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Creadores en cuarentena

miércoles 01 de abril de 2020
Creadores en cuarentena
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Invitamos a seis protagonistas de la faena artísticocultural comodorense a compartir cómo viven este período de imperativo encierro, este tiempo de reflexión inevitable. A que indaguen internamente y nos cuenten cómo permitir que brote lo mejor en tiempos de pandemia.



(Por Marcelo Melo / Ilustraciones: Julia Iglesias) El mejunje de encierro, negación al contacto e higiene frecuente en tiempos de cuarentena por una pandemia que asola al mundo, está transformando aceleradamente la rutina de todos. Este ejercicio de reclusión harto exigente, que depende en gran medida del confinamiento voluntario –hasta hay sanciones penales para los que circulan sin justificaciones- puede asociarse, en el arte contemporáneo, al intenso y frenético retiro creativo, que en la actualidad es obligatorio.

La gran variante que integra el menú de opciones para hacerle frente al tedio, aburrimiento y crisis de paciencia, con respecto a si hubiera tocado en el siglo pasado, es el diverso menú que ofrece el mundo virtual, internet, las masivas redes sociales, que corren por la web ofreciendo comunicación y desencuentros sin necesidad de presencia física.

Dom convocó a seis habitantes comodorenses cuya principal industria es la imaginación y creación a partir de ella, para que transmitan sus sensaciones y tránsito del encierro.

Y hay para todos los gustos, una pareja integrada por un todo terreno, Elo Vázquez, y su compañera, la cantante y artista plástica Laura English; la lírica de la alegría frenética, Andrea Alberelli, un culto a los repertorios nuestros con su maravillosa voz; el escritor que surca, con su elenco Vela al Viento, el mar sin límites de la narración, Rubén Gómez; al batero de los históricos C113 Vicios, Alakrán Márquez, completando con una voz proveniente de la dramaturgia y teatro con montaje en esta ciudad, Natalia Arturo.

Los creadores -en cuarentena- tienen la palabra.

[caption id="attachment_638610" align="alignnone" width="1361"] De izquierda a derecha: Rubén Gómez, Natalia Arturo y Alakrán Márquez.[/caption]

Rubén Gómez: Frente al espejo

“Es inevitable pensar, en estos días en que estamos en cuarentena, en lo que estamos viviendo como sociedad y también individualmente.

Nunca vivimos nada parecido. Este bicho invisible que nos amenaza y pone en tela de juicio nuestra forma de vida, nos está marcando irremediablemente.

Estoy seguro de que lo venceremos, pero también estoy seguro de que nuestra vida no será la misma después del coronavirus.

Seguramente nuestra ciudad, nuestra región y nuestro país cambiarán porque es necesario e inevitable.

“Habrá que replantearse estilos de vida y hábitos de consumo, porque nos estamos dando cuenta de que hay cosas que nos venden y que no son para nada necesarias ya que podemos vivir sin ellas. En los últimos años noté que cada vez nos vamos pareciendo más y más a los archipiélagos, grupos de islas que parecen estar conectadas, que forman todas juntas un grupo pero que están rodeadas por el agua y sin puentes que las comuniquen.

“Creemos estar en contacto con todos los amigos, los conocidos, los colegas porque tenemos las redes sociales y muchísimas formas de comunicación, pero sin embargo es una ilusión tecnológica, una forma de alienación que nos hace daño.

Esta ilusión nos ha mantenido lejos, nos ha separado, y así nos fue.

Nos sacó de las calles, nos quitó la posibilidad de semblantearnos, de mirarnos a los ojos, de abrazarnos, y con esa desmovilización también nos quitó la solidaridad, extender la mano al que nos necesita, compartir las risas, encontrarnos en el otro.

Igual que el coronavirus.

“Será el arte el que tenga respuestas, siempre las tiene. Pero sé que el arte en general, no solo la literatura, también tendrá sus sacudones.

El arte deberá accionar y reaccionar ante los nuevos tiempos y será puentes, balsas, brazos extendidos y conexión para unir a la nueva sociedad que emergerá, indefectiblemente con mayor compromiso social y ecológico, con mejor calidad de vida y resignificando la libertad, la belleza, la amistad y el amor.

“Y en ese movimiento refundacional el tiempo, cuya tiranía establece reglas de hierro, será flexibilizado; el dinero, que es frontera entre lo posible y lo imposible, desaparecerá ante el triunfo de la creatividad; la libertad, esa entelequia que se supedita hoy a leyes oxidadas, será una palabra con valor y sentido; y las relaciones humanas, analógicas, sanguíneas, tan epidérmicas y tambaleantes en la era digital, serán la base para reconstruir la trama social. La pandemia nos ha puesto frente a un espejo en este aislamiento para que veamos lo que realmente importa, para que valoremos lo que tenemos y lo que nos falta. Volver a la simpleza de nuestra existencia, de nuestra naturaleza es el desafío. El sol volverá a salir mañana pero estoy seguro de que lo vamos a ver en su real dimensión y sentiremos su calor. Nos dejaremos iluminar para descubrir una pequeña flor silvestre en nuestro jardín y dejar que ella nos maraville”.

