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Tras la autorización del plasma en EE.UU, piden intensificar el seguimiento de pacientes

martes 25 de agosto de 2020
Tras la autorización del plasma en EE.UU, piden intensificar el seguimiento de pacientes
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La científica argentina Laura Bover, creadora del Grupo CPC-19, una red de profesionales que concientiza sobre el uso de plasma convaleciente, reveló que ya son miles los trasfundidos en el país y que "el uso del plasma como terapia constituye una opción importante para los contagiados".






Tras la autorización del uso de emergencia de plasma convaleciente como tratamiento en Estados Unidos, la científica argentina Laura Bover dijo hoy que "hay que trabajar más fuertemente en el seguimiento de los pacientes recuperados para asegurarse de que esté disponible para cada persona que su médico indique que lo necesita".


Ayer, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) de Estados Unidos comunicó la "autorización de emergencia" del uso de plasma de convaleciente para el tratamiento de pacientes con Covid-19, basada en los "beneficios conocidos y potenciales del producto que superan los riesgos conocidos y potenciales".


"No es una aprobación sino una autorización de emergencia. La FDA, como la Anmat en Argentina, aprueba tratamientos, equipamiento médico, test de diagnósticos, etc. después que se han hecho muchísimas pruebas; en este momento, al estar frente a una pandemia, las aprobaciones son de 'uso de emergencia' para acelerar los tiempos", explicó Bover en comunicación telefónica desde Estados Unidos, donde trabaja en el Departamento de Inmunología de la Universidad de Texas en Houston.


La científica argentina, que realizó gran parte de su carrera en el Instituto Leloir, detalló que "este uso puede revertirse, como sucedió con la hidroxicloroquina que tuvo una autorización de emergencia de la FDA que luego revocó tras la publicación que indicaba no sólo que no era eficaz, sino que podía ser perjudicial".


El plasma de convaleciente es el plasma de las personas que tuvieron una enfermedad, en este caso coronavirus, y producto de ello generaron anticuerpos específicos contra ese patógeno (para la Covid-19 es el SARS-CoV-2).


En Estados Unidos el uso de plasma de convaleciente se utiliza como tratamiento compasivo desde marzo de este año.


"Al no haber hasta el momentos ningún tratamiento que haya demostrado ser eficaz, el plasma -al igual que otras drogas- se encuentran en etapa de experimentación y se utiliza bajo consentimiento del paciente", describió.


Bover señaló que en Estados Unidos, el uso compasivo de plasma se transformó en expandido o extendido a través de un protocolo elaborado por la Clínica Mayo y el Hospital Johns Hopkins que coordina 2.700 centros de ese país para simplificar el proceso de elaboración de protocolo y registro de cada paciente.


En el último estudio realizado por la Clínica Mayo, que ya transfundió a 70.000 pacientes, se reportó que un 35% de unos 35.000 pacientes estudiados tuvieron una disminución de la mortalidad con el uso del plasma, "cuando se utiliza tempranamente, cuando el título o cantidad de anticuerpos del plasma es elevado y cuando se administra más de una dosis o unidad", describió Bover.


Y añadió que "en Argentina el uso de los tests CovidAR del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación y la Dra. (Andrea) Gamarnik facilitan la determinación de los anticuerpos uniformemente en todo el país".


En marzo de este año, cuando salieron las primeras noticias del uso del plasma, Bover creó una red junto a profesionales de diferentes disciplinas en Argentina: el Grupo CPC-19 (Convalescent plasma Covid-19 / www.groupcpc-19.com) que cuenta con alrededor de 150 integrantes de todo el país -como el inmunólogo Gabriel Rabinovich- y del extranjero para "concientizar, difundir información sobre la utilización de plasma convaleciente, y crear vínculos para facilitar el uso a lo largo del territorio nacional y América latina".


En una carta pública firmada por Bover y otros integrantes del grupo como Félix Garzón, Adriana Mantegazza, Florencia McAllister, Graciela Remondino, Viviana Rotbaum, Mónica Vazquez Larsson y otros 143 profesionales de todo el país, Uruguay y Colombia, los investigadores coincidieron en que "la realización de estudios clínicos controlados, aleatorizados y doble ciego es, sin duda, la forma óptima de llevar a cabo una investigación con un producto aún no aprobado".


"No obstante -continuaron-, ante la magnitud de la actual pandemia y la emergencia sanitaria, así como también la falta de otros tratamientos efectivos y disponibles, dado que todos los que se utilizan son hasta el momento experimentales, el uso del plasma como terapia constituye una opción importante para los pacientes".


En Argentina se están llevando a cabo al menos dos estudios controlados aleatorizados que comparan plasma convaleciente contra placebo: uno es el de Fernando Polack y otro es del Hospital Italiano de la Ciudad de Buenos Aires.


Bover recordó que "la decisión de a quién administrar el plasma depende del médico tratante", e indicó que "actualmente se administra mayoritariamente a los paciente antes del ingreso a terapia intensiva según nos comentan los especialistas ".


"Es importante que todas las jurisdicciones, todos los centros de salud, realicen seguimiento exhaustivo de los pacientes recuperados, y luego de transcurrida la cantidad de días necesarios, pedirle a la persona que se acerque a donar", sostuvo.


En este sentido, Florencia McAllister apuntó que "esperamos que estos pasos animen a las autoridades que dirigen el plasma en Argentina a trabajar en una logística inclusiva nacional para que haya un acceso igualitario al plasma en todo el territorio nacional".


Finalmente, Bover consideró que "en Argentina el plasma se está utilizando también como uso compasivo/extendido. En la provincia de Buenos Aires, por ejemplo, el grupo coordinado por el doctor Luis Cantalupi con integrantes en nuestro grupo, ya lleva transfundidos más de 1.200 pacientes, en hospitales de ciudades como Mar del Plata, Bahía Blanca, Azul, La Plata y otras localidades del conurbano".


"También se están haciendo transfusiones en las provincia de Neuquén, Río Negro y Santa Fe; pero en Chaco, por ejemplo, se han hecho pocas porque tienen escasa recolección de plasma", informó.


Por su parte, en la Ciudad de Buenos Aires "también hay hospitales privados que han transfundido con sus propios protocolos basados, en muchos casos, en el material provisto por nuestro grupo", concluyó Bover.






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