Necesidad de los caminos alternativos para descomprimir el tránsito urbano

Unir diferentes sectores de zona norte y zona sur a veces se transforma en una verdadera odisea cuando, como sucedió hace días atrás con un accidente, se corta el tránsito por el sector urbano de Ruta 3 o cuanto menos se restringe la circulación, lo que provoca enormes congestionamientos y problemas para los vecinos, especialmente para quienes deben cumplir horarios.
Por ello es que los caminos alternativos como el del Centenario o el Roque González se transforman en las vías más adecuadas para descomprimir la circulación entre diferentes barriadas comodorenses, por lo que es necesario una atención adecuada de la cinta asfáltica, de su cartelería, iluminación o demarcación refractaria de vías, medidas preventivas que permiten ganar en seguridad.

Sin mencionar la necesidad de reparación y de volver a contar con el camino Presidente Perón -que permitiría unir rápidamente a Comodoro con Rada Tilly por la zona costera-, es imprescindible que las otras vías alternativas de circulación se encuentren en óptimas condiciones para darle agilidad al tráfico y seguridad a los conductores que habitualmente utilizan esa alternativa de tránsito.

La traza del Roque González, en la zona que oportunamente se hundió por efecto de las violentas lluvias, necesita parte de esas medidas de atención preventivas para darle mayor seguridad. En el desvío realizado y si bien la cinta asfáltica se encuentra en buenas condiciones -a pesar de algunas ondulaciones- es necesaria una mejor visualización del camino que se estrecha en ese sector, por lo que habría que delimitar mejor cada mano con una buena pintura refractaria.

Más allá del estado del camino, por supuesto, siempre hay que demandar prudencia a la hora de manejar por esa o cualquier otra vía de tránsito urbana, particularmente en horarios nocturnos cuando a las dificultades de la traza se suma la oscuridad, lo que puede favorecer algún accidente.