Natalia Arturo: Ahí, donde habita la fragilidad


“El mayor misterio no es que hayamos sido arrojados azarosamente sobre esta tierra sino que, en esta prisión podamos extraer de nosotros imágenes tan poderosas que nos permitan negar nuestra nada (André Malraux)” “Así como en el teatro lo inesperado es lo que activa la escena, estos acontecimientos inciertos nos dan nuevas posibilidades para pensarnos como humanos. Siempre que exista una necesidad, una urgencia o alguien que se resista a la muerte habrá arte. O trepamos las cuatro paredes entregados a las trampas del ego o nos brindamos la posibilidad de expresar.

“Vemos en las redes la necesidad de los artistas de reafirmar que no estamos solos en esta pausa cuando las horas pasan; porque el arte se resiste a todo acto individualista.

Te hace partícipe a vos que no podés con el silencio. Cuando hubo catástrofe en los períodos de guerra, el arte pudo convertir el dolor en recurso retórico para comunicar y así hablar e incomodar las formas de ver el mundo.

“Confinados al silencio volvemos a ser discípulos, a crear y a enfrentarnos a nuestra propia imagen.

Sampleamos el sonido del megáfono de la policía, para que quede registro de época en forma de canción, vigilamos la injusticia, poetizamos el silencio. Atesoramos la palabra de nuestrxs maestrxs, y multiplicamos experiencias on line que nos den el placer y la libertad que sentimos con ellxs.

“Aún con algunos trabajos postergados intentamos sobrevivir desde el minuto uno de la pausa: confieso que no pude dejar de producir lenguaje y grabé cuentos tratando de jugar con los tonos, las inflexiones de la voz, el tratamiento de la emoción en la palabra. Lo compartí con otros. No existen límites para la creación. Justamente porque se hace algo con lo que se tiene. Nosotros priorizamos el proceso, el camino hacia el producto final.

“En el silencio hay una verdadera escucha de mí misma, porque hay una fuerza expresiva íntegra y verdadera que desenmascara el propio yo. Estamos en los preparativos de un acontecimiento incierto.

No sabemos exactamente cuál es la urgencia, pero sabemos que existe y debe ser impulsada. Mientras tanto, ejercitamos para dar en el blanco el día que la urgencia se haga carne. Esperamos activamente a que llegue el día en que podamos congregarnos en proyectos que nos hagan sentirnos más humanos.

 

Alakrán Márquez: Confinado


“No estamos acostumbrados al encierro. Ni en la imaginación más inmensa se nos hubiera aparecido este panorama tan abrumador. Estamos atentos a las noticias, con la sensación de estar en guerra ante un enemigo invisible, agazapado, al acecho de nuestro organismo.

“Las incertidumbres son varias y, por qué no, aparecen paranoias y temores que ninguna película apocalíptica nos podía advertir.

Y a toda esta desgracia universal, estar lejos de las grande urbes, en este lugar recóndito del planeta, nos da tiempo a prepararnos para el gran combate. Un pequeño punto a favor, se podría decir, aunque más no sea.

“Tenemos tiempo para leer, ver películas, estudiar. Y acá estoy yo, con los instrumentos desplegados en casa, y a la caza de ideas que deriven en canciones, en sonidos, en poesías. Y pensar. En lo que se viene. En el nuevo mundo que se nos presentará luego de esta pandemia. Algo habrá que cambiar ¿Seremos solo testigos de ese cambio necesario? A prepararse para ser sobrevivientes en este nuevo escenario.

“Y más acá, en un plano más personal, pienso en los que necesitamos subirnos al escenario. Cómo y cuándo serán los futuros conciertos y presentaciones artísticas ante este aislamiento que hoy se nos presenta ¿Habrá nuevas formas de difundir nuestras obras y que el streaming nos devuelva algo de lo que ofrecemos? ¿Quién sabe hoy? Es un mal menor quizás. Por lo menos hoy. Porque leo la carta de la enfermera del Regional que aún no ha cobrado su sueldo, pero le sigue poniendo el pecho a las balas y al virus.

Y se me pasa...

Y hasta me olvido que hoy, 25 de marzo de 2020, al momento de escribir esto, no he cobrado ni tengo noticias acerca de mi magro sueldo de docente del mes de febrero…

[caption id="attachment_638611" align="alignnone" width="1361"] A la izquierda Laura y Elo y a la derecha Andrea Alberelli.[/caption]

Laura y Elo: El encierro del Payaso y la Cantora

“Perdimos, momentáneamente, parte de nuestros ingresos, talleres, espectáculos, eventos, etc, pero dentro de todo lo que se está viviendo en el mundo, somos dos con mucha suerte, no nos falta nada.

Tenemos la dicha de tener nuestra casa conectada con los espacios culturales que llevamos adelante, que son el Kultural5 y el Taller Caracol. Ahora que no estamos con las actividades cotidianas de los mismos, aprovechamos para ordenar, limpiar, pintar y arreglar cositas que no podemos hacer por falta de tiempo”.

