La difícil tarea del regreso
Sin que haya algún indicio que marque un horizonte, el futbol de Veteranos tendrá un desafío importante cuando se empiece a flexibilizar la posibilidad de desarrollar deportes de conjunto.
Hace un mes, el estado sanitario de esta región gozaba de una realidad distinta. Los casos de Covid-19 habían sido escasos (7, 2 en Palazzo y 5 en Rada Tilly) y controlados en forma correcta.
Pero apareció el imperdonable descuido del puerto y la situación cambió radicalmente, a tal punto que todo lo que se había instrumentado y progresado hasta ese momento en todos los órdenes sociales, se debió detener y en otros casos, hasta retroceder.
En este contexto, el futbol de veteranos también evalúa de qué manera tendrá que regirse en la nueva normalidad que nos espera, aún no se sabe si en un corto, mediano o largo plazo.
El futbol profesional hace algunas proyecciones que fluctúan entre fines de agosto y principio de septiembre, mientras que la actividad oficial con las ligas del interior espera confirmaciones y autorizaciones que avalen el retorno a los entrenamientos.
Como la actividad es netamente amateur, la prioridad de la dirigencia se instala decididamente en la intención de no exponer a cada uno de los integrantes de los 160 equipos afiliados a la Asociación de Veteranos.
Por ese motivo, aunque no hay una versión específica sobre el tema, ya hubo manifestaciones de orden oficial, con la idea de no salir al ruedo hasta que estén específicamente determinadas, las condiciones sobre el modo de regreso a las canchas.
En este paréntesis obligado, la Comisión Directiva sostiene un contacto habitual para ir ordenando un potencial regreso para este 2020. Más allá de esos aspectos, no existe el mínimo indicio de una probabilidad de rechas de retorno.
