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Un lenguaje como reguero de pólvora

martes 05 de marzo de 2019
Un lenguaje como reguero de pólvora

Emergente de los guetos negros oprimidos, el hip hop se expandió como mancha de aceite por todo el mundo. Idénticos sectores poblacionales locales tomaron su concepto y formas, y lo adoptaron contestatariamente para expresar problemáticas específicas. Se viene la 3ra. Fiesta de Hip Hop “Rap Sin Cortes”, cuyo antecedente fue el emblemático encuentro sudamericano “Elemental”. El 16 de marzo, lo que verterá la garganta de varios artistas, se hará carne en una audiencia que los espera con mucha avidez e identificación.


(Marcelo Melo) Narran, los que conocen por dentro el movimiento local, ya sea actuando e interviniendo en vivo y en directo, o como simples espectadores, también  seguidores de los acontecimientos del género a nivel global; que 2004 fue un año bisagra para el asentamiento definitivo del rap –que a esta altura de los tiempos se ha transformado en un medio de comunicación universal que dinamita fronteras- como lenguaje musical en este terruño, arte contestatario que ratifica vivencias y problemáticas que aquejan al corpus social. Siempre con dos armas-herramientas para el ataque de conciencias: una garganta y un micrófono, sin este set se las arreglan emitiendo el manifiesto al viento, para que lo traslade y circunde cabezas.

Ese punto alto al que había llegado el género surgido en los guetos de la población negra en Norteamérica, se debió al lanzamiento –en 2004- de un disco, “Poesía Urbana Periferia”, pleno de sustancia barrial, de expresión de la población que se ve y percibe excluida. Y, con la conciencia firme en lograr que la experiencia se expanda, parieron dos festivales y talleres de formación y perfeccionamiento en la materia. Primero salieron a la luz los encuentros rotulados como “Elemental” (se celebraba cada dos años y tenía convocatoria continental y europea), hoy tiene eco el “Rap sin Cortes” (el 16 de marzo en Honolulu, San Martín 263, va por su tercera edición).

Cristian Viveros, uno de los organizadores, contó que cuando iniciaba el camino todo se había manifestado  cuasi inconsciente, siendo adolescentes, demostrando el arte urbano de hace 15 años, además de “convocar e intercambiar conocimientos con una cantidad importante de jóvenes que hacen lo mismo en Latinoamérica”.

El Encuentro Sudamericano de hip-hop “Elemental” se desarrollaba en cuatro intensos días y aglutinaba a artistas de distintas procedencias argentinas y países limítrofes, con vastos campeonatos de break dance, graffittis al aire libre y recitales de rap con grupos locales e internacionales. No faltaron los foros para que la comunidad se adentre en esta cultura, y se brindaron talleres, exposición de documentales patagónicos e internacionales, demostrando la cultura hip hop, todo con epicentro en el Colegio Domingo Savio. No fue el único escenario que se revolucionó, sino que por la noche el núcleo del Elemental beats (encuentro de beatmakers) se daba en El Sótano Pub, mientras a la par se desplegaba una reunión de graffiteros dibujando en vivo diferentes espacios públicos de la petrolera ciudad, coronando con el pintoresco campeonato de “break dance” en las instalaciones de la Federación Deportiva del 3.

Poesía urbana y periférica

“Todo esto es muy a pulmón, lo organizamos con Expresión Sur Central, se desarrollará en Honolulu, lugar en el que tuvieron eco las otras anteriores dos ediciones, un espacio acorde a lo que plantea el festival. Llegarán representantes de las principales ciudades provinciales y del norte de Santa Cruz, están muy ligados al rap, ya sean deejay (mezcla ritmos en bandejas sobre los que se rapea), vjmaker (actúa con videos) y raperos, también habrá espacio para el break dance” cuenta a DOM Cristian Viveros, con 32 años, impulsor del género en esta zona, anteriormente productor del “Elemental”. Comenzó a rapear hace 15 años atrás, en el 2004, transitando esa etapa bisagra, que es la culminación de la secundaria, alumbró el primer disco de rap neto con Poesía Urbana Periferia. Invariablemente bajo el seudónimo JaurIman, hoy en día perpetúa este recurso para la expresión.

“En 2003/2004 empezamos a aglutinar a los raperos, hiphoperos, que se juntaban -sobre todo- alrededor de la danza, el breakdance. Vimos que hacía falta realizar un trabajo de escuela, de formación. Así que, con fundamentaciones, empezamos a brindar talleres en los barrios periféricos, iniciamos el trabajo, el almácigo, el semillero, del que hoy se recogen los frutos. Eso se llevó adelante durante siete años. Por otro lado, con Tallando Voces –otro elenco protagonizado por JaurIman- se llegó al ámbito nacional” añade Viveros.

