Especialista recuerda que la Educación Sexual Integral sigue siendo materia pendiente

María Marta Castro Martín, psicóloga especializada en Sexología Educativa, recordó que desde hace más de diez años, las escuelas cuentan con lineamientos y recursos para trabajar la Educación Sexual Integral en todos los niveles, que incluyen materiales que respetan la interculturalidad (en distintos idiomas de pueblos originarios) así como para diferentes discapacidades (visual, auditiva, entre otras).
Pese a ello, la especialista acreditada por la Federación Sexológica Argentina (FESEA) remarcó que en las instituciones educativas en general la ESI es una materia pendiente. Miedos, prejuicios y conflictos prevalecen para no aplicar la ley que existe desde 2006 y que se materializó en recursos y capacitaciones docentes desde 2008.

Los miedos

“Existe el miedo de que el docente se meta con los valores familiares, o que se incite a los chicos en estos temas, aunque la realidad es que los chicos tienen mucho más acceso -y hoy más que nunca a través de la tecnología- para ver temas que tienen que ver con el sexo”, expresó la licenciada Castro Martín en diálogo con Crónica.

En el marco de su actividad en Comodoro Rivadavia -donde brindó el viernes y sábado una capacitación sobre sexualidad y discapacidad-, la profesional resaltó que “enseñar educación sexual integral no tiene que ver con el sexo sino con la sexualidad, un concepto más amplio ligado al cuidado del cuerpo, a la salud sexual y, a la vez, al cuidado de los afectos en un marco de respeto por la diversidad sexual”.

La entrevistada mencionó que “el cuidado del cuerpo implica saber decir que no a conductas de riesgo y aprender los derechos que uno tiene”.

Una oportunidad para visibilizar el abuso y la diversidad sexual

En cuanto al rechazo que surge cuando se plantea que desde el Nivel Inicial hasta la educación de jóvenes y adultos tiene contenidos de Educación Sexual Integral, la especialista mencionó por un lado los prejuicios y por otro lado “el tema de que cuando uno empieza a trabajar talleres de educación sexual, se empiezan a visibilizar situaciones que ponen en jaque a la familia porque sensibiliza por ejemplo en el caso de abuso sexual o violencia intrafamiliar”.

Además, mencionó que muchas veces, “se visibiliza la diversidad sexual, con chicos que tal vez no se animaban a manifestarlo y lo pueden hacer en este contexto. Entonces, plantear que sea malo es más un prejuicio de los adultos, un temor”, agregó.

“No es una ideología”

Por otra parte, la licenciada mencionó que “no es una ideología, como se suele plantear, sino educar con una perspectiva de género, desde una equidad, de plantear derechos tanto para mujeres como para varones y de nuevos conceptos de masculinidad y de nuevas femineidades que no pasan por la apariencia”.

Para Castro Martín, “se juega mucho el tema del machismo y todavía pesan las pautas de una sociedad patriarcal”. Por eso, consideró central “educar a los niños desde el nivel inicial” y no solo desde un área sino como contenidos transversales, en el deporte, en la literatura, en el arte y no solo desde la biología.

En ese marco, la especialista subrayó que “un docente solo no puede trabajarlo sino que tiene que haber una decisión institucional muy fuerte para que todo el equipo pueda trabajar en educación sexual integral”.