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Emiliano Gunckel, aprender jugando

martes 21 de mayo de 2019
Emiliano Gunckel, aprender jugando
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Al frente de Ludogonia Juegos Patagónicos, el ilustrador y diseñador comodorense invita a descubrir la Patagonia en juegos de mesa. Sus propias reglas, sus propios juegos.



[caption id="attachment_577143" align="alignnone" width="907"] 100% Emiliano: Originarios es el juego de autor que inventó, desarrolló e ilustró por completo inspirado en la Patagonia.[/caption]

(Por Flor Nieto) Todos los juegos de Ludogonia dicen Egunckel. Por él, por Emiliano Gunckel. Es ilustrador, diseñador, docente y tallerista. Además, Egunckel es Ludogonia. Hace todo. Ilustra, diseña, experimenta, manda a imprenta, arma, pega las etiquetas, divide las barajas, guarda, embolsa, sella, checkea y envía. “Son proyectos ambiciosos y requieren mucha ilustración. Trato de no dejarlo para más adelante y siempre ir avanzando a medida que puedo” dice. Así, crea sus propias reglas y sus propios juegos.

-En tu bio dice: “Ilustración, diseño & juegos de mesa” ¿Cómo empezaste con los juegos?

-Desde 2015 ya estaba enganchado con los juegos de mesa. Juegos de mesa nacionales, de afuera... pero también pasa que hay como un boom nacional de juegos de autor. Muchas veces cuando uno piensa en juegos de mesa se imagina El juego de la Oca, el Monopoly y nada más, pero la verdad es que hay mucho más. Los juegos antiguos son más abstractos y los de autor conceptualizan mucho más.

Hoy en día hay mucho juego para comunicarte con los demás, trabajar en equipo y esa mecánica está buenísima. Yo fui notando que hoy en día conforme avanza la tecnología, los juegos de mesa perduran. La gente prefiere juntarse con amigos o en familia y crece la costumbre. Ese fue el puntapié inicial como para decir: “¿Y por qué no hago yo juegos de mesa?”. Arranqué con juegos comunes, con memotests y rompecabezas pero de otras cosas.

A mí siempre me gustó dibujar cosas de fantasía así que hice memotests de marcianos, rompecabezas con robotitos o cosas para pintar con peces distintos, con diferentes diseños. Todo siempre de temática infantil.

Después surgió la idea: “¿Por qué no hacer memotest, ya que venía con el tema, orientado a La Patagonia?”. El memotest de animales de La Patagonia fue el primer producto. El primero que hice fue bastante sencillo en comparación al de ahora. Era una plancha de cartón con las tarjetas y dije: “Bueno, vamos a arrancar a ver cómo le va” y gustó. Como tuvo buena aceptación empecé a invertir un poco más en ha- cer una buena caja, un folleto con explicaciones de los animales y así fue creciendo. Siempre me fui ayudando con especialistas en el tema. Por ejemplo, después del de fauna salió el de flora y ya para ése no podía dibujar libremente o buscar en internet, necesitaba ayuda. Es muy fácil equivocarse con las plantas, entonces fui a averiguar con la Doctora en Biología María Arce, que está en la Universidad. Nos hemos juntado varias veces, le llevaba los bocetos, ella me corregía, me iba mostrando los especímenes que ella tenía. La tuve que molestar bocha de veces. Una vez que estaba corregido el dibujo, lo tenía que pintar y mostrárselo para ver si los colores estaban bien. Después de ése hice un rompecabezas con imán pequeño de la costa y ahí ya se ven los invertebrados. Por último el rompecabezas de aves, también me ayudó un especialista de aves argentinas para no pifiarle y elegir bien.

-¿Y Originarios?

