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Patricia Pinto, en modo arte

miércoles 29 de julio de 2020
Patricia Pinto, en modo arte
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Patricia es artista y expuso en Miami, Austria, Colombia, Chile, México, Estados Unidos, Eslovenia y Portugal. Como curadora en el Museo del Inmigrante Portugués, único en el país. Dos libros en camino, mil obras. Hablamos de arte contemporáneo.



(Por Flor Nieto / Fotos: Melina Sosa) Algodón, hilo, tela, libros e inclusive leyes, para Patricia todo se puede transformar en arte. Nació en Comodoro, vive en Rada Tilly y desde la Patagonia expone para el mundo. Hija de inmigrantes portugueses, sintió la necesidad de homenajear a sus padres y creó, junto a Daniel Amado, el Museo del Inmigrante Portugués, único en Argentina.

Estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Nacional de la Patagonia y Psicología Social en la Escuela Pichón Riviere. En Patricia Pinto Estudio acompaña a artistas locales en el desarrollo de su arte y circulación de su obra. Después de incontables clínicas, muestras y obras, charlamos con ella sobre su recorrido y, por supuesto, sobre arte contemporáneo.

 

-¿En qué momento empezaste a hacer arte?

-Empecé súper pequeña, me interesaba todo lo que tenía que ver con la imagen, con el color. Después cuando tuve que empezar la escuela secundaria, yo quería ir a la Escuela de Arte que en ese momento era municipal y mis padres no aprobaban esta idea. Me mandaron al Colegio Nacional, ahora es el Perito Moreno, en primer año el turno era por la tarde pero en segundo año el turno del colegio era por la mañana y por mi cuenta me anoté en la Escuela de Arte. Iba a la mañana al Colegio y a la tarde a la Escuela de Arte.

Armé mi propia doble escolaridad -risas-. Al principio era medio a escondidas, decía que me tenía que quedar a hacer un trabajo de grupo o que tenía que hacer otras cosas porque salía a las 19:00 hs. Después la situación no dio para más y les tuve que decir la verdad. Me dejaron hasta cuarto año, que me estaba por llevar dos materias en el Colegio Nacional. Por eso no me recibí de Profesora de Artes Visuales pero seguí haciendo obra y en los últimos 12 años empecé a planificar mi día de otra manera, un poco por una cuestión relacionada a la salud que tuve en ese momento. Decidí volcarme al estudio del Arte Contemporáneo.

Empecé a viajar a Buenos Aires cada dos meses y en esos viajes empecé a relacionarme con el mundo y la gente del Arte Contemporáneo y se me abrió una puerta enorme con infinitas posibilidades de aprender. Descubrí un espacio realmente apasionante. Cursé en la Escuela de Arte en los 70 y el Arte Contemporáneo todavía no había llegado. No teníamos conocimiento ni desarrollo. Me dediqué a estudiar, a circular, a participar de clínicas porque estuve todo el tiempo haciendo obra.

 

-¿Qué momento marcó tu obra?

-El gran cambio en la obra fue a partir del año 2017, hace tres años nada más. Participé en un espacio de clínica grupal en Neuquén que duró un año completo. Fue dirigido por Fabhio Di Camozzi, que es un artista especialista en filosofía y sociología del arte. Mi vida como artista y mi obra viró en 360 grados. Hice un proceso de reconocimiento de mi obrar como artista.

Inauguré el espacio Patricia Pinto Estudio donde participan artistas y varios fotógrafos, mi rol es el rol del clínico. Acompañar a otros en su proceso artístico y su circulación en el sistema del arte, en la construcción. Es un espacio de estudio. A mí las bibliotecas me atraen mucho, de hecho la prueba está en mi obra -risas-. Libros intervenidos o de artistas. Estar en el estudio y trabajar en el espacio clínico me llevó a desarrollar obras de otro tipo como por ejemplo, un Manifiesto, que fue una de las primeras obras que hice que se llama VPB. Es un manifiesto artístico que cuestiona al sistema normativo y económico en relación al arte y a los artistas. Esa obra va a participar de un festival internacional que se llama Yo Creo que va a circular en streaming por las redes y está organizado por artistas de Buenos Aires. Hay otro grupo de obras que se llama La caja de herramientas son herramientas metodológicas para trabajar en la clínica con los artistas. Son juegos, barajas de cartas, tarjetas con preguntas que usamos. Especialmente como artista mi tarea viró hacia la escritura. Durante 2018 y 2019 estuve totalmente ausente dedicada a la escritura de Patricia Pinto Artista, que es mi libro autobiográfico que ahora cuando pase todo esto de la pandemia vamos a poder presentarlo en sociedad -risas-. Estoy con muchas ganas y muy feliz con ese proyecto. Paralelamente en 2019 empecé a escribir otro libro, parte de una serie que se llama Conversaciones con Patricia Pinto. Tiene que ver con la memoria y el olvido, con la capacidad de review que nos da la tecnología.

