Nitor permanece en coma inducido y no hay testigos del hecho
El parte médico emitido en la mañana de ayer informaba que Miguel Ángel Nitor (26) permanecía en terapia intensiva en el Hospital, estable y en coma inducido a la espera de la oportunidad para someterlo a una intervención. Se trata del joven que fue baleado en la tarde del miércoles en un enfrentamiento en barrio 30 de Octubre, las “1008 viviendas”.
Si bien en el lugar donde ocurrió todo, la última calle en el interior de las “1008” entre los sectores 7 y 8 del barrio se levantaron dos vainas servidas y un proyectil percutado, lo cierto es que no hay nada para avanzar en la investigación. Desde la Seccional Quinta que tomó intervención dijeron que “no hay testigos, estamos complicados y no tenemos mucho más”. Como suele ocurrir en esos sectores, los vecinos aunque hayan visto algo son reticentes a informarlo por temor, no colaboran en la investigación. Tampoco hay cámaras de seguridad que pudieran mostrar imágenes, de modo que la investigación seguirá a partir de lo que diga el herido, cuando esté consciente. En el caso tomó intervención la Brigada de Investigaciones que comenzó a trabajar en forma inmediata.
Vida nocturna en peligrosos sectores
Hay que decir que Nitor se hizo conocido como “el ladrón de las panaderías”, porque entre los años 2011 y 2012 no dejó panadería sin robar en la ciudad. Esos actos delictivos le valieron una condena en juicio abreviado a 5 años de prisión, que hacía apenas 2 años había terminado de cumplir.
Su propia familia lo describió como “un chico de la calle” que se mueve únicamente de noche. “Sale todas las noches, permaneciendo en la madrugada afuera y vuelve a las 6 para dormir hasta las 18 casi siempre”. Esa era la rutina que marcaron e incluso el día del ataque dijeron que “se había levantado más temprano, a las 15”.
Por otro lado, se supo que siempre concurría al barrio 30 de Octubre para ver a un amigo, de modo que era habitual verlo de noche por ese barrio. Los investigadores desconocen si tenía inconvenientes con alguien del barrio, ya que no hubo testimonios que pudieran corroborarlo.
