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Lluvia de balas a una iglesia y una escuela

lunes 24 de septiembre de 2018
Lluvia de balas a una iglesia y una escuela
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Ocurre en Rosario. El sacerdote denuncia búnkers de drogas. El grupo delictivo busca generar terror.O tra balacera con sello narco buscando generar terror en un barrio rosarino. Durante la madrugada del domingo atacaron a tiros una escuela y una capilla. El cura había denunciado el funcionamiento de un búnker de venta de drogas a la vuelta del establecimiento y por eso ya había sido amenazado.

El padre Juan Pablo Núñez viene denunciando hace más de tres años las situaciones de violencia que padecen los vecinos de barrio Larrea. Hace un mes decidió llevar su reclamo a las autoridades del Ministerio de Seguridad y la respuesta no tardó en llegar. La semana pasada recibió dos amenazas mientras caminaba por la calle.

Y este domingo a la madrugada balearon la parroquia María Reina que él preside, ubicada en México 1055 bis y el colegio parroquial Paulo VI que está enfrente. Fueron más de una decena de disparos, 7 contra la parroquia y el resto contra el jardín y el frente de la escuela. Un apriete con sello narco del que ahora es víctima un sacerdote.

El padre Núñez escuchó estruendos en el barrio. Eran las 3.23 de la madrugada. Después todo parecía haberse calmado y no sabía dónde fueron los disparos. Pero ya en la mañana del domingo, cuando llegó a la iglesia, no salía de su asombro. "Vi los impactos de bala en la puerta grande de entrada al jardín. Algunas balas impactaron directamente en el altar", destacó.

Núñez, que hace cuatro años y medio que está a cargo de la parroquia y del colegio de Barrio Larrea, celebró la misa pese a las balas. Esta semana, días después de hacer la denuncia ante el Ministerio de Seguridad, en dos oportunidades fue abordado por pibes muy chicos que son utilizados por los narcos como soldaditos.

"Uno me dijo que me callara, que agarrara plata y que si no me iban a pegar un balazo", contó el religioso. "El barrio está lleno de búnkers, lo que genera violencia. Les roban a los chicos, a los padres de la escuela, se agarran a los tiros. Viene gente llorando que se quiere ir del barrio y no tienen cómo", detalló.

"El narcotráfico es un tumor de nuestro barrio. Hasta que no me metan un tiro no van a parar", agregó.

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