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La pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las pandemias

domingo 19 de abril de 2020
La pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las pandemias
ECO1
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La destrucción de la naturaleza expone a los seres humanos a nuevas formas de contacto con microbios y las especies silvestres que les sirven de anfitrionas.



“La pérdida de la naturaleza y el surgimiento de las pandemias” es el título del documento realizado por la Organización Mundial de Conservación (WWF por sus siglas en inglés), que busca ilustrar los vínculos entre la pérdida de naturaleza y el surgimiento de nuevas enfermedades como el COVID 19.



“A pesar de que la propagación de la crisis actual no tiene precedentes, el nuevo coronavirus sigue a una serie de enfermedades que han surgido en las últimas décadas, tal como el Ébola, el SIDA, el SARS, la gripe aviar y la gripe porcina. Todas se originaron en animales, y existe cada vez más evidencia de que la sobreexplotación de la naturaleza por la humanidad es uno de los factores detrás de la propagación de nuevas enfermedades” detalla el documento.

De acuerdo al informe las actividades del hombre han alterado de manera significativa tres cuartos de la tierra y dos tercios del océano, cambiando al planeta hasta el punto de determinar el nacimiento de una nueva era: el Antropoceno. Los cambios en el uso de la tierra que acercan a la vida silvestre, el ganado y a los humanos facilitan la propagación de enfermedades, incluidas nuevas cepas de bacterias y virus. “Mientras tanto, el comercio ilegal e incontrolado de animales salvajes vivos crea oportunidades peligrosas para el contacto entre los humanos y las enfermedades que estas criaturas transmiten. No es casualidad que muchos de estos brotes recientes se hayan originado en mercados que venden una mezcla de mamíferos, aves y reptiles, tanto salvajes como domésticos, creando las condiciones para el desarrollo de zoonosis viejas y nuevas: enfermedades infecciosas que pueden transmitirse de los animales a los humanos”, sostiene.

Este informe ilustra los vínculos entre los impactos de la humanidad sobre los ecosistemas y la biodiversidad y la propagación de ciertas enfermedades.

Si bien muchos de estos enlaces aún no se comprenden completamente, está claro que la salud humana y planetaria están estrechamente relacionadas. Para la WWF la crisis de hoy crea la necesidad urgente de una reflexión profunda sobre la relación entre los seres humanos y la naturaleza, los riesgos asociados con las vías actuales de desarrollo económico y cómo podemos protegernos en el futuro.

Entre los argumentos claves el documento detalla que los virus, las bacterias y otros microorganismos han desempeñado un papel vital en la historia de la vida en el planeta Tierra durante 3.800 millones de años. En su gran mayoría son absolutamente inocuos y en muchos casos son esenciales para la salud de los ecosistemas y la salud humana –piénsese tan sólo en el microbioma humano o las simbiosis innumerables que existen entre microbios y otros organismos.



Pero unos pocos microorganismos, como bacterias patógenas y virus o protozoos parasitarios, pueden ocasionar efectos negativos significativos en la salud humana. Estos patógenos pueden transformarse rápidamente, lo cual les permite trasladarse de animales silvestres a seres humanos. Es- tas enfermedades emergentes ponen en peligro vidas humanas y tienen impactos socioeconómicos mayúsculos.

La probabilidad de que patógenos como virus se transmitan de animales silvestres y domésticos a los seres humanos puede incrementarse por la destrucción y la modificación de ecosistemas naturales, el comercio ilegal o incontrolado de especies silvestres y las condiciones antihigiénicas bajo las cuales especies silvestres y domésticas se entremezclan y se comercializan. El comportamiento humano y factores demográficos incrementan significativamente estos riesgos, y la velocidad a la que viajan los seres humanos de un continente a otro puede causar la expansión desbocada de pandemias. Es por estas razones que conservar y mantener a la naturaleza y los beneficios que nos proporciona es esencial para preservar nuestra salud y nuestro bienestar.

El contacto con especies tales como los murciélagos, las civetas asiáticas de las palmeras, monos, pangolines y otros, puede causar el comienzo y contribuir a la difusióndezoonosisserias.

No es una coincidencia el que brotes recurrentes de ébola hayan sido vinculados a la cacería, el despiece y el procesamiento de la carne de animales silvestres infectados.

Consumo de animales


El consumo de carne de animales silvestres está creciendo dramáticamente en muchos lugares del mundo. Puede representar una fuente importante de nutrición para hogares de bajos ingresos y que padecen de inseguridad alimentaria ubicados en bosques y zonas rurales, particularmente en el África. Una amplia variedad de especies animales son cazadas por su carne, desde reptiles a pangolines, desde antílopes a hipopótamos, y, asimismo, grandes simios tales como chimpancés y gorilas.

Así como se caza por razones de subsistencia, la carne de animales silvestres puede ser vendida en aldeas vecinas, transportada a ciudades e incluso traficada en países distantes mediante rutas de comercio ilegal. En áreas rurales, son los hogares de más bajos ingresos los que consumen más carne de animales silvestres. No obstante, en áreas urbanas, la situación es la opuesta: la carne silvestre es preferida por su sabor y su precio es más alto que el de la carne doméstica. Algunas comunidades pertenecientes a la diáspora africana y asiática también consumen carne de animales silvestres, apoyando, de esta manera, un lucrativo mercado ilegal de talla internacional.

A medida que crecen el consumo y el comercio de carne de animales silvestres, la cacería, el transporte, el manejo y las prácticas culinarias que no se conforman a los estándares de seguridad alimentaria plantean riesgos a la salud humana, incluso a través de la transmisión de patógenos.

Así como la cacería y el consumo de carne de animales silvestres, el tráfico extendido de vida silvestre y partes de animales plantea riesgos serios a la salud humana. El comercio transfronterizo, el cual suele ser ilegal, no sólo constituye una causa primaria de la pérdida de la biodiversidad,también podría ser un mecanismo importante de propagación de zoonosis.

Animales silvestres de todo tipo están siendo traficados a lo largo de rutas comerciales que conectan continentes y países distantes, lo cual potencialmente amplifica la difusión de patógenos.

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