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Deforestaciones y aire más limpio durante la cuarentena

domingo 19 de abril de 2020
Deforestaciones y aire más limpio durante la cuarentena
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Por la reducción de la actividad industrial y circulación de automóviles se registró una baja en los gases contaminantes.



El Dióxido de Azufre, gas responsable del olor más intenso en las ciudades, disminuyó sustancialmente por efecto del freno en la quema de combustibles fósiles y la caída de circulación de vehículos.

Podría mantenerse este cambio en el aire de las ciudades, al terminar la cuarentena? A más de veinte días del inicio de la cuarentena en la Ciudad de Buenos Aires y provincia de Buenos Aires, las imágenes satelitales analizadas en un monitoreo de la organización ambiental Greenpeace muestran las diferencias en la concentración de gases, específicamente en el Dióxido de Carbono (CO2), Dióxido de Nitrógeno (NO2) y Dióxido de Azufre (SO2).

“En los estudios y registros científicos se pueden verificar cambios que percibimos con sólo abrir las ventanas; el aire huele diferente”, explicó Leonel Mingo, responsable del área de campañas de Greenpeace Andino.



“El dióxido de azufre es un gas o líquido incoloro con un fuerte olor, está presente en el aire y viene de la actividad industrial y el uso de automóviles, se produce por la quema de combustibles como el carbón y el petróleo. Es en gran parte por este gas que las ciudades huelen mal. Al restringir la industria y la circulación vehicular, esta situación de aislamiento social obligatorio generó una baja en los niveles de estas emisiones.

“La quema de combustibles fósiles es responsable de estos gases; sólo podremos mantener este cambio en el aire de nuestras ciudades si producimos energías a partir de fuentes renovables, algo totalmente posible y conveniente para un país con potencial eólico y solar como la Argentina.” finalizó Mingo.

Por otro lado la ONG denunció que el monitoreo de deforestación en el norte del país, que realizan mediante la comparación de imágenes satelitales, reveló que entre el 15 y el 31 de marzo se desmontaron 2.172 hectáreas, lo que equivale a la pérdida de 128 hectáreas por día. “A pesar de la cuarentena, los desmontes no se detienen. Mientras la mayoría de los ciudadanos nos quedamos en casa para frenar al coronavirus, la ambición de algunos empresarios agropecuarios no tiene freno y las topadoras siguen arrasando impunemente nuestros últimos bosques nativos”, advirtió Hernán Giardini, coordinador de la campaña de Bosques de Greenpeace.

La ONG ambiental detectó el desmonte de cerca de 130 hectáreas en la finca San Francisco, ubicada en el departamento San Martín de la provincia de Salta, en el límite con Bolivia. “Es suicida que, frente a la crisis sanitaria, climática y de biodiversidad que estamos sufriendo, se siga deforestando. Más desmontes significan más inundaciones y más enfermedades. No podemos perder ni una hectárea más”, afirmó Giardini.

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