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Darío Achaval escribe su historia en el Kick Boxing de Comodoro

miércoles 01 de julio de 2020
Darío Achaval escribe su historia en el Kick Boxing de Comodoro

Comodoro Rivadavia tiene una rica y joven historia en el kick boxing. Darío Achaval (3º Dan), titular del Gym Fight Club, cuenta detalles de cómo fue que esta disciplina entró en la ciudad de la mano del maestro de karate Mario Abel Molaroni, luego un  grupo de alumnos se metió en la parte competitiva hasta lograr un crecimiento sostenido.

Hoy, cuando varios gimnasios están atravesando momentos muy difíciles en la parte económica, por no poder desarrollar todo su potencial afectados por la pandemia, dialogamos con Darío Achaval, profesor de kick boxing, director Patagónico de la K-Box Latina.

"Mi inicio en las artes marciales viene de muy chico. Como a los 7 u 8 años, en el barrio 30 de Octubre, de la mano del profesor Osmar Cheuque comencé a practicar taekwondo. Recién están apareciendo en Comodoro los profesores de taekwondo y fue él quien me inició en las artes marciales.

[caption id="attachment_657602" align="alignnone" width="677"] Practicó con Andy “The Destroyer” Souwer, múltiple campeón mundial en kick boxing y K1.[/caption]

Me acuerdo que jugábamos en el cerro, cazando, y el profe nos buscaba para entrenar. Yo, le tenía un gran cariño a Osmar, ahí comencé a practicar en el Barrio 30 de Octubre y llegué a ser 1º dan de taekwondo. Daba clases a unos 90 alumnos en el barrio, siempre bajo la supervisión de Osmar Cheuque".

"Siempre fui fanático de lo competitivo. Me comenzó a interesar el full contact, pero en Comodoro no había. Ahí comencé a practicar kick boxing dos veces a la semana con el profesor Mario Abel Molaroni. Fui aprendiendo, los golpes, aplicaciones de rodilla, se podía entrenar en cuero, el contacto pleno con los puños.

Los seguía mucho a "Cococho" Godoi y a Héctor Saldivia que andaban bien en el boxeo. Encontré en el kick boxing una fusión que me atrapó por completo. Dejé de hacer taekwondo para enfocarme por completo en el kick, tenía unos 24 años en ese momento. Pero de la mano de Molaroni me metí de lleno en el kick boxing", asegura Darío Achaval (41).

Mario Molaroni introduce el kick boxing en Comodoro

En ese momento conoce a Pablo Torres, quien también entrenaba. "En ese tiempo no había quién haga de sparring, que entrenara para pelear, y Pablo sí tenía esa pasión. Luego, conseguimos un par de peleas para poder hacer kick boxing. El profesor Molaroni nos dio la derecha, que viajemos a pelear, pero él no podía viajar porque tenía mucho trabajo.

Nos preparaba, viajábamos, y llegó una posibilidad de un título, donde le gané a Domingo "Cholo" Gaminao, con un KO en el cuarto round con la rodilla, una pelea en K-1. Era un título patagónico, para todos nosotros era una locura, incluso para Molaroni. Pablo Torres igual entrenaba con Abel Molaroni, pero no se escuchaba nada o muy poco del kick en Comodoro".

Llega un punto que los practicantes de kick boxing se van del Molaroni Dojo, de calle Carrero Patagónico 3020. "Yo, hago la revancha con Gaminao y vuelvo a retener el título. Hago una pelea más en Comodoro, voy a Buenos Aires, vuelvo y el gimnasio de Molaroni no daba abasto, ya que habíamos comenzado a dar clases con Pablo Torres. Ahí tuvimos la iniciativa de alquilar el espacio.

Molaroni siempre muy caballero, nos dijo que su dojo siempre estuvo identificado con el karate, pero nos impulsó que nos animemos a buscar un lugar. Nos dijo que nos iría bien porque éramos referentes fuertes y que contábamos con todo su respaldo. Pablo Torres era el que tenía más contactos, yo era de entrenar para pelear", expresa Achaval.

Los inicios del  gimnasio Patagonia Extremo

Sin importar mucho las condiciones edilicias y armándose de elementos que hacían falta, alquilaron un lugar. "Encontramos un lugar en el Barrio Isidro Quiroga donde pusimos el gimnasio Patagonia Extremo, en 10 de Noviembre y San Francisco de Asís. Eso fue como en el 2007/2008, soy muy malo con las fechas. Ahí nació el kick boxing o se plantó una semilla muy importante. Luego cayó Claudio Cabrera, no lo conocía nadie, había llegado a Comodoro. Vino como un alumno más, medio que no lo querían dejar entrenar. Pero cuando lo vimos moverse y entrenar, pensé no se va más de acá.

