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Drexler: "La música es la herramienta que encontré para vivir la vida en presente"

martes 19 de junio de 2018
Drexler: "La música es la herramienta que encontré para vivir la vida en presente"

El uruguayo Daniel Drexler -hermano de Jorge- está presentando su nuevo disco. Se trata del séptimo de su carrera. Se llama “Uno” e incluye doce canciones inéditas, entre ellas los tres primeros singles lanzados recientemente: “Febril remanso”, “Al menos un segundo” y “Los peones de la guerra”.

El disco fue producido por el artista carioca Alexandre Kassin. El material fue grabado en Río de Janeiro, con tomas adicionales en Montevideo y Buenos Aires. Cuenta además con la co-producción de Dany López y Gonzalo Gutiérrez, de Uruguay, y del porteño Matías Cella. Participaron en la grabación renombrados músicos de los tres países, como Marcos Suzano, Davi Moraes, Domenico Lacelloti, Leo Reis, Ana Prada y Martín Ibarburu, por citar algunos.



-Contás que te resultó fascinante descubrir la música de los Beatles cuando eras muy niño ¿Qué otros sonidos de tu infancia te siguen acompañando hasta hoy

-Me acompañan hasta hoy el recuerdo de mi abuelo Abner Prada silbando valcesitos criollos mientras mateaba de madrugada en la cocina; el pregón de los parlantes de los camiones que pasaban vendiendo verdura en La Paloma; el locutor del programa de radio de la comunidad alemana de Montevideo sonando a todo volumen en un alemán incomprensible (y que me asustaba) en la casa de mis abuelos paternos; las cintas de negro spirituals que mi viejo ponía en su grabador de carrete abierto los domingos de mañana; mi tío Chiquito Prada tocando “El Paraná en una Zamba” en el piano del living de casa.

-Sos médico y músico, dos oficios que parecen antagónicos ¿En qué lugar se juntan la ciencia y el arte?

-Si no hay pasión, la ciencia y el arte pueden ser antagónicas. Ahora, cuando hay amor, las dos empiezan a moverse juntas y a dialogar como si fueran una pareja bailando el tango. Y tal como dice el dicho “it takes two to tango” (hacen falta dos para bailar el tango) ...cuando la ciencia y el arte dialogan las dos salen ganando porque las dos caminan en la frontera de lo desconocido, las dos desafían al vacío apoyándose en la intuición. Se precisa mucha intuición para hacer ciencia y mucha disciplina para ser artista.

-¿Cuál fue la búsqueda que te propusiste cuando comenzaste a darle forma a tu flamante disco “Uno”?

-Al igual que en mis discos anteriores, lo que busqué fue lograr condensar emoción en ceros y unos. Busqué emocionar, pero esta vez quizás fui más consciente de ese objetivo. Por eso me obsesioné con la búsqueda de la simpleza. La ostentación de la complejidad cada vez me interesa menos. La capacidad de sorprender muchas veces radica en la complejidad. La capacidad de conmover casi siempre está en la simpleza. Por eso celebro que “Uno” tenga esa impronta pop que le supo dar Kassin.

-¿Por qué se titula así?

-La frase de Rubén Darío “la celeste unidad que presupones hará brotar en tí mundos diversos” sintetiza muchas de las cosas que quise decir en “Uno”. Por eso la pusimos abriendo el librillo que acompaña este disco. La experiencia mística de percibir la unidad de todo lo que existe, por lo general dura tan sólo un breve instante. A mí me pasó por primera vez en la adolescencia mirando el cielo una noche de verano. En ese momento de epifanía todo parece intuitivamente simple y obvio, sin embargo el camino por el que se llega a ese lugar es absolutamente misterioso. Y a su vez, pasar esa experiencia hace que podamos ser más plenos en la compleja diversidad en la que habitamos. Por ejemplo, nos vuelve más amables con el prójimo. Cuando pienso en la mayoría de las veces que me descubro a mí mismo haciendo cosas de las que me arrepiento, veo como común denominador la presencia de largos períodos en los que pierdo la perspectiva de unidad. Otra razón para ese título es que luego de vivir durante casi 20 años sintiendo que la encrucijada entre ciencia y arte en la que me encontraba (y encuentro) era una maldición divina, descubrí que mis mejores versiones en ambos campos surgieron gracias a esa encrucijada. Demoré más de lo aconsejable en llegar a este momento, pero en los últimos años siento que logré por fin unificar mis “yos” y que la encrucijada fue en realidad una bendición.