-Originarios, es mi primer juego de autor. Eso quiere decir que vos inventás las reglas del juego. Es mucho más trabajoso en todo sentido. Si vos querés hacer un dominó, lo repetís, en cambio cuando hacés un juego tuyo tenés que probarlo con gente. Puede pasar que esté mal hecho, que no esté bien articulada la cantidad de cartas con respecto a jugadores, que te falten fichas, que alguna mecánica sea aburrida, que el objetivo para ganar sea muy difícil de lograr. Te puede pasar de todo. Hay que pulirlo mucho. Se empieza con troqueles de papel. El primer prototipo de Originarios eran garabatos de papel, cuadraditos representando las cartas y una vez que vi que funcionó bueno, se van haciendo prototipos mejores.



-¿Cómo es el proceso de crear juegos? ¿Cómo los probás?

-Empieza todo en familia. Lo probás con los familiares, si es para más chiquitos lo probás con algún hermanito que tengas. Yo tengo un hermano de cinco años así que testeé algunas cosas con él. Además en Comodoro existe un emprendimiento que se llama La Galera de Moriarty, hacen noches de juegos normalmente cada dos sábados. Va gente de todas las edades, familias con nenes, gente adulta y ellos disponen de su catálogo de juegos, nacionales y de afuera. Es una buena oportunidad para decir: “Miren chicos, armé un jue go, a ver qué les parece”. Vas testeando, viendo a quién le gusta y a quién no, escuchando las críticas constructivas…

-¿Qué busca Ludagonia Juegos Patagónicos?

-Fundamentalmente, acercar el conocimiento a través de lo lúdico, del juego, pero evitando que el que lo juega tenga que saber cosas de antemano. Eso es algo que tienen los juegos de trivia. Están buenos y en la Argentina se consumen mucho pero requieren que sepas o chamuyes para poder ganar, y el nene por ahí no aprende.

También pensando en eso, cómo el chico a través de la diversión y de jugar retiene la información de lo que ve. Al ser ilustrador soy muy visual y me pasa que, si estoy estudiando y no me hago machetes con dibujos no me queda en la cabeza. Imaginate un chico -risas-. Por ese lado va, intento hacer juegos inclusivos, dinámicos y que a través de repetir el juego, mirar las ilustraciones, inevitablemente te quede. Va por ese lado Ludagonia.

-¿Qué te inspira de la Patagonia?

-La diversidad y las historias que tenemos. Ahora que empecé con Originarios, hay un montón para explorar. Me lo tomo así. Cada vez que encaro un proyecto no es que digo: “Ah, yo sé mucho del tema y voy a hacer un juego porque ya sé”. No, empiezo a investigar y tengo que ir a conocer gente que sea del palo para no equivocarme con la información. Conforme empezás a buscar y te empiezan a contar cosas es terrible todo lo que se puede hacer. Lo que uno hace con los juegos es apenas la punta del iceberg. De plantas, son miles; animales, hay un montón. Nuclear todo en un solo juego sería extremadamente ambicioso, por eso tengo que hacerlo por partes. Ver la recepción de la gente también está buenísimo, que te digan que no había eso, que realmente hacía falta. Está bueno que lo compra una familia y una docente para la escuela, no es un material específicamente escolar. Una vez me pasó en una feria que un tipo me dijo: “¿Ustedes son de alguna ONG que trae esto?” Y yo le respondo: “No, soy un pibe de Comodoro que hace todo acá”.

Emiliano adelante: “Tengo pensado presentar algo para la Feria del Libro local, tengo que ver bien qué, si serán charlas o talleres para chicos. A nivel producto, voy a seguir con la línea de juegos de autor.

Ahora viene otro, pronto voy a estar revelando el nombre. Es un juego de cartas orientado a animales patagónicos de nuevo pero con su alimento, va a tener muchos distintos y su comida. Vos con tus cartas tenés que alimentarlos y tener puntos. Un juego bien sencillo, rápido. Después otro sobre la Fauna Marina”. Así, Emiliano no solo crea su propio mundo dentro de La Patagonia; nos invita a jugar en él.

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