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“Fue cerrar un año difícil en todo sentido”

miércoles 26 de diciembre de 2018
“Fue cerrar un año difícil en todo sentido”

El goleador de Florentino Ameghino, Franco Antignir, otra vez fue decisivo. El “tricolor” estaba cerca del precipicio, pero el domingo se aferró a la última soga para sostenerse en la categoría superior de nuestro futbol. “No fue un buen año para mí en lo personal, pero había que sacar las cosas adelante”, dijo el delantero, que a partir de ahora es refuerzo de USMA.Antes de los quince minutos de juego, el tobillo derecho de Franco Antignir lo dejó en inferioridad física. La lesión lo hubiera sacado de la cancha si el partido era de los “normales”. Pero no lo era. Se trataba de esos juegos que tienen mucha carga encima.
La tendencia descendente parecía no tener fondo. Triunfos ausentes, goleadas en contra inimaginables y un equipo que aparecía tan inseguro como endeble.

Franco Antignir fue a buscar una pelota cerca del arquero, choque y siente un dolor en el tobillo derecho. Gabriel Padilla cayó sobre esa pierna y le provocó el esguince. Trató de afirmar la pierna, pero no podía siquiera apoyarla. Salió del campo de juego y parecía que la posibilidad de volver se esfumaba. “Pruebo un poco más”, le dijo el delantero a Juan Carlos Ñanco, el entrenador.

Y casi se arrastraba en los primeros minutos. No podía arrancar y menos, darle velocidad a cualquier intervención. Merodeaba el área, pero en cada dividida el tobillo parecía que le explotaba.

Sin Antignir en condiciones, Ameghino resignaba casi el 80 por ciento de sus chances ofensivas. Tanto, que el “tricolor” prácticamente no pateó al arco en el primer tiempo. “Llegamos al vestuario y me hicieron un candado para afirmar la pierna. Empecé bien, dolía menos, pero a los diez minutos tenía todo el pie hinchado. Seguí pero más por amor propio que por otra cosa”.

Ameghino hizo el primero con Lucas Mandagarán, pero Palazzo lo empató con Gerardo Sala. El juego estaba complicado para cualquiera de los dos. Antignir ya no podía y pidió el cambio. En ese momento se produce una falta sobre el andarivel izquierdo y el técnico Ñanco dice, “la última, Franco”. El centro de Mandagarán al primer vértice del área grande se topa con el parietal derecho del goleador herido, antes de pegarse a la red, sobre el poste derecho.

Carrera loca de alegría. Por veinte segundos se olvidó del tobillo y se acordó de Jesús, el hermano fallecido hace poco más de dos meses, en Trelew. “Tenía tres años más que yo, cumplíamos años el mismo día. Fue un golpe durísimo para mí. Me acordé de los momentos que pasamos juntos y miré al cielo. El gol era para él, que seguramente me ayudó a aguantar y a meter el cabezazo”.

Enseguida salió de la cancha, antes de que Palazzo saque de la mitad de la cancha y sufrió los últimos minutos desde afuera. Apenas pudo sacarse el botín y poco pudo correr cuando se confirmó el tres a uno definitivo que dejó a Ameghino en la categoría “A”. “Fue un año muy complicado para mí, pero al menos se presenta esta alegría. En este segundo semestre no pude entrenar bien. Casi dos meses sin entrenar por el tema de mi hermano y eso te hace perder mucho. Pero por la situación del club, volví desde Trelew para dar una mano. Ahora puedo decir que todo valió la pena. Por los jugadores, por los dirigentes, por las familias que acompañaron”.

“Lo de Palazzo fue muy digno, jugaron al límite y entregaron todo. Nosotros tuvimos más contundencia y por eso ganamos el partido”, remarcó el delantero.

Ahora se viene el tiempo del descanso y el replanteo de lo que vendrá para el 2019. “Primero tengo que acomodarme en lo físico con mi tobillo, unos días de vacaciones y ver si sucede algo con algunos llamados que recibí. Uno es de los equipos que juega el Federal Regional y otro de clubes de la “A”. Hay que charlar y ver qué se presenta”.

Con los agradecimientos, Antignir fue categórico, “para mi hermano Jesús, absolutamente todo para él”, cerró.

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