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Claudio Domingos, fantasía comodorense para la infancia de la tierra colorada

martes 07 de mayo de 2019
Claudio Domingos, fantasía comodorense para la infancia de la tierra colorada

Un comodorense reina desde hace 15 años en la televisión estatal de Misiones. Fantasía, sensibilidad y compromiso. Su carisma viaja a todas las escuelas de la provincia que son las principales protagonistas de su programa llamado Caleidoscopio. Viaja tierra adentro dibujando sonrisas en los niños y desatando fiestas donde fuera que la cámara se encienda.



(Por Marcelo Melo) Claudio Domingos, nacido y criado entre los barrios Juan XXIII y Km. 3, reina desde hace 15 años en la televisión estatal de Misiones, el Canal 12. Con su carisma se proyecta desde el set integrando a todas las escuelas de la provincia mesopotámica. Un programa de la televisión estatal de la provincia de Misiones, Canal 12, timoneado por un comodorense, marca todos los sábados las coordenadas del entretenimiento en los hogares. Dedicado a la platea infantil, con repertorio de juegos y propuestas educativas lúdicas, avisa desde el set a los establecimientos educacionales del interior selvático que serán visitados para seguir contribuyendo con el material de producción de futuros programas.

El programa se llama Calidoscopio y su creador, Claudio Domingos, un cincuentón hecho y derecho, dado a luz y criado entre los barrios Juan XXIII y Kilómetro 3 de la capital nacional petrolera. Cada emisión de Caleidoscopio es furor dentro y fuera del canal; el programa toma diferentes espacios públicos de esa región tan turística y le imprime el sello de la diversión y el esparcimiento. Los peques transpiran alegrías y travesuras, sueños y acrobacias.

Entrevistado por Dom en Posadas, en el calor de su hogar a escasos pasos del microcentro encerrado por las cuatro avenidas, corazón neurálgico administrativo de la jurisdicción, Claudio comenzó narrando que el inicio de la experiencia Calidoscopio tuvo pantalla hace 15 años por primera vez, pero a través la TV por cable posadeña, en Cablevisión con el título Catalejos con espejos. “Tras tres años, gracias a la expansión y evolución, pasamos a la señal estatal provincial LT85 Canal 12, yendo a partir de ahí todos los sábados para el público infanto-juvenil. Siempre con un Norte bien marcado: mostrar las posibilidades de la educación misionera, yendo y emitiendo lo que proponen las escuelas y conducido desde el piso”.

Sus inicios en un medio que desconocía fue de la mano del teatro y la animación. Claudio cuenta que el crecimiento y explosión fue tal que tras tres años con audiencia fiel los contenidos se fueron sustanciando y para expandirlo y llegar a cada rincón de la provincia, surgió el espacio en la televisora estatal. “Fue algo que fui buscando con el solo objetivo de llegar a esos niños que solo ven Canal 12, la única señal que se proyecta en el medio del monte. Cuando salía por la TV por cable, yo grababa el programa, metía el casete VHS en una encomienda y me iba rajando hasta la terminal de ómnibus posadeña para enviarlo al canal homónimo de la ciudad de Oberá, donde también se emitía”, dijo recordando sus inicios.

No había transmisión satelital, ni Whats App, nada... y ese fue el procedimiento que cumplió durante tres años para emerger en la pantalla y dar la bienvenida a los pibes misioneros, proyectándose en las Por Marcelo Melo para la infancia de la tierra colorada Fantasía comodorense dos ciudades más pobladas de Misiones y sus satélites, siempre con singular éxito.

Pero antes de continuar con sus andanzas en la Tierra Roja, Claudio Domingos tuvo tiempo de recordar su paso por su ciudad natal, que lo educó hasta su formación en la enseñanza media. Pero también, abordó su paso por la capital bonaerense, donde se asentó y desde allí, entre La Plata y Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fue formándose con personajes claves de la escena argentina.



“Comodoro, mi gran amor”

En esta ciudad, que extraña tanto, conserva tres amados seres: sus hermanos Martín y Paula, hoy jubilada como vice directora en la educación pública especial de Chubut, y su madre Susana, “una artista inconmensurable”, según él la define. “Esas personas alucinantes que hacen al recuerdo y a mis momentos felices en Comodoro. Eso hace que sea siempre mi lugar en el mundo y la cuna de todo”. Claudio nació en el Hospital Alvear, sus abuelos vivían en calle Ameghino a metros del Club que lleva el mismo nombre y que lo tuvo como arquero de la 7ma. “Recuerdo nuestro clásico con los del Km. 5 y, como era petiso, me colgaban siempre -recuerda explotando en carcajadas-. No obstante eso, mi infancia se hizo en el 3, con la bici, salir a cazar lagartijas en los cerros aledaños. Todo está impregnado en mi desde esa zona de la Comodoro de mis amores”.

