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A tres años de otro detenimiento del deporte comodorense

martes 31 de marzo de 2020
A tres años de otro detenimiento del deporte comodorense
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Fue el 29 de marzo de 2017, a las 17.50 cuando la llovizna que había comenzado dos horas antes, se convirtió en un diluvio incontenible en toda la ciudad. Comodoro Rivadavia vivió un desastre natural como nunca en toda su historia. El deporte, en todas sus expresiones, debió hacer un paréntesis.
Aunque los motivos son diferentes, las similitudes nos trasladan a tres años atrás, cuando la naturaleza golpeó muy fuerte a nuestra ciudad. Hoy, nos azota una pandemia casi de ciencia ficción, con una realidad inimaginable pero que es bien palpable, a tal punto de cambiar hábitos y modificar posturas.



[caption id="attachment_638412" align="alignnone" width="696"] El Club Florentino Ameghino, fue una de las instituciones más perjudicada por este fenómeno meteorológico. Su cancha e instalaciones estuvieron inundadas y cayó parte de su paredón.[/caption]

Hace tres años, una tormenta diluvial se hizo dueña de una ciudad desacostumbrada a tantos milímetros de agua. Colapsó absolutamente todo. Las calles se convirtieron en ríos incontenibles y el lodo arrasó con todo lo que pudo. Horas de indudable pánico, porque hubo que evacuar a muchísima gente en diferentes puntos de la ciudad.

Y entre tanto desastre en las zonas urbanas, con autos y camionetas que quedaron flotando en las calles e incluso fueron arrastrados hasta el mar, el deporte tu que paralizarse en la ciudad por unas tres semanas.

También, hubo canchas que sufrieron la furia climática como la de Florentino Ameghino, atravesada por un lodo que bajó furioso desde el Cerro Hermitte.

[caption id="attachment_638415" align="alignnone" width="696"] El kartódromo de la AKPS, quedó como una pileta de natación a cielo abierto.[/caption]

Emblemáticamente, también quedó como una imagen demostrativa de la fiereza de la naturaleza, la cancha de Veteranos de Laprida. El lodo destrozó el campo de juego, tapó el terreno hasta los tres cuartos del alambrado y los arcos apenas sobresalían menos de un metro.

[caption id="attachment_638416" align="alignnone" width="696"] Las instalaciones de General Saavedra también fueron perjudicadas.[/caption]

Después de ese momento, la cancha de los veteranos de Laprida no se pudo volver a utilizar. Hubo que realizar un trabajo muy de fondo para recuperar uno de los terrenos tradiciones del futbol de veteranos.

Pero además de lo nefasto que dejó el temporal, también hubo aristas positivas que afloraron en esos momentos de tempestad. La solidaridad se manifestó bien nítida en muchos clubes y entidades deportivas. Se ofrecieron instalaciones y también un trabajo mancomunado de muchos deportistas para tratar de socorrer o asistir a muchos damnificados.

En la memoria colectiva quedaron imágenes imborrables, porque además de esa primera tormenta del 29 de marzo, hubo una réplica el 1 de abril, complicando aún más lo que ya estaba visiblemente dañado.

Aún así, la ciudad se pudo recuperar de un golpe devastador. En estos tiempos que corren estamos ante otra prueba de carácter, más pronunciada por los alcances hacia toda la humanidad, pero que reclama la misma fortaleza para levantarse y volver a caminar.

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