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Marcelino Britapaja: “soy un agradecido del fútbol”

lunes 18 de mayo de 2020
Marcelino Britapaja: “soy un agradecido del fútbol”

Nacido en Sarmiento, donde conoció la pasión por el fútbol, deporte que luego fue desplegando por el mundo. Marcelino “Pirulo” Britapaja, logró uno de sus grandes objetivos en la vida que fue llevar a un sarmientino a instalarse en el fútbol grande. Tuvo un amorío con Huracán para llevarlo a jugar los denominados Campeonatos Nacionales de 1974 y 1976, donde pudo marcarle goles al clásico rival del “Globo”, de Cipolletti de Río Negro. Jugó en Tallers de Còrdoba y All Boys, en Grecia, Colombia y Brasil. Campeón con Sarmiento de Junín para ascender a Primera División.

El fútbol de la liga comodorense tiene grandes “próceres” en su larga trayectoria. Los años pasan pero las figuras resonantes quedan plasmadas en la eternidad, y ese es el caso de Marcelino Eduardo Britapaja, el jugador nacido en Sarmiento, que se encontró en la infancia con la posibilidad que el club de su localidad, Deportivo Sarmiento, pueda jugar en la Liga de Comodoro Rivadavia. Con tan solo 14 años debutó en la Primera División del lacustre.

[caption id="attachment_648835" align="alignnone" width="696"] Una postal de la antigua cancha del “Globo”, que supo gritar los goles de “Pirulo” Britapaja.[/caption]

“Uno siempre tenía la ilusión en vestir la camiseta de Deportivo Sarmiento, que parecía la camiseta de Boca o de River en esa época o a la edad que uno tenía, que era chico. Tenía 13 años y el equipo se armaba con los soldados que hacían la colimba en el Regimiento Nº 25 y Nº 9. Un día Orlando López, que era entrenador en esa época, me preguntó si yo tenía la cédula, yo siempre la llevaba conmigo, y no recuerdo quién faltó pero ese día puso la foto en un carnet y ahí jugué mi primer partido con esa camiseta” recordó Britapaja.

“Era un desafío jugar en Sarmiento. Fue una lucha muy grande para que el Club pueda jugar en la Liga de Comodoro. Cuando tocaba jugar los domingos era una fiesta, un desafío de Sarmiento contra Comodoro, sea el equipo que sea. Desde chico siempre escuchaba que era la revalidad de todo Sarmiento contra toda una ciudad, por lo tanto, se jugaban con mucho ímpetu esos partidos. Nelson Mauriño me hizo debutar en Primera contra Comferpet en Km. 8 que tenía un equipazo con jugadores como mi ídolo el “Choa” Fernando Cárdenas, Felipe Ávila entre varios de esas épocas” mencionó el delantero hoy de 69 años.

El fútbol grande y su llegada a Huracán


Con el Deportivo Sarmiento logró ganar varias veces el torneo doméstico de Primera “B”, mientras que la ilusión de ese “Chueco” potente, carismático, con gambeta y picardía siempre fue la de irse al fútbol grande, que por ese entonces parecía solo concentrarse en Buenos Aires. Así cuando el sacrificio, y los recursos eran posibles lograba viajar para alguna prueba en la capital del país, hasta que Banfield lo vio debutar en el ‘68. “Desde ese momento debutando en el Deportivo Sarmiento tuve algunas incursiones de viajes con gente que me veía jugar, y eran de Buenos Aires. Después en el ‘71 llegó a San Lorenzo, estaba Víctor Doria también de Comodoro, pero justo ese año la AFA elimina a la Reserva como división. De un día para el otro la categoría desaparece, entonces estaba la Primera y después Tercera, pero no podías jugar con más de 20 años. Entonces los planteles pasaron a tener 20 o más profesionales que no podían jugar” contó “Pirulo” al programa “Fue Try” de Radio Crónica.

“Ya estaba haciendo el servicio militar naval en esa época, y había un artículo que decía a los que estaban haciendo el servicio militar, ningún Club le podía negar el pase y es así como use esa regla, y Huracán que me quería me llevó. Tengo muy lindos recuerdos y muchas anécdotas en ese equipo, donde tuve millones de sensaciones”.

Los Nacionales con el “Globo”


En 1971 Huracán gana el Torneo Regional, que en esos años era la competencia conocida como el segundo mayor escalón del fútbol argentino. El “Globo” con equipo netamente de jugadores locales con la edad entre 17 y 24 años, pudo sortear esa etapa y llegar a jugar el Torneo Nacional al dejar atrás a Cipolletti de Río Negro y a Talleres de Santa Cruz.