Siempre con el horizonte firme de  consolidar el movimiento con argumentación cultural, relató que “en abril vamos a festejar 15 años de trabajo en esto que muchas veces confunde rap y hip hop, y son cuestiones distintas de una cultura que es eminentemente callejera, barrial, que expresa con dureza vivencias de nuestros barrios”.

Cuestión paradojal

El artista local hace hincapié en una contradicción, en una incongruencia. “El hip hop es el movimiento cultural, pero no lo veo así porque una cultura tiende a momificarse, estancarse, en cambio el movimiento evoluciona constantemente. Dentro de este arte está la música que es el rap, con los deejay y su música con bandejas, los beat maker que cortan sampler’s, crean su propia música o son los mismos productores musicales. La mayoría de raperos o Mc´s (Maestros de ceremonias) crean sus propias producciones o bases rítmicas basados en el 4/4 que hace referencia al tempo  que se maneja en esta música, basándose en una percusión muy inusual en el rap”.

En cuanto al “breakin o breakdance”, agrupa a los artistas que se avocan a la danza (la que popularizara mundialmente Michael Jackson); y los “graffitys” dedicados al “Street art”, más asociados a las letras que a los dibujos, aunque también los hay, pero más asentado en la tipografía. A todo ese universo se le denomina hip hop es lo que termina explicando jaurIman.

“Para hurgar en la historia de este arte tenemos vertientes en los 60/70, en el Bronx (condado de Nueva York), particularmente nació en la inmigración y cultura afro, en los guetos negros, apartados del sistema, fuera de la economía diaria, se mezcló tanto la cultura, y fueron tan solidarios, que sus limitaciones económicas lo suplieron con ingenio y creatividad”. “Los pibes hacían los soundsystem, los equipos en la calle y sus improvisaciones se agolpaban en la vía pública, porque en sus casas no había estos elementos” reflejó el organizador.

Evolución de Elemental y Rap Sin Cortes

El último disco de Poesía Urbana lo editaron en 2011, regresaron como banda y se motivaron en invitar a las bandas que ahora están trabajando, ya que existe una renovación natural, con un festival en el que cada uno tendrá media hora para mostrar lo suyo, y que originará emociones a raudales con la congregación de bandas antiguas y otras más noveles, con artistas de 35 años promedio, con otros que se inician su camino a los 15/17 años, los mayores tomaron parte del antecedente, que fue el festival Elemental Hip Hop

“Por eso retomamos este desafío, que aflore todo ese trabajo que tuvo  epicentro en gimnasios municipales, en centros culturales, en plazas, el encuentro de grafiteros en el espacio público frente al conocido supermercado del Km. 3. Pero también el resultado de muchas actividades rotativas en los barrios periféricos. Creció tanto, que ahora lo hacemos cada dos años. Rap Sin Cortes es una evolución de Elemental”.

Talleres

Nada se libró al azar y las uniones vecinales fueron receptoras, una vez a la semana, de los cursos de formación teórico práctica, con núcleos en Pietrobelli, Abásolo, Juan XXIII, Newbery, etc. “Me olvido de algunas, anduvimos por muchos lugares en los siete años, con teoría y práctica de todas las variantes, con actividades de muestra de los logros una vez al mes, en los que se veían los avances bien nítidos” manifestaron con alegría los raperos convocantes.

Hace tres años se puso muy de moda con el “freestyle, o la batalla de gallos”, competir, y no es solo eso, sino un movimiento cultural muy amplio, pero si es un semillero con todas las de la ley”.

 


Canal, herramienta y pretexto

“El rap es un canal, una herramienta y un pretexto para hacer algo bueno, el hip hop es un excusa y quienes lo hacen grande son los creadores” detalla con contundencia un integrante de Poesía Urbana Periferia.

“Acá, como en los grandes centros urbanos, funciona en el mismo sentido. Cuando se inició la banda,  en el Newbery, veníamos saliendo del estallido social de 2001, mucha pobreza, el robo de nuestros recursos, los primeros discos fueron muy contestatarios, de denuncia. El 80% es contenido explícito, mensaje directo, es parte del arte y que se mantenga vivo. Es poesía hablada que te permite explayarte muy bien en lo que se desea transmitir. Es muy fuerte ver pibes de 15 y 16 describir tan bien la cruda realidad, mucha crítica social a full. Nos salió con mucha naturalidad, por más que ahora con el paso del tiempo hago mucha autocrítica, hoy hemos mejorado mucho el verso y la música”.

