Ser docente en tiempos de Covid-19

La finalidad en la educación es algo más que transmitir conocimientos. Una docente, explicó a Crónica su realidad y cuáles fueron los cambios que empleó a la hora de enseñar durante el Covid-19.


Gabriela Vallero, maestra jardinera, en comunicación con este diario señaló que “esta cuarentena nos encontró con lo puesto, escuché decir hace unos días a la licenciada Liliana González, y siento tan real esa frase. Porque así fue para nosotras, las docentes de nivel inicial”.

En este sentido, agregó: “el 13 de marzo fue la última vez que fuimos al jardín y el último día que tuvimos clases presenciales, sin saber por cuánto tiempo, luego de decretarse la cuarentena obligatoria, y la extensión de la misma, nos inquietó cómo vincularnos con los pequeños”.

Al mismo tiempo, la docente comentó que “empezamos a ver recursos para hacer algo para los nenes y sus familias, pensando en la contención desde nuestra función docente. Un desafío nuevo para mí que tengo casi 30 años de docencia, sin manejar redes sociales, además fue interiorizarme en los recursos tecnológicos que nos brindan las diferentes aplicaciones. Todo un nuevo desafío, también para la institución”.

Más adelante puntualizó que junto a la representante legal del jardín donde se desempeña, Tamara Rial, “comenzamos haciendo cuadernillos de actividades con algunas propuestas pedagógicas y otras más lúdicas, para los pequeños que asisten a las de 3, 4 y 5 años, pensadas en un principio para llevarlas adelante cuando la familia los considere, sin que sean estas actividades obligatorias o tarea. A las familias de sala de bebés y deambuladores les hemos enviado videos de estimulación temprana, actividades para que ellos puedan realizar con sus pequeños. Cabe recordar que nosotros habíamos comenzado las clases el 2 de marzo”.

Además, Vallero recordó: “como en el nivel inicial el vínculo y encuentro con otro es de suma importancia, pensamos también en lo emocional, y comenzamos a grabar videos, con canciones, propuestas lúdicas, cuentos y recetas. Esto generó otro tipo de interacción con los nenes, le fuimos buscando la vuelta. Buscamos luego como recurso el encuentro virtual, en principio con la sala de 5 años dos veces por semana, luego con sala de 4 una vez por semana y ahora con la sala de 3, a medida que fuimos familiarizándonos, incluimos a las salas. Estos espacios fueron pensados como espacios de encuentro con los otros, saludarse, verse, contar novedades, como lo hacíamos habitualmente en el jardín. Se preparan juegos, se envían consignas el día anterior, las docentes somos anfitrionas del espacio y los nenes se sienten esperados”.

Por último, aseveró que también han incluido a los profesores de las materias especiales, educación física y música. “Estos espacios de intercambio son muy gratificantes, nos llenan de amor. El afecto que recibimos y compartimos es muy gratificante. Los docentes somos guardianes de derecho y ente caso el derecho a la educación, y los encuentros virtuales, nos permiten seguir viéndonos, seguir enseñando, seguir mirándonos y mirar al otro. Respetándolos, valorando las familias que aceptan que nosotras entremos a su casa”.