Yo, quería competir y entrenar fuerte. Nos hicimos muy amigos con Claudio Cabrera, desde el minuto cero y hasta ahora. Fue un pilar fundamental en la parte competitiva y no solo mía. De todos los chicos que estaban en Patagonia Extremo. El venía de pelear con una base muy fuerte de full contact.

Entrenaba a fondo con nosotros, con un sistema de entrenamiento que traía de Buenos Aires. No era muy rico en la técnica, pero sí de dar todo, intenso, muy exigente. Te forja el espíritu y el corazón, te brinda mucha confianza. Cada vez que tuve que pelear estuvo en mi rincón, solo faltó una vez, y no me fue bien", dice Darío Achaval.

Luego se da un cambio del lugar donde estaba el equipo. Deciden separarse los profesores para hacer crecer el kick boxing, Darío Achaval se va al Body Gym, donde conoce a "Leo" Moreno y Silvana Etcheverry. "Yo le decía a Pablo Torres que tendría que haber más lugares de entrenamiento para crecer, dos o tres. Ahí comienza la competencia sana, porque en el Patagonia Extremo se queda Pablo Torres con "Mingo" (Domingo) Niziewiz y Franco Aguila, otro buen competidor.

Pero Claudio Cabrera se va a dar clases a las 1008 Viviendas. Luego se prendió fuego el lugar y termina detrás del Frutillita en una escuela de karate. También en mi equipo estaba Pierina Segura y comenzamos a compartir eventos con el "Vasco" Vicente Arisnabarreta; se mezclaba boxeo y kick boxing en algunos festivales. Estaba Jesús Castro, Mariano Campanello, el "Fantasma" Velásquez (Jonatan). Hicimos un par de eventos con Fernando Avila como promotor de kick boxing (Samurai Producciones). Yo, daba clases también en el Club Neptuno en Rada Tilly".

"Paralelamente daba clases en el gimnasio Mega, el tema era que el deporte se ramifique. Y en el Body Gym comenzaba conmigo Alejandro Mellado (Team Mellado). Entrenar también el gimnasio Nº 3, utilizábamos el ring de boxeo, también iba Ariel Araneda. Y en mi carrera logré salir campeón patagónico, campeón argentino -63.500 kg- fue con Patagonia Extremo.

En el Body salgo campeón argentino en Córdoba pero de otra asociación, luego gano un título sudamericano. Y recuerdo que aún estaba en el Body cuando se hizo el festival "Sin Piedad" en el Club Huergo, que no lo organizamos nosotros, fue un trabajo de Gómez y Echegaray. Perdí por puntos un título intercontinental, fue una noche de figuras del kick boxing. Eso me marcó mucho, me tocó pelear con Luis "La Cobra" Pérez de México", cuenta Darío Achaval, en una noche donde estuvo Oscar Fischer, el presidente del Consejo Mundial de Kick Boxing. Ya pasaron 10 años de eso", recuerda Achaval.

"El festival Sin Piedad dejó una impronta en Comodoro"

Este festival fue muy importante también para Comodoro Rivadavia porque vino a resaltar el trabajo del kick boxing. "Creo que luego de eso el kick boxing tuvo bases firmes. Se trabajó mucho hasta hoy en el Gym Fight Club, pero creo que lo mejor está por venir. Tenemos todas las condiciones para hacer cosas importantes.

Tenemos como profesores a Cinthia Guichapani, "Leo" Moreno, Juan Ramírez, Adrián "El Diablillo" Cabrera y estoy yo como director. Silvana Etcheverry nos maneja toda la Escuela Formativa. Hoy, es uno de los mejores gimnasios del país, porque sumamos capacitación, competencia, con chicos de mucho futuro. Igual los chicos del boxeo han ayudado que nuestro prestigio se eleve, como Sebastián Aguirre, Rodrigo Maizares, César Antín, Tomás Brazao en el motocross. Es un lugar de entrenamiento con prestigio y seriedad".

"Primero quiero agradecer a toda la gente de Comodoro, los que pagan la entrada de nuestros eventos. Los que entrenan en el Gym. Al grupo de trabajo, "Leo" Moreno, Juan Ramírez, Cinthia Guichapani, Silvana Etcheverry y Claudio Cabrera. Son pilares fundamentales, gente leal que confía en el trabajo que venimos haciendo. Y a la gente de Comodoro Deportes, políticos que nos han dado un empuje muy importante, Ricardo Fueyo, Othar Macharashvili, Hernán Martínez.

Me siento muy bien, nos han felicitado, pero también nos han dicho lo que veían mal y eso nos hace crecer. Mi familia, mis hijos, mi señora madre que me aguanta esta locura, como el primer día cuando comencé con este deporte. Y en esta cuarentena también descubrí que tengo dos hijos fantásticos que te ayudan a no tirar la toalla. A Crónica, que nos sigue haciendo notas como el primer día de nuestro deporte", expresa por último Darío Achaval, quien como coralario cuenta que se está gestionando la personería jurídica del Gym Fight Club.

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