Cuando forjaron Poesía Urbana, Cristian “JaurIman” Viveros y sus compañeros rondaban el fin de los estudios medios, con muchas ganas de dejar en evidencia defectos sociales, de gobiernos, opresiones y razzias policiales. “Salimos de la secundaria Selección 31 del Pietrobelli, que está frente al (Domingo) Savio, nos juntábamos en la plaza. Después nos íbamos a un kiosco de diarios de la avenida Rivadavia, que tenía un buen piso y ensayábamos breakdance y nos perfeccionábamos”.

“Hoy es muy frecuente que cualquier espacio público se convierta en un centro de desafío y competencia, siempre con el baile y la música como instigadores” finaliza y da como ejemplo a los raperos trasandinos. “Acá fue más lento con respecto a Chile por ejemplo, que en los 80 ya tenían máquinas especializadas para hacer hip hop, acá por  Malvinas y la guerra con los ingleses tardaron más en llegar”.

 

[caption id="attachment_562622" align="alignnone" width="683"] Jaime Cuyanao: El mapudungun como arma de su voz.[/caption]

Hip Hop Mapuche

Cristian Viveros ubicaba como pioneros en este arte a los cultores chilenos. Quienes lo adoptaron para denunciar el estado de situación de su comunidad, fueron los habitantes mapuches. Los ancestrales del continente tienen exponentes muy poderosos de un lado y otro de la cordillera, como bien lo atestiguó la BBC de Londres en un documental.

Se hace referencia a “Wechekeché Ñi Trawün”, que es más que un grupo musical que canta hip-hop en mapuche o mapundungun (idioma del pueblo originario), ya que es el emergente de la labor de un centro comunitario de un barrio de la capital Santiago, que busca rescatar el mapuche en los sectores jóvenes, en especial debido a la importante presencia en buena parte del país y sobre todo en el sur. Es más, los investigadores hablan de un gran enriquecimiento que les ha otorgado el ensamble de “mapundungun” y el castellano.

“Wechekeché Ñi Trawün” significa "la gente joven en reunión". Y a través de ritmos como el rap, la cultura hip hop, la banda trata de hacer llegar el mapuche a los más jóvenes. Aunque sus letras también apuntan a recordar las múltiples reivindicaciones sociales que reclama la principal población indígena chilena.

La BBC lo mostró en el tercer y último capítulo de una serie sobre la nueva música indígena en América Latina, de cara al Día Mundial de los Pueblos Indígenas que celebra Naciones Unidas cada 9 de agosto.

Su referente es Jaime Cuyanao, conocido artísticamente como Waikil, que rapea mezclando ambas lenguas. Ha editado nueve discos junto a su banda y pronto se lanzará como solista. “Lo que me gusta de la música es que llega a personas no mapuches”, dice.

Cuando tenía 19 años, tuvo un sueño: su bisabuelo materno, que había sido cacique en Pangueco, en la comuna de Traiguén, le daba un nombre en mapudungún: Waikil, que quiere decir lanza rápida.

A los 17 empezó a escarbar en su origen y se sumó a una organización llamada Lelfunche, en la comuna de La Florida, que reunía a mapuches en Santiago. Ahí forjó amistad con Anita Millaleo y Paul Paillafilu, con quienes más tarde armó la banda. “Yo escuchaba hip-hop y un día me prestaron un cassette grabado encima de música mapuche. Ahí dije: ‘qué bacán suena esto’. Me recordó las ceremonias como el guillatún a los que iba con mi abuela en Traiguén”, narra Jaime en el documental.

Pero van más allá del rap, sino también se involucran con rancheras y rock, como naves para que viajen letras sobre reivindicaciones territoriales, presos políticos mapuches y escenas cotidianas del campo. Llamaron al estilo música “mapuche fusión” y fueron prolíficos: editaron nueve discos, todos independientes; hoy trabajan en un décimo y ya han  caminado todo el territorio mapuche en Chile y Argentina.

En abril cruzó el Atlántico para el cierre de una exposición fotográfica de la artista chilena Florencia Grisanti en el Museo del Hombre en París, de la que fue parte. A raíz de su visita, chilenos y mapuches que apoyan su causa lo invitaron a hacer una gira por Milán y Hamburgo.

“Hay un tema del disco, llamado Taiñ Wirintukun Mapuche que habla de cómo los españoles e historiadores no mapuches han escrito sobre nuestra cultura a partir de lo que creen o piensan. Entonces se creó este estigma del indio. Mi idea es deslegitimar eso y difundir la cultura en otros espacios, como el mundo académico. Los espacios más enriquecedores son los colegios y cuando logras hacer ese click, se rompe con el estigma que se ha formado”.

