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El comercio exterior se acomoda al control de cambios

lunes 30 de septiembre de 2019
El comercio exterior se acomoda al control de cambios
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La generación de divisas es una de las necesidades más urgentes de la economía argentina y el comercio exterior es la principal fuente de ingreso de dólares.



Por esta razón, las medidas de control cambiario que rigen desde hace un mes, aunque intentaron no trabar la operatoria, en la práctica, provocaron complicaciones que se están viendo sobre la marcha.

Septiembre no fue un mes fácil para las empresas exportadoras, que analizan el impacto concreto de las novedades en su actividad, mientras las cámaras empresarias transmiten los inconvenientes a las autoridades.

Las disposiciones que más afectan son las que estipulan determinados plazos para ingresar y liquidar divisas luego de la exportación o para concretar una importación después de pagarla.

La situación no tiene tanto impacto en los sectores agropecuario y tecnológico. Tanto las commodities como los servicios pudieron reaccionar rápido al nuevo tipo de cambio que rige desde 2018 y las exportaciones de estos rubros mejoraron.

Sin embargo, en el sector industrial la cosa es diferente. Abrir nuevos mercados, conseguir clientes, embarcar y vender lleva tiempo. Además, los productos fabriles tienen un alto componente de insumos importados, o bien, de materias primas dolarizadas. En estos casos, la devaluación mejora el precio final, pero también sube los costos.

Plazos


Norberto Delfino, actual directivo y expresidente de la Cámara de Comercio Exterior de Córdoba (Cacec) señala que los plazos para la liquidación de divisas “es una medida que no tuvo en cuenta situaciones especiales”.

De todos modos, reconoce que el Gobierno está abierto para escuchar planteos y resolver los problemas. A la vez, recuerda la agilización y simplificación de las operaciones internacionales de estos últimos cuatro años.

Uno de los casos fue el del maní y otros productos, que en un principio tenían un plazo de 15 días desde el embarque para ingresar los dólares y que, en la última semana, pasaron al régimen general de 180 días.

“En nuestro caso, nos afectaba para exportar maíz pisingallo y se manifestó este tema a las autoridades para que lo tengan en cuenta. Son productos que nos pagan a 90 o 120 días, muchas veces vendemos a supermercados”, explica Laura Passerini, directora de Egran y vocal de la Bolsa de Cereales de Córdoba.

En otros rubros, hasta los seis meses se quedan cortos. “Para nosotros, el plazo para el ingreso de divisas debería ser, como mínimo, de un año. Estamos hablando de maquinaria que se vende, generalmente, contra estación, tiene un plazo de transporte y un tiempo para ser vendido. Los clientes no pagan al contado, el mínimo son seis meses y de ahí en adelante”, subraya Ramón Lambertini, presidente de Carlos Mainero y Cía.

“En bienes de capital, requiere mucha paciencia, tiempo y dinero abrir y mantener un mercado. Queremos seguir sumando clientes, pero hay mucha competencia en el mundo y poner estas condiciones no ayuda”, agrega.

La importación de bienes de capital también tiene problemas. El plazo es de 180 días desde que se abona para recibir el producto. “Hay casos que se fabrica expresamente con una orden de compra. Si es un proceso complejo, los tiempos de elaboración y de envío al país pueden ser mayores”, puntualiza Delfino.

También menciona la situación de exportaciones de empresas vinculadas, que tienen 60 días para ingresar divisas. “Tenemos una filial en Chile. Fabricamos parte de un bien aquí, exportamos a esa filial y allí lo completamos, pero luego tenemos que vender el producto. Los dos meses para ingresar divisas es poco tiempo”, dice.

Descalce y financiamiento


Otro tema es la obligación de pesificar los cobros a los cinco días. “Hasta ahora, nos autofinanciábamos; cuando cobrábamos un contenedor, manteníamos el dinero en dólares e íbamos ingresando pesos cuando lo necesitábamos o pagábamos de ahí al exterior”, cuenta Gabriela Albert, socia de Edge Instruments.

