El carnaval de Río, más político que nunca
La fiesta en Río de Janeiro incluyó una fuerte crítica a la situación actual de Brasil. 72.500 personas coparon el sambódromo.
En un clima político que arde en Brasil, los desfiles del Carnaval de Río de Janeiro no podían estar ajenos a esta realidad, por lo que las escuelas de samba representaron temas como la justicia, la corrupción y la discriminación a las minorías, ante las 72.500 personas que coparon el sambódromo.
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Siete fueron los grupos que desfilaron en la primera gran jornada de la fiesta, que continuaba anoche. Además de sus coloridas vestimentas, espectaculares carrozas, música y danzas pegadizas, también dieron un contundente mensaje. Uno de ellos fue Salgueiro, dedicada a Xangó, el dios que llevó la justicia desde África a Brasil, que en su recorrido por los 500 metros de la avenida Marqués de Sapucaí, mostró agentes de la Policía Federal victoriosos, mientras que los delincuentes iban encerrados en jaulas, por lo que recibió un cerrado aplauso.
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Al terminar su paso, activistas de grupos que defienden a las minorías, como homosexuales, mujeres, negros e indios, pidieron el fin de toda discriminación.
A su turno, la escuela Imperatriz Leopoldinense se refirió a los males generados por el dinero, como la ambición, la desigualdad, la corrupción y el consumismo, en un desfile abierto por un Robin Hood que luchaba contra las injusticias sociales. "Tiempos modernos en los que vidas poco valen, buenas acciones no representan buenos dividendos y la rueda gira para el más fuerte, pues pocos tienen suerte", rezaban las estrofas del samba que acompañó el desfile.
El paso de cada una de las escuela generó gran emoción, en especial, por las espectaculares carrozas, que incluyeron barcos piratas con cascadas de agua, y los disfraces coloridos. La fiesta de Río continuaba anoche, a la espera del Miércoles de Ceniza, cuando termina el Carnaval y se conoce a la escuela campeona.
