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De estibador a empresario

martes 22 de mayo de 2018
De estibador a empresario

Ramón Montiel -nacido en Puerto Montt, adoptado por Comodoro cuando tenía casi dos años y llegó con su familia-, comienza narrando el traslado desde la zona portuaria de la última tecnología para imprimir que incorporó el Diario Crónica y puso a disposición de sus lectores: “llegó a Zona Franca, las colocamos en un container, y se las llevamos hará cuatro o seis años”.
“Comodoro es mi vida, me hice en el barrio San Martín, fui a la Escuela del Padre Corti, pasé la adolescencia vendiendo diarios… hicimos de todo, siempre trabajando. A los 17 empecé a trabajar en el puerto, hacia changas, estuve como estibador muchos años hasta que en 1998 inauguré mi empresa de estibaje. Llegué con un año y medio desde Chile, me quedé y aquí hice mi familia”.

El desempeño de su empresa ya está arraigado dentro y fuera de la ciudad, dada su probada profesionalidad es común que sea requerido en Comodoro, Madryn y Puerto Deseado: “Hemos hecho descarga en todos esos puertos”. Cuenta que para esta labor se requiere el capataz, la gente que trabaja en las bodegas de los barcos y los camioneros para el transporte. Lo que en nuestra ciudad se realiza desde siempre es la descarga de los “barcos cajone-ros”, los de pesca, que siempre se hizo en forma manual, ahora se incorporaron guinches eléctricos.

“Hoy se trabaja con mucha tecnología nueva, pero siempre se recurre a la misma gente. Un barco de buen porte exige la presencia de 40 trabajadores entre todos los cargos. Cuando se vienen las épocas de vacas flacas tengo que mantener el personal, tengo trabajadores con 18 años de antigüedad que cobran el sueldo todos los meses, y hay tiempos en que no se mueve la cosa. Cuando se fue la empresa Barillari, anduvimos muy mal, porque uno factura cuando es temporada, pero después estamos parados” especifica y reafirma que es “un puerto de bajada, no de cargas, sobretodo el rubro pesquero, langostino y merluza para las seis plantas procesadoras de pescado existentes en el ejido urbano. Después, otro punto importante, son las descargas de lo que se denomina proyectos, nos han brindado la responsabili-dad de bajar y trasladar los molinos de vientos para el Parque Eólico de YPF en Manantiales Behr”.

En cuanto a la legislación que tienen que cumplir, se trata de una componenda de leyes nacionales e internacionales, ya que también bajan buques internacionales. “Tenemos Madryn que es un monstruo, sobre todo por Aluar, pero nuestro puerto no le va en saga, falta un poco más de infraestructura. Que el barco que trabaja en las 200 millas podamos captarlo, que no se vayan a Montevideo, estuve allá y trabajan muy bien, tienen otra legislación. Con que nosotros captemos 20 barcos de esos, tenemos posibilidades de muchísimo trabajo más. Por otra parte poder trabajar con los buques Reefer”, pide Montiel. Los Reefer son buques frigoríficos que cuentan con sistemas de control de temperatura complejos, están equipados con grandes unidades de refrigeración de modo que pueden transportar fruta, carne, pescado, verduras, productos lácteos y las flores cortadas –por ejemplo el Tulipán que se cosecha en la cordillera y otros productos que de otra manera se echaría a perder durante el transporte.

Otro gran tema al que alude Montiel, son los intereses en pugna en materia de transporte a nivel país, para que no se apueste al transporte naviero. “Hay grandes intereses en que el transporte se haga por camiones. Y ¿cuántos camiones entran en un buque de gran porte?” se pregunta el estibador devenido en empresario. Si se trata de los grandes buques que cargan la soja en los puertos de Rosario, uno solo traslada lo que pudieran mil camiones.

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