El perro rescatado en el mar era mascota del cuartel central de Bomberos voluntarios

Mientras llovieron los elogios para el secretario del Juzgado Federal de primera instancia Juan Ignacio Oscke por su heroico acto de ingresar al mar atlántico para salvar al perrito blanco y negro que indefectiblemente la marea arrastraba mar adentro, trascendió el origen de dicho can. Se llama “Dogo” y es una de las dos mascotas del cuartel Central de Bomberos voluntarios que se encuentra en Yrigoyen y avenida Estados Unidos.

Uno de los integrantes del Cuartel salió a correr por el paseo costero y las dos mascotas lo siguieron detrás, pero “Dogo” en algún momento caminó por la cornisa del murallón y pudo haberse resbalado y caído a la orilla en momentos de pleamar, lo que se convirtió en una trampa que pudo haber sido mortal.

“Una vecina de los bomberos quiso hacerse cargo de los gastos al leer la nota en el diario por si los bomberos no lo hacían, por suerte se pusieron de acuerdo y fueron a la mañana y lo hicieron juntos, por suerte no era un perrito de la calle y pudieron salvarlo a tiempo poniendo un poquito de cada uno” comentaría a este medio un transeúnte que andaba en la costanera con su pequeña hija y puso su camioneta para trasladar el can hacia la veterinaria de calle Alem al 800 donde además de las curaciones respectivas, lo dejaron unas horas internado con suero por la hipotermia sufrida por el animalito tras estar varios minutos en las gélidas aguas del mar Atlántico.

Se trató de una pequeña historia de la tarde del jueves, pero que arrojó decenas de comentarios elogiosos por el accionar del abogado que se acompañaba de su pequeño hijo Dante, quien desde la orilla observó a su padre arriesgar su vida para salvar un perrito, seguramente esa escena no será fácil de olvidar en su vida. Y también por las demás personas que se encargaron de trasladar a la mascota a la veterinaria, de cuidarlo, de pagar por su atención, e incluso hubo quienes quisieron adoptarlo.