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“La pasión se lleva en la sangre”

martes 12 de mayo de 2020
“La pasión se lleva en la sangre”

El entrenador comodorense Claudio Cabrera (5º Dan de Full Contact) y 3º Dan de Kick Boxing, cuenta sus inicios en el deporte, llegando a ser campeón argentino, sudamericano y continental, hoy dedicado al crecimiento de su Escuela, Team Warriors en la ciudad.

Tiene 4 hijos practicantes y peleadores de kick boxing, algo que para ellos comenzó como un juego al verlo entrenar. Asegura que el Covid-19 cambiará todo el entrenamiento una vez que pase la pandemia, y cada vez se ve más lejana la organización de eventos.

A los 12 años Claudio Cabrera comenzó a practicar full contact en Buenos Aires. “A los seis años nos fuimos de Comodoro a Córdoba y luego a Buenos Aires, ahí arranqué con el full contact. Mi maestro era y sigue siendo Carlos Giménez del Instituto Wallas U.K.A, es una escuela de más de 30 años de Full Contact - Kick Boxing. Cada vez que voy a Buenos Aires cuando pelean los chicos lo voy a ver. Es como un padre del arte marcial para mí, siempre le pido algún consejo. Angelito, mi hijo, es su ahijado”.

“Es costumbre pelear en Buenos Aires, sábado y domingo. Soy el primer campeón argentino del Instituto Wallas U.K.A, también logré salir campeón sudamericano y campeón continental, todo eso en full contact. Andaba en 65 y 67 kilogramos en esos años. Tuve la suerte de dar clases muy joven, a tal punto que daba clases en cuatro gimnasios, tenía 17 años. Siempre ayudado por mi maestro”, expresa Claudio Cabrera, quien incluso peleó para la TV y relatado por Osvaldo Príncipi, quien hizo más conocido su apodo de peleador profesional.

“El Dengue” peleando para Patagonia Extremo

En el año 2004 en octubre regresa a Comodoro, con la idea de radicarse en su ciudad. “Venía de hacer mis últimas peleas en Buenos Aires. Buscaba el full contact en Comodoro y nada. Y muchos me cerraron las puertas, no voy a dar nombres. Luego me enteré que detrás de la Comisaría Cuarta, había una Escuela de kick boxing, full contact y tae kwon do. Me fui a mirar la clase. Me lo encuentro a Darío Achaval y Pablo Torres, en esa época ellos eran Patagonia Extremo. Ahí sabíamos lo que era no tener piso, un agujero en el techo que caía agua del baño del vecino. Teníamos 2 bolsas, no teníamos cambiador. Era muy extremo -se sonríe-”.

[caption id="attachment_647593" align="alignnone" width="696"] Angel y Adrián rodeando a su padre Claudio Cabrera (5º Dan de Full Contact) y 3º Dan de Kick Boxing.[/caption]

“Esa época yo era 4º Dan de full contact, pero dije una pequeña mentira, que era solo cinturón negro. Arranqué como todos, me veían gordito y que sabía un poco. Darío estaba compitiendo en kick boxing, vieron que yo lo podía ayudar. Me aceptaron, fui ganándome un lugar, pero yo de kick no sabía. Con ellos aprendí a pegar las loud, lo otro ya sabía. Fui rindiendo cada cinturón, era derecho de piso que pagaba. Ahora soy 3º dan de kick boxing y 5º dan de full contact. Y en kick estuve pelando en Las Heras, Caleta Olivia, Madryn, Sarmiento, Comodoro”, expresa el “Dengue” Cabrera.

En 2012 nace el Team Warriors

El Team Warriors se destaca en la ciudad porque es toda una familia de peleadores de kick boxing. Claudio hoy es entrenador, pero está Adrián “El Diablillo” Cabrera, Angelito Cabrera, Axel (Diablito), y Cecilia Micaela. Débora Mariana, la madre de los chicos es la única que sufre en cada evento y no pelea.

“Vos sabés que estos guachos -por Torres y Achaval-, en mi primera pelea profesional de kick boxing me lo pusieron a Alejandro Fritz, eran 3 rounds de tres minutos sin tibiales. Yo, era la primera vez que peleaba kick, fue en el gimnasio Nº 1. Y Alejandro era campeón argentino de karate - kung fu, había sido campeón sudamericano, venía con varios títulos. A Patagonia Extremo no la conocía nadie, le desean suerte a Darío y Pablo. Tuvimos la suerte de ganar, ahí repuntamos con la escuela, pero estuve como 10 días que casi no podía caminar -sonrisas-. Tenía negras las piernas. Fue una linda locura, pero la pasión se lleva en la sangre”.