 

-El disco tiene canciones inéditas, canciones tuyas, con mucho aire de tu país ¿Cuánto de Montevideo se refleja en tus letras, cuán impregnada de esa ciudad está tu poesía?

- “Uno” es claramente mi disco más montevideano. Estoy cada vez más enamorado de mi ciudad y eso se refleja en las letras y en la sonoridad del disco. Tuve un largo periodo de desencuentro emocional con Montevideo... desde los 18 a los 35 años. Los últimos años hicimos las paces y ahora está aflorando un amor muy profundo, muy medular. Es paradójico que un disco grabado en Río de Janeiro -donde el pandeiro de Suzano y el humor carioca de Kassin tienen un rol protagónico-, sea mi disco más montevideano. Hay una conexión Atlántico-sureña entre las dos ciudades. Hay una raíz afro-guaraní común que dialoga muy bien a pesar de que una ciudad es eufórica (Río) y la otra, dramática (Montevideo). Me apasionó recorrer ese puente imaginario entre las dos ciudades y me alegra oír en el disco el resultado.



-La música uruguaya tiene una vinculación muy fuerte con el candombe, la murga, el tango... ¿Cómo definís a la música de tu país? ¿Qué incidencia considerás que ha tenido -y tiene- la música de Uruguay en el cancionero latinoamericano?

-Más que referirme a la música, voy a hablar específicamente del género canción. La canción uruguaya es un fenómeno relativamente reciente, es difícil identificar canción uruguaya en la primera mitad del siglo pasado. La plantita que empezó a crecer en los cincuentas y sesentas con Osiris Rodríguez Castillo, Sampayo, Amalia De la Vega, Lena, Viglietti y Zitarrosa, tuvo la suficiente fuerza para sobrevivir la dictadura y dar los frutos que está dando en el presente. Creo que Montevideo tiene en este momento un rol central en el panorama de la canción de habla hispana, rol que quizás en otro momento tuvieron Ciudad de México, o La Habana o Buenos Aires, aunque lo de Montevideo sea más modesto básicamente por una cuestión de escala. La canción uruguaya es para mí un reflejo de lo que es Uruguay; un país encrucijada, un lugar de transición climática, demográfica, lingüística y topográfica. Si tuviera que definir en una frase que es lo novedoso y particular de la canción uruguaya diría: la canción uruguaya es la intersección entre la tradición literaria Del Río de la Plata, la síncopa del candombe y la milonga y la armonía de la bossa nova.

-¿Cuáles son tus próximos desafíos artísticos?

-Por ahora no me planteo mucha cosa más que tocar y disfrutar de “Uno”. Cuando recién sale un disco nuevo siempre siento una especie de “amnistía creativa” que me pone a salvo de la ansiedad y del temor al bloqueo. Acabo de terminar un disco y por un buen tiempo todo el universo encaja.

-Sos un conocedor de la música y también de lo corporal, de eso que nos pasa por el cuerpo ¿Crees que la música puede ayudar a sanar?

-La música cura, eso ya está -sin ningún lugar a dudas- fuera del terreno especulativo. Lo sé, antes que nada, porque lo experimenté en mí mismo. La música es la herramienta más poderosa que encontré para conectarme con el presente y vivir la vida en presente continuo, es una fuente infinita de salud. Además, la música es el arte empático por excelencia, por lo que es un camino bastante efectivo hacia la tan necesaria experiencia de “unicidad”. La música trabaja con el sistema auditivo y la audición es el más unificador de los cinco sentidos. Esto último queda bien claro cuando, por ejemplo, se la compara con el poder analítico (y por ende con la capacidad de separar en partes) de la visión. La música existe desde que sapiens es sapiens y siempre sirvió para sincronizarnos como manada, ya sea para cazar o simplemente para disfrutar la sensación de pertenencia y de la compañía alrededor de un fuego.

-¿Quiénes han sido tus referentes principales de la música? ¿Y de la medicina?

-En la música, mi maestro Coriún Aharonián, los Beatles, Aníbal Sampayo, Fernando Cabrera, Mateo, Spinetta, Buarque, Gardel, Marley, Miles Davis, Chet Baker, Joao Gilberto, Gil, Bach, Chopin, Michael Jackson, Joni Mitchell... podría seguir así por horas... En la medicina, también mi maestro Coriún Aharonián, Maimónides y los profesores Ricardo Velluti y Hamlet Suárez que fueron quienes me ayudaron a ver la ciencia médica con ojo creativo.

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