Dos escuelas trabajan sobre el legado de Saint Exupery
El Proyecto “estrechando lazos, sembrando valores” de la escritora María Claudia Armesto se realiza en distintas ciudades del país con niños y adultos, y en Comodoro Rivadavia desde 2017 trabaja en conjunto con alumnos de las Escuelas 722 y 732. El mismo se trata de enseñar valores siguiendo el legado del escritor francés Antoine de Saint Exupery, autor de “El Principito”.
Al cumplirse el 90º aniversario de la aeroposta, la escritora de Mar del Plata decidió realizar una visita por las ciudades donde pasaba la línea aeropostal patagónica, entre ellas Comodoro. Los primeros días de abril Armesto estuvo en la ciudad donde continuó su trabajo con los estudiantes de ambas instituciones a través de distintas actividades, como charlas, plantación de árboles y visitas a espacios emblemáticos de la aeroposta.
Sembrar valores
El proyecto “Estrechando lazos, sembrando valores. El Principito y sus lazos” trabaja con la vida y obra del piloto y escritor Antoine de Saint Exupery, que lleva adelante en distintas ciudades a través de una red. En Comodoro, trabaja junto a la docente de historia Mirta Ponzio con estudiantes de las Escuelas Nº722 y Nº732.
La idea es trabajar valores, resiliencia e inteligencias múltiples. Los estudiantes leen “El Principito” de Saint Exupery y después “El Principito y sus lazos de interpretación psicológica” de Armesto, y en base a estas lecturas reflexionan sobre los valores que aportan las obras y realizan distintos trabajos y actividades.
El proyecto surge ante lo que Armesto considera una falta de valores de la sociedad actual, los participantes, tanto niños como adultos le dan un significado distinto a los personajes según su experiencia personal y escriben cartas anónimas contando sobre sus interpretaciones y experiencias.
Libro correos humanitarios
Por otro lado, Armesto aprovechó la ocasión para presentar su nuevo libro “Correos Humanitarios, el legado de Saint Exupery” en la Universidad Nacional de la Patagonia. Dicho trabajo cuenta con un prólogo escrito por François D’Agay, quien es sobrino del piloto y escritor francés y también presidente de la Fundación Antoine de Exupéry para la juventud. La autora le envió su trabajo para saber si la familia estaba de acuerdo con su publicación recibiendo buenas críticas sobre el mismo.