“Ahora hay que pasarlo a pesos y no nos podemos calzar por si hay otra suba del tipo de cambio. La mayoría de nuestros insumos son importados o están dolarizados”, precisa.

Un problema adicional se presentó para quienes utilizan la prefinanciación de exportaciones, ya que las entidades prefieren mantener las divisas para hacer frente a posibles retiros de depositantes en dólares y frenaron los créditos.

Miguel Zonnaras, titular de Molinos Sytari, asevera: “Los bancos no están prestando dólares, ni siquiera con calificaciones ya otorgadas, ni renovando las operaciones ya canceladas. Necesitamos la prefinanciación, que es la herramienta de giro de las pymes exportadoras”.

El mismo problema atraviesa la fabricante de bienes de capital Doble TT.

Guillermo Abratte, de la firma que exporta a 28 países, cuenta que están por cerrar una exportación muy grande a un nuevo cliente y no consiguen dinero.

“Ningún banco de Morteros nos financia en dólares. Uno nos ofreció crédito en pesos al 80 por ciento (de interés) y otra entidad pública lo está analizando. Necesito el dinero para pagar los insumos y recién voy a cobrar dentro de seis meses”, concluye.

Medidas que impactan en las operaciones internacionales


La economía argentina necesita dólares y uno de los objetivos de las restricciones cambiarias que se implementaron el 1º de septiembre de este año apunta a que los exportadores los aporten.

Para ello, se volvió atrás con la total desregulación del mercado cambiario que dejaba librado a la voluntad del vendedor la decisión de ingresar o no las divisas al país.

Esa fue una medida que tomó el gobierno de Mauricio Macri al salir del cepo cambiario que rigió entre 2011 y 2015 y que, para muchos, fue un error en un país en donde la avidez por los billetes “verdes” siempre está presente.

Con los problemas para mantener las reservas, que se hicieron evidentes luego de las elecciones primarias de agosto, los limites volvieron. Más allá de las restricciones por el lado de la demanda de atesoramiento de particulares y de empresas, al comercio exterior se le impusieron diversas obligaciones.

Para las importaciones, no hay grandes obstáculos para abonar compras del exterior, aunque todas las operaciones tienen que estar documentadas y los bancos son los encargados de realizar esa verificación.

Pero sí hay un tope de dos millones de dólares para pagar importaciones y esto complica, en particular, a las empresas automotrices quienes traen insumos de empresas vinculadas del exterior.

Por otra parte, a partir de septiembre, no se pueden precancelar importaciones y se exige que todos los pagos anticipados se correspondan con el ingreso de la mercadería dentro de los 180 días.

Exportaciones


En este caso, se estableció un máximo de 180 días corridos desde el embarque de los productos para ingresar y liquidar las divisas en el mercado local. Se fijaron excepciones de 15 días corridos para granos y otros productos primarios (la última semana se dejó fuera de esta exigencia al maní, maíz pisingallo y otros); 30 días para combustibles minerales, y 60 días para exportaciones a firmas vinculadas en el exterior.

Otra flexibilización fue el estiramiento a 360 días para todas las operaciones realizadas a través de la modalidad simplificada Exporta Simple, lo cual beneficia a las empresas más chicas. También se aclararon situaciones puntuales como el trabajo a fasón, muestras y garantías.

Además, el Banco Central obliga a que el cobro de las exportaciones sea ingresado y liquidado (pasado a pesos) dentro de los cinco días hábiles. Esta imposición también impacta en los prestadores de servicios, incluidos los monotributistas. “Es un plazo incómodo, pero no un problema gravitante. Deberían ser unos 10 días”, opina Ramón Lambertini, vocal de la Cámara de Comercio Exterior.

Acumulado en los primeros ocho meses del año


U$S 42.176 M Las exportaciones argentinas acumularon esa suba (3,8 por ciento interanual) entre enero y agosto de 2019, frente a una caída de 27,3 por ciento de las importaciones. Las manufacturas de origen industrial fueron el único de los grandes rubros con caída.

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