La primaria la transitó en las aulas de la Escuela 43, “sobre avenida Lángara, en un viejo edificio, mi barrio es el Kilómetro 3. Y la secundaria la cursé en el Liceo Militar General Roca, lo terminé en cinco años, con muchas de las particularidades de los milicos y me fui a La Plata, a estudiar Abogacía, que creo que fue una elección para irme de Comodoro con alguna excusa” rememora sobre su formación y decisión de volar a cumplir con sus sueños actorales.

“Recalo ahí y la expresión, que sobraba en La Plata, me enloqueció; con mucha competencia con Buenos Aires, con muchas carreras superándolos. Seis años viví allí y me empecé a formar teatralmente con referentes que laburan ante audiencias muy exigentes. Lo que más aprendí fue a trabajar en equipo y a dirigir, hoy puedo trabajar solo o con elenco, distribuir y salir a escena” concluye muy seguro de sí mismo.

Cuando tiene que nombrar destinos que lo marcaron a fuego, a Comodoro y La Plata les suma otros tres, agrega que “mis otros lugares en el mundo son Misiones y Córdoba, mi esposa es de Villa María y allí está estudiando mi hija Candela. Y uno de los lugares más bellos que conocí de la Argentina, habiéndola recorrido en extenso, es Villa Traful, zona de San Martín de los Andes, añoro que mi existencia termine ahí”.

Los títeres maestros

El comodorense cree que una de las razones por las que eligió Posadas para afincarse y forjar este presente “fue porque es un lugar donde las propuestas artísticas tienen un gran nivel de calidad y aceptación, y se genera mucho espectáculo para chicos en ámbitos escolares. Siempre sin condicionarme a nada, porque me he animado a todo”.

Resalta significativamente haber aprendido mucho de colegas creadores, tanto en su paso por La Plata y Buenos Aires. Una vez en la Tierra Colorada, las enseñanzas llegaron desde referentes de altísima calidad, como el grupo Kossa Nostra, un elenco de teatro de muñecos reconocido en Latinoamérica por su arte, fundado por Marcelo Reynoso y Dani Duarte. “De ellos aprendí mucho sobre la producción del hecho artístico, del montaje y la comercialización, ya que vivimos de esto. Absorbí todas esas aristas, la gestión es fundamental, y en ese rol estaba Tuny Bóveda. A ellos les agradezco conocer todo el paño, ellos fueron mis referentes en este sentido”.

Desde 2004 puede jactarse de haber acumulado registros audiovisuales en la totalidad de las escuelas misioneras, algunas de muy difícil acceso, en la zona selvática, teniendo que abrirse paso en problemáticos caminos terrados rojizos.

“Llegamos con el producto a toda la provincia, con contenidos surgidos en lugares recónditos, esas escuelas siempre me interesaron más ya que nunca fueron abordadas.

Son los lugares más cálidos, valoran mucho el espacio que se les da, llegábamos y enseguida se encendía el carbón para una choripaneada popular, una verdadera fiesta en lugares generalmente olvidados”.

Este fue continuamente el Norte a perseguir por Calidoscopio, que jamás olvidó y que hoy en la emisora estatal tiene el mismo tratamiento y responsabilidad.

Toda esta actividad lo fue llevando a involucrarse con instituciones, siempre apelando a premiar la etapa lúdica, Calidoscopio comunica temas que muchas veces faltan en los medios estatales. “Creo que al Estado no le interesa comunicar lo que los establecimientos educativos promueven, directamente porque no saben cómo. Calidoscopio se ocupa de ello, mostramos que las cosas se hacen, no importa si bien o mal, exponemos que las cosas se hacen, el compromiso de los docentes, el tesón de los chicos para aprender, la colaboración e involucramiento de los padres. En definitiva, todos los pilares de la construcción social e ir para adelante. Siempre desde lo artístico, el juego, rescatar lo autóctono, como bien pueden ser los padres de los chicos que integran un grupo chamamesero. Cuando recorro Posadas me interesan las escuelas periféricas, las de los barrios, ya que son las menos asistidas, donde las papas queman y la llegada del programa es una especie de bálsamo con actividades, en el turno mañana y tarde, muestran lo que saben hacer, mostrar lo que hicieron en los actos, lo que hicieron con el área de música, de plástica. Y tal vez, por acumulación, ese acto del 25 de mayo se muestra en octubre, no importa, los chicos se reflejan, se ven protagonistas, les sube la autoestima, muchas veces bastardeada” rescata sobre un aspecto esencial que asume su producción.

Con la tecnología a cuestas

En esas dos horas de visita, los juegos son el regalo de Calidoscopio, además reportea a los directivos, para que describan logros, necesidades y metas. Y no faltan los testimonios de profesores y de comunidades de padres, para cerrar el círculo.