Elo: “Le puse intensidad y tenacidad a la huerta pero fue un fracaso… No dio ni para una ensalada, por ahora fallecería sin el almacén de al lado. Tengo la suerte que me quedó en pie solo uno de mis trabajos y que puedo hacer tranquilamente sin salir de casa, la radio. Ahora tengo todo el día para pensar grabar y editar cosas de radio. Temprano a la mañana escucho radio, tomo mate y en mi cuaderno pongo ideas que grabaré más tarde. Y anoto una idea, y al rato otra, y después anoto otra más, semillas que algún día germinarán”.

Laura: “Estos días son de leer, dibujar, cocinar, estudiar, escribir, mirar mucho los Simpsons, ordenar, planificar, organizar, limpiar, curtir patio, mimos con los animales de la casa (Otto, Yojansen, Mini Blanca, Mini Negra). Básicamente, casi todo lo que hago siempre, solo que sin tener contacto con otras personas y con más tiempo. Soy una persona muy introspectiva, y si no tengo nada que hacer fuera del radio en el que habito, para mí es mucho mejor. Disfruto mucho de estar en mi hogar. Soy de las que hay que visitar porque no visitan nunca. Me gusta ser anfitriona y recibir amigos/as en casa, pero también disfruto de la soledad.

Cuando alguno de nosotros quiere estar solo en casa y disfrutar de la soledad, siempre tiene algún lugar en donde estarlo, y lo respetamos.

“Tenemos largas conversaciones con hija Malena y jugamos juegos de mesa eternos tipo El Estanciero.

Miro programas de chimentos para charlar por teléfono y reírnos con mi abuela Inés”.

Elo: “Pensamos y hablamos mucho sobre qué y cómo será, qué pasará cuando todo termine y podamos sacar nuestras narices a la calle como antes. Nos preocupan las compañeras y los compañeros que tienen como único ingreso el resultado de exhibir su arte frente al público ¿Qué van a hacer si esto se prolonga? Estamos seguros de que tendremos mucho que aprender de esto, mucho para repensar, recalcular y mucho para reinventar. Pero estamos seguros, que también saldremos de esta.

 

Andrea Alberelli: “¿Qué hago en esta cuarentena?: ¡Canto!”


“La música, a través del canto, tiene el poder de modificar nuestro cuerpo y alma con su vibración.

Universal, sin fronteras ni religiones ni banderías políticas, tiene el mismo poder contagioso que el virus más temible… ¿Y qué hago además de cantar? ¡Ayudo a otros a cantar! Desde hace tiempo, es mi principal actividad laboral, y aunque ahora no podemos encontrarnos frente a frente en nuestras clases habituales, usamos distintas aplicaciones que nos ofrece la tecnología, para vernos por camaritas, desde los teléfonos o computadoras, y de esta manera virtual, poder seguir practicando.

“Hay mucha gente que experimenta una necesidad profunda de cantar, por diversos motivos. Es mi trabajo ayudarlos a encontrar los recursos con los que cuentan, dependiendo sus objetivos. A los que cantan por puro gusto, a los desafinados o a los que lo hacen como terapia, a los colegas que necesitan entrenar para sus recitales, a los que no saben por qué, pero necesitan cantar ¿Qué recomiendo para todos estos días a todos mis alumnos y a todo aquel que ahora mismo esté leyendo esto?... ¡Canten! Cualquier cosa, una canción de tu infancia, de tu banda favorita, una canción inventada. Bajito o a viva voz, afinada o desafinando sin culpas, mentalmente.

“Hay cantos para todo: cantos para el trabajo, cantos de guerra, cantos rituales, para celebrar, para agradecer, religiosos, de protesta, para la buena cosecha, para hacer llover, para hacer dormir, para curar, para meditar… “Al cantar, segregamos endorfinas, descargamos tensiones, mejoramos la respuesta inmunológica, reducimos el estrés, ayudamos a mejorar la respiración, favorecemos al sistema cardiovascular, mejoramos la postura, prevenimos la demencia, limpiamos las vías respiratorias, nos ayuda a memorizar, nos ayuda a conectar con los demás… “Cantamos en todos los estados de ánimo: si estoy triste, alegre, si extraño, si sufro de mal de amores, si odio… Es tan bueno e importante cantar, que grandes poetas de nuestra Tierra le escriben y cantan al canto mismo: “Pobre de aquel que no sabe del campo las hermosuras, la vida, la más oscura, la que tiene más quebrantos, hallará siempre en el canto consuelo pa’ sus tristuras” (Atahualpa Yupanqui) “Si no canto lo que siento me voy a morir por dentro he de gritarle a los vientos hasta reventar aunque solo quede tiempo en mi lugar” (Luis A. Spinetta) “Si se calla en cantor calla la vida, porque la vida misma es todo un canto” (Horacio Guaraní) “Canto, canto tan débil soy que cantar es mi mano alzada y fuerte canto, canto, no se más que hacer en esta tierra incendiada, si no cantar (Jorge Fandermole) Usted preguntará ¿por qué cantamos? Cantamos porque el niño y porque todo Y porque algún futuro y porque el pueblo Cantamos porque los sobrevivientes Y nuestros muertos quieren que cantemos (Mario Benedetti)



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