La capacidad de ir hacia atrás. Estoy en edición de ese libro. La edición de Patricia Pinto la hice como proyecto en el marco de la clínica con Fabhio Di Camozzi y fue minucioso... casi un bordado -risas-.

Fue muy inspirador para mí conocer la obra de artistas como Sophie Calle es una francesa, la historia y las entrevistas de Marguerite Duras, dos libros que cambiaron mi hacer en el arte. También el museo, el museo es como una ventana que me permite desarrollar mi trabajo de estudio curatorial, como la obra Territorios y viajeros. Yo descubrí con esta clínica que me encanta y que el estante de la biblioteca de mi profesión, que tiene que ver con la psicología y la filosofía, puede ser trasladado a mi biblioteca de arte porque como la educación y la política se fundan en las mismas escuelas filosóficas. Cuando descubrí esto hice el click.



-Dolores Ocampo de Morón, Marina Freile, Doris Hughes, algunos de los maestros de tu infancia ¿Qué aprendiste de ellos?

-Especialmente de Dolores, la perseverancia y la alegría. Dolores era una mujer alegre, que siempre iba para adelante. Cuando era chica aprendí técnica y cosas vinculadas a la pintura, al color, a la paleta pero Dolly me enseñó muchas cosas como persona. Me emociono.

Dolores era una buena persona y de las buenas personas uno aprende muchas cosas en la vida. Y Doris también. Doris fue mi maestra en la escuela secundaria. Sentía mucha admiración y se fue temprano.

 

-Expusiste en muchas salas del país y del exterior ¿Cuál fue la muestra que te impactó más?

-ArteBA, la primera vez que participé en Buenos Aires. En Miami, la primera vez también en la galería de María Mónaco, una galerista cubana que hace más de 30 años vive en Miami y dedica su vida exclusivamente al arte. Escuchar los comentarios y la crítica de alguien así fue buenísimo.

 

-Es una pregunta que se hace mucho, se repite mucho pero sentimos que por toda tu trayectoria y conocimiento tenemos que hacerla ¿Qué es el arte para vos? ¿Cuándo algo es arte?

-El arte para mí es un modo de vivir, es un modo de vida, es una forma de estar en la vida. Es estar en modo arte. Tiene que ver con animarse a ir para adentro y conocerse y mostrarse como uno es. Yo creo que hay obra de arte donde hay emoción, donde el espectador se siente interpelado por el artista y especialmente donde hay humanidad. Yo creo que hoy en el arte mundial los artistas buscamos eso. Buscamos lo profundamente humano. Otra cosa es el sistema del arte. Generalmente quien define qué es arte y qué no lo es en el mundo actual. En el arte contemporáneo en adelante, cuando se empezó a desarrollar un sistema que está siempre de la mano del sistema económico y del capitalismo, empezó a ser el sistema quién definía. Ahí es cuando algunos autores señalan el principio del fin del arte y de los artistas, porque los artistas no definían qué era arte sino el sistema. Ahí entramos en problemas.

Esta obra que voy a presentar VPB habla de esto, de que el arte estuvo transversalizado, te diría estos últimos 50 años en el mundo por sistemas: por el sistema normativo, por el sistema económico, por el sistema del arte ¿Quién define quién es artista? Hay muchísimas personas que nos cruzamos y a lo mejor tienen muchísimo para decir pero si el sistema del arte no los recibe...Es verdad que para circular en ciertos lugares del sistema tenés que tener ciertas condiciones que te impone el sistema. Se dice que todo hombre es artista y yo creo que sí, que todos tenemos arte para expresar. Todos tenemos alguna poesía, belleza en nuestro interior.



-¿De qué se trata “Patricia Pinto Artista”?

-Patricia Pinto Artista es un libro que puede estar en el estante de arte o puede estar en el estante de autobiografías, de gente de la Patagonia.

En realidad yo en ese libro sigo el hilo conductor de todas mis obras, habla de mi relación con el Poder Judicial ¿Sabés de dónde surgió ese libro? De una entrevista que me hicieron y la pasé mal -risas-.

Porque no me gustaba, encima era por video y no me gustó. Entonces llevé el video a la clínica y Fabhio me dijo: “¿Y por qué vos no te hacés tu propia entrevista?”. Me estudié todo. También quería que fuera literario porque tenía unas cositas escritas.

Además en lo literario tiene un compendio de arte porque hago referencia todo el tiempo a los artistas locales para que quede un registro.

Son 300 referencias de personas y cuestiones del arte que quiero dar a conocer. Es como un manual de arte patagónico -risas-. No es un libro en donde escribo la historia de mi vida, ni en pepe haría eso -risas-.

 

-¿Qué es un libro de artista?

