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La situación de Chile deja en jaque al Grupo de Lima

jueves 24 de octubre de 2019
La situación de Chile deja en jaque al Grupo de Lima

El país trasandino, faro a seguir para los neoliberales de la región terminó por explotar sumido en sus profundas contradicciones que lo convierte en el séptimo país más desigual del mundo.


La profunda crisis política y social que atraviesa Chile por estas horas asestó una herida de muerte al Grupo de Lima nacido en 2017 como contracara de la Unasur.

"Chile, es el país más neoliberal del mundo, es el que tiene la mayor privatización de todos los sectores de la vida pública: pensiones, salud, educación, todo está privatizado" explicó días atrás en América Economía Valeska Hesse, directora del departamento de América latina y el Caribe de la fundación Friedich Ebert, cercana al partido socialdemócrata alemán.

"El país más neoliberal del mundo" a decir de Hesse, explotó y no por los 30 centavos de aumento en el subte que apenas funcionó como detonante, sino como aseguran hoy los chilenos movilizados, por los 30 años de políticas liberales que hicieron de Chile el séptimo país más desigual del mundo según datos del Banco Mundial.

Chile iba a estallar en algún momento. Tenía que hacerlo. Y los liberales de la región se quedaron sin el faro a seguir. Y así quedó hoy el Grupo de Lima, debilitado, sin saber hacia donde mirar para mostrar las supuestas bondades del liberalismo ortodoxo que propugnan.

El Grupo de Lima nació hace dos años, como contracara de la Unasur, a caballo del viraje hacia la derecha que había emprendido la región y como ariete a la intenciones de Washington de hacer pie en la convulsionada y petrolera Venezuela de Nicolás Maduro.

Dos años más tarde de su presentación en sociedad sus principales socios están en retirada o enfrentando el rechazo en masivas movilizaciones populares.

Piñera no encuentra salida a una crisis social que ya provocó, según cifras oficiales, al menos 18 muertos por la represión sin que ello generara una sola manifestación por parte del Grupo de Lima.

El presidente de Ecuador Lenín Moreno siguió un camino similar al que desanda hoy Piñera. El intento por aplicar un duro ajuste a instancias del Fondo Monetario Internacional (FMI) desató una masiva movilización que obligó al mandatario a mudar el gobierno desde Quito a Guayaquil. Ante el rechazo popular Moreno tuvo que dar marcha atrás con el ajuste.

En la Argentina el rechazo a las políticas de otro de los impulsores del Grupo de Lima, Mauricio Macri, llegó de otra forma. Con las elecciones a la vuelta de la esquina los argentinos se manifestaron en las urnas. El 11 de agosto pasado ni el analista político más arriesgado había podido vaticinar la aplastante derrota que sufrieron las políticas de ajuste y los sueños reeleccionistas de Macri.

El líder de Cambiemos, un asiduo adulador del modelo chileno, perdió su faro a apenas unas horas de que los argentinos acudan otra vez a las urnas para dirimir en elecciones qué modelo económico marcará el rumbo del país por los próximos cuatro años.

En tanto en Brasil Jair Bolsonaro, con su prédica racista, misógina y homofóbica se convirtió en un paria entre los dirigentes mundiales que prefieren evitarlo a sacarse una foto con él. Apenas el compañero de fórmula de Macri, Miguel Ángel Pichetto, que ve una amenaza marxista en cuanta manifestación popular ocupe una calle, sonríe al lado de Bolsonaro.

Uruguay, el país con mayor igualdad en la región y con una de las economías más estables se abstuvo de sumarse al Grupo de Lima mientras que el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador sacó a su país de ese organismo para sostener su postura de no injerencia en Venezuela. En tanto Alberto Fernández ya advirtió que de resultar electo presidente el próximo domingo seguirá los pasos de Lóez Obrador y retirará a la Argentina del Grupo de Lima.

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