 

[caption id="attachment_562623" align="alignnone" width="1304"] MC Silas, maestro de ceremonias.[/caption]

Asterisco

Otro artista enrolado en este movimiento musicocultural es alguien surgido de un barrio de nuestra ciudad, que también se crió en las calles de Coyhaique (Chile). En su filosofía artística anuda dos nacimientos, ser hijo de una madre soltera viviendo entre esos dos tramos y como segundo alumbramiento en octubre de 2003, cuando desaparecieron forzadamente a Iván Torres, un crimen en el que está involucrada la policía provincial.

En ese terrible año, con una situación en la zona que provenía del incendio de 2001, el activismo político lo volcó a puro hip hop. Se ensambló con Periferia para el primer disco rotulado “En Busca De La Verdad”, y ya en el 2005 Asterisco fue por su primer opus, titulado Sufrimientos y Alegrías, en el 2006 junto con Poesía Urbana sacan otro disco llamado “Bajo El efecto Del Rap”, dos años después con su compañero de ruta JaurIman insuflaron vida a Tallando Voces, con el que ganar0n prestigio en encuentros nacionales.

En el año del Bicentenario llegaron “El Cambio Lo Hacen Las Personas” y “La Manera En La Que Protestan”.

"El hip hop para nosotros es una construcción colectiva, sin líderes, horizontal. Una herramienta política para contar lo que nos pasa, para que los pibes del barrio tengan su propia voz también y no repitan el mismo discurso de todos" es parte del manifiesto de todos estos artistas lugareños.

 


Lenguaje rapero

En la Argentina, la cultura hip hop apareció en los 80, en el conurbano bonaerense. Esta irrupción fue una forma de canalizar la necesidad de expresarse de los jóvenes de los barrios suburbanos. Ya en los 90 comenzó a popularizarse, sin perder su esencia: ser una herramienta de protesta y concientización.

Como todas, esta cultura tiene su propio idioma, está llena de palabras y términos que conforman el código de quienes la integran. Si bien estos, al igual que el género, tienen su raíz en Estados Unidos, –por lo que la gran mayoría son en inglés–, los freestylers y raperos argentinos han adaptado algunos y agregado otros con raíces bien criollas.

Batalla: enfrentamiento, se da por turnos, de forma individual, por parejas o en grupo (crew), según se establezca. La rutina de baile se realiza en el centro. También se le llama reto al combate cara a cara entre MC (maestros de ceremonias), en donde dos improvisadores compiten por ver quién rapea mejor y quién concibe las mejores rimas.

B-boy: Bailarín de breakdance o breakdancer.

Beat: ritmo, golpe.

Beat-box: caja de ritmo. Técnica vocal que consiste en emitir sonidos rítmicos con la boca y las cuerdas vocales para dar el efecto de percusión. Se usa en las canciones cuando para la música y el rapero o MC continúa cantando a capella, sin música, imitando los sonidos de la batería.

Blin Blin: onomatopeya del sonido de las cadenas que los raperos llevan en el cuello.

Blockbuster: letra grande cuadrada de dos colores (relleno y borde) para graffitear, la inventaron para cubrir grandes superficies y hacerlas legibles a cualquier transeúnte.

Break (corte): tramo de una canción donde la música rompe para dejar que la sección rítmica toque sin acompañamiento.

Breakdance: danza urbana. Forma parte de la cultura hip hop.

Breakdown: momento en que se suspende el canto en una canción de rap y suena solo la música. Espacio en donde se aprovecha para bailar.

Crew (grupo, "parche"): Modismo inglés con que a veces se identifican los grupos o "parches" que se reunen para pintar, bailar y cantar.

Emcee (MC): término que proviene de Master of Ceremony (maestro de ceremonia). En un principio se les conocía así a las personas que animaban al público en sesiones de discjockeys. Actualmente son conocidos como MC los vocalistas de rap.

Freestyle: modalidad más básica del breakdance que incluye combinaciones de pasos con los pies en el suelo, de pie y movimientos llamados freezes. Tambien, improvisación fluida de rimas o letras de un MC.

Flow: capacidad para improvisar sobre una melodía sin trabarse, sin excesivas pausas, sin muletillas, sino de forma fluida y con estilo.

Gangsta (de gangster): estilo de rap duro, generalmente con canciones sobe sexo o violencia y críticas directas a alguien o algo.

Grafiti: expresión artística urbana que acompaña a la cultura hip hop y se practica principalmente sobre muros o superficies de visualización pública.

Gueto: zona marginal donde se concentran las personas menos favorecidas de las ciudades.

Power Move: paso más complicado del breakdance realizado con movimientos acrobáticos, de forma rítmica e imaginativa.

Scratch: técnica utilizada por los DJs de hip hop y música electrónica la cual consiste en mover un disco de vinilo hacia adelante y hacia atrás sobre el plato del tocadiscos para crear un efecto parecido al de rayar el disco.Encuentran restos de un esfenodonte de 90 millones de años en Río Negro.

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