-Hay distintos tipos de libros de artistas, puede ser un libro intervenido, un libro que ya estaba escrito intervenido por otro artista en el cual puede haber relación o no con el texto original. Puede ser un libro en el cual una persona a través de cualquier técnica de las artes cuenta una historia. Puede ser tejido, bordado, gofrado, grabado, puede tener fotografías. El que mejor definió el libro de artista fue Juan Carlos Romero diciendo que simplemente es una obra de arte.

 

-¿Qué sucede en tus clínicas?

-Es un poco a la carta. Vienen artistas y varios son fotógrafos que no se reconocen como artistas hasta que se dan cuenta de que hoy la fotografía en el mundo es una técnica más. Pero para ser considerados artistas tienen que tener características comunes para todos: circular en el mundo del arte, que su obra tenga un hilo conductor, una continuidad en el mundo del arte. Porque a veces pasa que dicen: “Saca fotos preciosas” y bueno: ¿Qué me está diciendo? ¿Qué es lo que quiere contar? Es un poco a la carta porque hay personas que vienen y les interesa desarrollarse en el sistema del arte, la construcción de las formalidades, en otros casos pescar, escuchar el relato de lo que quiere el artista, lo que le interesa y lo que quiere para bucear y ayudarlo a construir su colección o su portfolio, encontrarse, otras veces es analizar, buscamos material. A mí me invita a estudiar mucho porque voy siguiendo los procesos con ellos, busco referentes, material, de todas las ramas del arte. A veces también los artistas se quedan en su zona de confort entonces la idea es llevarlos para otros espacios del arte, a ver si se animan a dibujar, a pintar, y de ahí salen cosas hermosas.

 

-¿Qué te inspira de la Patagonia?

-El mar definitivamente. No podría vivir en un lugar sin mar y estos espacios gigantes que tiene la Patagonia. El contraste entre la tierra y el mar. El vacío y a su vez todo lo que hay.

 

-¿Cuál es la historia del Museo del Inmigrante Portugués?

-Yo soy de familia portuguesa y soy portuguesa por adopción, tengo la ciudadanía. Yo tenía el sueño de homenajear a mis padres especialmente.

Ellos vinieron a la Patagonia, mi padre en 1948 y mi madre en 1955. Se conocieron acá y se quedaron para siempre. Yo creo que hay muchos inmigrantes que no participaron en la cultura y se merecían un homenaje. No solo mis padres sino muchos más. Propuse a la comisión directiva de la asociación, ellos tenían idea de hacer un museo aunque las características eran otras. Fui llevando las ideas que tenía para el desarrollo del espacio y dio como resultado en la inauguración del museo en noviembre de 2018. La verdad quiero que el museo sea un espacio en donde todos tengan la oportunidad de homenajear, que no sea un espacio de guarda porque generalmente también se interpreta que los museos son lugares donde las cosas quedan guardadas y van a morir. Yo entiendo el museo como un espacio vivo, como un espacio de reconocimiento, de homenaje y de memoria, no de olvido.

Con esas características fundamos, hablo en plural porque el proyecto lo hice con Daniel Amado, juntos logramos este espacio de muestra de la portuguesidad en la Patagonia. Sabemos ahora, no lo sabíamos el día que inauguramos, que es el único museo dedicado al inmigrante portugués en el país. Eso hace que esté más orgullosa todavía.

 

-Imaginemos que reunís a todos los artistas de La Patagonia en una habitación, o en videollamada y tenés su completa atención ¿Qué les dirías?

-Hagamos juntos. Creo que hoy el arte es hacer con otros. Ya no es más estar solos creando, como se pensaba antiguamente que nos bajaba una luz y venía la creatividad, o la vocación y todas esas palabras solemnes que se decían. El arte hoy para mí es con otros. Fabhio me dijo que en “de territorios y viajeros” me di el gusto de hacer una obra con todos mis amigos. Esa obra fue convocada por el Museo por los 500 años de la llegada de Magallanes a La Patagonia.

Mi estudio curatorial para elegir la obra, para elegir a los artistas participantes tuvo esa base fundacional y hacer con otros. Les diría que hagamos, que mostremos, que acerquemos a la comunidad porque los artistas tenemos una gran responsabilidad social, por lo menos yo creo eso, de llevar a los lugares incluso donde creemos que son de más difícil acceso a la cultura. Creo que esa es nuestra responsabilidad y les diría eso: hagamos juntos.



“El 2020 sigue con el libro y con el otro libro que es un estado del arte sobre la obra justamente de los artistas en la Patagonia, un recorrido por distintas clínicas que hice con distintos artistas. Tengo los borradores del tercer libro, pero es lo que vendrá para el 2021. Varias producciones videográficas que acompañan a la obra autobiográfica y a Conversaciones con Patricia Pinto, estoy trabajando ahora en eso. Mientras no podamos viajar…-risas-”. Obra tras obra, clínica tras clínica, muestra tras muestra. Patricia está en modo creación constante, Patricia vive en modo arte.

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