, violentos accidentes en “El Infiernillo”, sectores de la ciudad en los que prácticamente no quedaron líneas de tendido eléctrico, y una destrucción incontable de parabrisas y lunetas o de vidrios en los domicilios particulares.

Hasta la edición de Crónica sufrió las consecuencias del meteoro ya que debido a los cortes de energía eléctrica, las antiguas rotativas del taller ubicado en calle Alem 680 no pudieron imprimir el diario, por lo que toda la información, con gran cantidad de fotos de todo lo sucedido, se editó en la edición del jueves 12 de diciembre de 1968 cuando, como sucedía muy pocas veces, se redujo el número de páginas pero se abordó casi en exclusiva todo lo que fue y lo que dejó el inusual huracán sobre Comodoro Rivadavia.

Allá donde el viento brama...

Tal cual sucedía en diciembre de 1968, aunque con menor intensidad, la intensidad eólica volvió a recordar aquella histórica película “Allá donde el viento brama”, envolviendo a Comodoro Rivadavia en una espesa nube de tierra en suspensión mientras volaban carteles, techos de viviendas, quebraba árboles y enormes vidrieras de comercios céntricos sucumbieron ante las poderosas ráfagas.

Desde la noche del miércoles y durante casi toda la madrugada del jueves 17 de setiembre, los antiguos comodorenses revivieron momentos de su niñez o de su juventud, cuando en la Capital Nacional del Viento “se volaba todo” y entre matorrales rodando por las calles, los vecinos tenían que protegerse entre antiguos vehículos que se balanceaban peligrosamente o abrazarse a algún poste de alumbrado público para no caer y rodar por las calles, arrastrados por la violentas ráfagas.

El viento constante y las poderosas ráfagas de anoche trajeron el recuerdo memorioso de aquellos tiempos en los que una película nacional mostraba aquel pequeño poblado de principios del siglo XX, relatando la historia de Humberto Beghin, pionero entre los descubridores del petróleo en un Comodoro Rivadavia incipiente pero dispuesto a convivir con los más crudos momentos que deparaba la naturaleza.

Aquella película, dirigida por Ralph Pappier, la protagonizaron Guillermo Bredeston y Claudia Lapacó y mostraba el drama de un pequeño campamento en una región inhóspita, donde los hombres buscaban agua para suplir las necesidades de la gente dispuesta a quedarse.

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