Con el paso de los años, sus inversiones han creado una gran isla de edición. “A la par fui acumulando tecnología, me fui aggiornando porque cambia año a año, desde tener la isla de edición, la filmadora, los micrófonos inalámbricos a hoy manejar un dron para tomas aéreas. Laburo mucho con mi propia tecnología, que me da mucha más seguridad. Lo que busco es equiparme en cuanto a lo que necesito para que me haga más fácil el trabajo”.


Potencial

El trabajo desarrollado en el set televisivo es el gran muestrario que le permite promocionar su actividad de gran animador infantil, en celebraciones particulares, actividades en días claves del calendario donde es contratado para entretener a amplias masas de infantes y jóvenes, siempre estimulando el juego, del que tiene un repertorio infinito.

“Muestro lo que poseen, el potencial, el instrumental, lo que les falta está a la vista todos los días. Otro de los atractivos fue posibilitarles salir en vivo y en directo por la radio estatal, LT17, con tres salidas en vivo desde la Escuela, que lo que imaginan de la radio lo lleven a práctica”.



Dibujando sonrisas por el país

-¿Qué destacas de su formación laboral y teatral?

-Es súper amplia, hice un repaso de todos los laburos, todo lo que fui absorbiendo en La Plata, cómo el trabajo me fue constituyendo como persona. Pero me formó todo lo que hice, desde mi etapa de vender sándwiches en el Poder Judicial, a pasar a pintar murales callejeros y carteles comerciales por toda la ciudad, a zambullirme en el mundo artístico platense que es de una riqueza inconmensurable. Hasta aprender a caminar con los zancos de dos metros para repartir volantes y parar la olla. Todo me enseñó.

Viviendo en Rosario fui al barrio Las Flores, trabajando para una companía de títeres, asentamiento que se hizo notorio porque se morfaban los gatos en 2001. Fui como asistente en una especie de carromato, contratados por la Universidad Nacional de Rosario y el gobierno provincial. Ahí vi que los artistas le faltaban el respeto a los niños de ese barrio. Me abrí inmediatamente.

Los preceptos y criterios que vi me indicaron que debía cambiar mi camino. Siendo compañeros de lucha, que pudiesen destratar al público, que no hay que hacerlo sean de la condición económica que sean. Me indignó y rompí con ellos. Esa experiencia tan triste me cambió hacia lo que deseaba hacer: siempre entretener, llevar a dibujar una sonrisa y agitar algo la capacidad de asombro, de gentes que recién están formándose.

En todos estos año no he negociado sobre lo que tiene que tener una propuesta, llevo un equipo, propongo las actividades, las consensúo y se abre el telón.

-¿Es un privilegio hacer lo que te nace?

-Mientras esperaba que Dom me venga a entrevistar, estaba con mi copa de vino y recordaba el camino recorrido, y la verdad que he sido premiado por la providencia, porque he trabajado en pos de ello y creo que sea ha dado. Pero lo que nunca voy a dejar de hacer es saltar al vacío y probar nuevas experiencias artísticas que renueven y hagan crecer al programa en audiencias. Hace cinco años le planteaba al titular del Cine Teatro Español y Coliseo de Comodoro, Gastón Ergas, sobre qué posibilidades había de que interactúe con personajes proyectados en la pantalla gigante. Y lo probamos y fue posible. Luego lo trasladé a un espectáculo privado para el que me contrataron, ahí notás que el espectáculo va creciendo y no importa en la latitud que te encuentres, se va moldeando por donde pases. Y salió bárbaro, adaptando esa pretensión inicial tratando de utilizar la infraestruactura del cine comodorense y adaptándola a la tecnología propia que hoy poseo.

-Luego de 15 años, ¿cómo producís el programa?

-Hoy voy a escuelas que sé cómo trabajan, ahorrando energías, visito escuelas a las que fui hace diez años atrás, hacemos raconto, y me encuentro en alrededores, tené en cuenta la vida pueblerina, con niños que hoy tienen 20 años y en aquella época estaban en 7º grado, ése es el eje de este año. Después elijo entre los pedidos que me llegan por correo, les hago una contrapropuesta de qué es lo que se va a proponer y armamos el conjunto de actividades. Hay mucha libertad en la producción y en el montaje. A partir de ahí, bajamos la tecnología que tenemos para filmar y empezamos cuando los chicos concurren a la escuela, saltamos a las actividades de, por ejemplo, reciclaje, a la par se va montando el número musical, grabamos y grabamos y posteriormente todo se traslada a la isla de edición. Almorzamos con docentes y alumnos, se da un día muy intenso en que lo único que se busca es compartir y ser canal de expresión.

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