“Volar no es solamente estar arriba de un avión”
“Hoy ya no vuelo pero siento que mi transferencia está en los chicos y en la historia. Volar no es solamente estar arriba de un avión sino es saber mantener limpio el nido”.Héctor Ligo ingresó en el año 1976 y se recibió en marzo del año 1977 de piloto privado. Realizó innumerables viajes, luego se alejó de la aviación por su profesión pero jamás del Club donde ahora es el cocinero asignado: “Estuve volando, luego en la plataforma y ahora les sirvo café a los chicos que están tomando frío además de cocinarles todos los sábados. El alma de un piloto nuca muere y eso me hace seguir acá” declaró a Crónica.
Ligo podría seguramente contar miles de anécdotas pero llamativamente todo su relato se dirige al presente y al futuro como el reconocimiento –y personal agradecimiento- que hace a las personas que continúan llevando adelante la institución.
“Yo entré a este aeroclub cuando cumplió 42 años y te podría decir que en estos últimos veinte años todas las comisiones directivas, cada cual a su manera, han hecho crecer este Club hasta estar hoy calificado dentro de la Argentina en el tercer lugar” indicaba Ligo y describía además –lleno de orgullo- que es uno de los pocos que cuenta con balizas nocturnas, control y una pista asfaltada entre otras características.
Cuando se le pide cuente alguna anécdota o describa aquella época recuerda haber tomado mate y volado junto al querido piloto lituano Casimiro Szlapelis, con quien trasladaban el dinero por las distintas sucursales del banco Nación en maletas de cuero y quien muchos todavía recuerdan por las lluvias de caramelos que amaba hacer en fechas especiales sobre los colegios patagónicos que sobrevolaba.
Acerca del cambio de cómo era volar en la década del 70 y como ve hoy la tecnología a favor de la aviación asegura que lo más importante siempre es un piloto bien entrenado ya que ese será el factor que puede hacer que cualquier desperfecto sea sorteado con éxito.