En el ‘74 con Marcelino Britapaja que ya comenzaba a demostrar todo su potencial, logró acceder a la final del Regional, jugando ante Cipolletti. En Río Negro el partido fue 4 a 1 para los locales. “Fue una mezcla de sensaciones, porque se hablaron muchas cosas después de ese partido, y hasta hubo altercados y en lo personal me enojé porque habían dicho que Huracán había ido a pasear a Cipolletti. Del enojo hablé el lunes y pedí irme a Sarmiento, lo necesitaba, estaba muy enojado, por lo que no fui a entrenar ni martes ni miércoles. La revancha era el domingo. En ese partido si hubo silbidos o algo desde la hinchada no lo noté, solo sabía que el equipo tenía que aprovechar el gol de visitante y ganar por tres o más goles sin que nos hagan goles ellos”.

Huracán en la cancha que por esos años se encontraba en el Pietrobelli, jugó muy bien la revancha y alcanzó a hacer dos goles, pero Cipolletti era un equipo muy fuerte también, y la proeza con el correr de los minutos parecía no llegar. “Quedaban pocos minutos para que termine el partido, desde la derecha Fernández saca el lateral, y yo que estaba en la mitad de la cancha atino a adelantarla con el pecho y después sabía que le iba a pegar al arco. Si el arquero estaba o no adelantado sinceramente nunca me di cuenta, solo sabía que tenía que pegarle porque esa acción algún daño iba hacer, alguna ventaja o acercamiento íbamos a lograr, y así fue para alegría de todos, la pelota entró por arriba del arquero, fue el tercer gol y toda una fiesta porque con el 3 a 0 llegamos a jugar otro Campeonato Nacional, ese año fuimos fuertes de local y terminamos quintos”.

En 1976 y tras un 1 a 0 en contra ante Cipolletti de visitante y el 5 a 2 a favor en el Pietrobelli, Huracán, con tres goles de “Pirulo” Britapaja alcanzó la final del Regional, para definir el pase al Nacional ante Atlético Argentinos de Mendoza con un global de 4 a 2, siendo en Comodoro donde se logró hacer los cuatro goles. Fue otro Nacional con el sarmientino a cuesta, que previamente había logrado jugar en Vélez Sarsfield de Liniers y en Panathinaikos de Grecia.

Luego de la etapa del “Globo”, Marcelino Eduardo Britapaja defendió la camiseta de All Boys, Talleres de Córdoba, Ñublense de Chile. En 1980 fue campeón con Sarmiento de Junín logrando el ascenso a la Primera División del fútbol argentino. Jugó el Torneo del Interior con Racing de Trelew, en Defensores de Belgrano, en Cúcuta Deportivo de Colombia, volvió al Globo para jugar el Torneo del Interior y su último Club fue Figueirense de Brasil, con 38 años, y viviendo mucho tiempo en el país carioca. Además de gambetas y goles la vida le regaló una hermosa familia, con Adriana “el amor de su vida” expresado por el mismo Marcelino y dos hijos Luciana y Martín. Hoy el nacido un 7 de noviembre de 1950 descansa y disfruta de otras pasiones, mientras espera que su amado fútbol vuelva a rodar, para apasionarse nuevamente pero ahora desde una tribuna o el sillón.

Goles, entrenadores y jugadores


“Los goles tienen que ver mucho con los logros, el del ‘74, ante Cipolletti le dio a la Patagonia y a Comodoro Rivadavia un segundo Nacional. Otro gol que me gusta es uno a Gimnasia y Esgrima de La Plata, en un Vélez contra Gimnasia, el loco Gatti atajando en el “Lobo”, el “negrito” Cerqueiro tiro el centro y yo me tiro de palomita y el 2 a 2 tras ir perdiendo dos a cero, los dos goles hice ese día.

¿Un entrenador que te haya marcado?


- Uno piensa que el técnico de fútbol que está en Buenos Aires, no puede ser menos que uno que está en otro lado. El “gordo” Nelson Mauriño me demostró ser un adelantado, jugaba con línea de tres. Roberto Zaparitti, Pedro Del Hacha también fueron grandes maestros para mí, pero me quedo con “El Negro” Ricardo Faraone porque fue con él que hice más goles en el ámbito profesional, en All Boys, con simple cosas que me indicó y que yo hice caso me fue muy bien.

¿El mejor jugador para “Pirulo”?


-El mejor que yo vi y con el que jugué fue Daniel Valencia. Él nunca pudo ser el jugador que demostraba durante la semana. Era un grande en la cancha, pero un monstruo en los entrenamientos. La “Pepona” Reinaldi (José) también fue otro compañero que era un “animal”, un delantero goleador de Racing de Avellaneda con el que compartimos en Talleres de Córdoba.

El mejor del mundo, me quedo con Diego (Maradona) más allá de las cosas que se dicen y hablan de Diego en su vida privada y las cosas que uno ve de Lionel Messi, que es un crack, me quedo con el Diego. Él me dio la pasión que comparto por el fútbol.

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