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Manos Amigas es un ejemplo de inclusión y autogestión

sábado 08 de septiembre de 2018
Manos Amigas es un ejemplo de inclusión y autogestión
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“Manos Amigas” es una asociación sin fines de lucro que trabaja desde el año 2006 generando un espacio de contención y afecto para los niños del barrio Abel Amaya.

Eduardo Quiñenao su fundador y actual director, recuerda que comenzaron ofreciendo la merienda, luego sumaron los almuerzos los días sábados y hoy, a diario, brindan almuerzo y merienda a unas 50 personas ya que comenta que desde hace algunos meses, se han sumado, además de niños, adultos y hasta familias enteras.

La visita de Crónica al merendero después de casi un año se dio por dos razones, primero porque Quiñenao quería invitar a la celebración del día del niño que tendrá lugar hoy desde las 12 del mediodía, y segundo, porque quería agradecer públicamente a la persona que por segunda vez dona zapatillas y medias a todos los chicos que asiduamente se acercan al lugar. Ella se llama Cintia y pidió por favor reservar su identidad.

Cintia no llegó con una bolsa llena de zapatillas. Ella tenía una lista con los nombres, apellidos y número de calzado de cada uno a quien se le entregaba en mano en su correspondiente caja de cartón que indicaba además si el destinatario era una niña o varón.

Hoy se celebra el día del Niño

Como lo hacen cada año lo festejan cuando ya han culminado en todo el resto de los barrios los festejos “La idea es que no se pierdan de poder participar en otras celebraciones, que disfruten y después lo hacemos acá para todos ellos”.

El festejo será en el predio que la Municipalidad de Comodoro les otorgó, ubicado a pocos metros del merendero donde harán choripanes, habrá juegos inflables, música y golosinas.

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Crecimiento autogestionado

Manos Amigas comenzó teniendo su sede en distintos lugares prestados o alquilados de la ciudad hasta que lograron tener un terreno propio en el barrio Abel Amaya en la intersección de las calles Padre Corti y Mario Alassia. Allí levantaron un salón, que a pesar de sus escasos metros, era espacioso y con mucha luz natural. Hoy han logrado construir y agrandar las instalaciones, agregar más baños y hasta algunos salones.

Quiñenao aprovecha la observación para comentar o recordar que se sustentan y han logrado crecer gracias al equipo de jóvenes que realizan trabajos de carpintería, pintura, albañilería y hasta metalúrgica quienes aprendieron un oficio y ahora donan parte de sus ganancias para que Manos Amigas siga creciendo “No es un trabajo muy técnico pero sí muy recomendado por todos nuestros clientes. Llegamos a cada rincón de la ciudad desde donde soliciten nuestro servicio” agrega.

Lo acompaña su familia, vecinos, amigos y una veintena de voluntarios quienes se encargan todas las tardes de retirar a los niños de sus casas, ayudar con los quehaceres de la merienda, jugar, compartir y luego regresarlos a su hogar. Durante el invierno también brindan talleres de música para extender la visita.

Para graficar la pertenencia que generan en los chicos señala orgulloso a uno de los jóvenes que circulaba por allí mencionando que comenzó a frecuentar Manos Amigas siendo muy pequeño, quizás con 6 o 7 años y quien ahora, como adolescente forma activa del voluntariado.

Siempre la excusa fue la merienda, los talleres culturales, los oficios o hasta el voluntariado. Pero la realidad es que Manos Amigas es un refugio, un hogar para personas que creen en el concepto más puro de la solidaridad y la ayuda mutua.

El próximo paso: un albergue hogar para niños

Siempre aspiró a tener un lugar con todas las comodidades y no algo precario.

Eduardo Quiñenao, es empleado municipal y siempre ha construido en base a su esfuerzo físico y económico, y el de su familia, quienes son parte integrante y activa del proyecto. No recibe dinero ni subsidios económicos de ningún tipo, excepto las buenas voluntades de algunos vecinos de la ciudad que colaboran con alimentos.

El próximo gran paso será la construcción del albergue donde alojar a los niños que por razones de violencia familiar u otras, necesitan alojarse tiempo completo bajo el techo y la protección de Manos Amigas.

Una vez más y bajo el concepto de la autogestión, el director del espacio pensó que en vez de construir primero un refugio sería mejor hacer una cancha de papi futbol para que con esos ingresos puedan luego construir el hogar comunitario y poder pagar todos los gastos que implica.

Estarían necesitando materiales de todo tipo para comenzar con la obra. Si alguien quisiera colaborar su celular es 297-413-8874.

 

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