[caption id="attachment_647594" align="alignnone" width="696"] Adrián “El Diablillo” Cabrera, junto a su familia tras imponerse en el cuadrilátero del Gimnasio Municipal Nº 1.[/caption]

“Después Darío Achaval se abre, se va al Body Gym en calle Roca. Yo me quedé con Pablo Torres, luego me fui a dar clases como en 2008 al gimnasio Nº 3. Tenía 50 alumnos, fue una odisea dar clases ahí. Y los míos con poca experiencia competían contra el Body Gym. Un año más tarde me metí en las 1008 Viviendas a dar clases, en el SUM. Estuvimos hasta 2012, no teníamos nombre. Luego a la vuelta del Frutillitas arranqué en un lugar chiquito, y me engancho a dar clases en el Sindicato Petroleros donde llevo como 9 años. En 2012 surgió en un asado con Charly, mi compadre, se le ocurrió Warriors y quedó, Guerreros. Es el nombre de mi escuela. Y ahí comenzamos a competir más”, cuenta Claudio Cabrera.

Un padre orgulloso de sus 4 hijos artistas marciales

Claudio fue padre a los 20 años del hoy reconocido Adrián “El Diablillo” Cabrera, quien es como un abanderado entre los peleadores activos del kick boxing de Comodoro. “A los 4 años dio una exhibición en Formosa. A los 6 años me ayuda a dar una clase a los chicos. Y Angelito de chiquito se metía en el gimnasio, por ahí lo dejaba sentado arriba de una bolsa que estaba en el piso, con un trofeo en la mano. Yo tenía un lugar chiquito para entrenar, muy precario, un piso horrible y entrenaba. Ellos comenzaron jugando, mi hija igual, Cecilia dejó un tiempo, luego sola volvió, pero te aseguro que tiene una patada como Angelito. Y el enano (Axel Ignacio), el más chiquitito, me sigue para todos los gimnasios, ellos solos arrancaron a entrenar”.

“A su mamá es a la única que no le gusta este deporte. Ella como madre sufre, porque todos los hijos arrancan conmigo. Imaginate como sufre cuando sube la hija a pelear, ahora el más chiquitito. Creo que su mayor alegría sería que yo deje todo -sonrisas-. Pero yo no los reto si pierden, ni los obligo a seguir. Yo perdí varias veces, este deporte es así. Tanto el Diablillo y Angelito han perdido, pero solos se ponen las pilas y siguen. Tienen su carácter, se ponen las pilas. Suben al ring y me matan, me emociono mucho. Y pienso, menos mal que a estos pibes los tengo de mi lado”, asegura Cabrera.

“Se extraña la rutina, pero lo bueno es que tengamos todos salud”

El deporte en estos últimos 5 años ha crecido mucho, pero es producto de un trabajo continuado en Comodoro. “Cada vez mejorando más. Hoy existe un abanico de Escuelas, han crecido mucho, Muñoz, el ‘Paisa’ Mellado, su team. Es lamentable no haber podido hacer el primer evento del año en marzo. Eran todas peleas picantes, yo tenía 10 y con muy buenos. Pero existen escuelas que se aíslan les falta meterse y sumar, que los chicos participen”.

“Hoy, todos los profesores y alumnos extrañan volver al gimnasio. Y para volver habrá muchos protocolos, estaremos en principio muy limitados. Será más funcional, con mucho trabajo de técnica solo, como haciendo sombra. Creo que la parte de sparring faltará mucho, el trabajo con el compañero. Se extraña, es una rutina entrenar. Los eventos, lo veo muy lejos. Lo bueno es que tengamos todos salud, que Comodoro no se llene de contagio como Buenos Aires que está complicado. Toco madera, que todo siga tranquilo. Yo agradezco a todos mis colegas de las Escuelas de kick, mi familia, mi señora, mis hijos que me hacen el aguante, a la gente de Buenos Aires. Y mi maestro que siempre lo tengo presente. Y agradecido de mi Comodoro, hoy se puede salir todavía con la familia a pasear en una plaza. Estoy agradecido que mis hijos estén sanos y hayan elegido un deporte”, asegura el “Dengue” Claudio Cabrera.

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