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El Trail seduce, invita, exige y regocija

domingo 20 de mayo de 2018
El Trail seduce, invita, exige y regocija

Los atletas Esther Vargas y Marcelo Avila viajarán a Catamarca y Tucumán, respectivamente, para realizar pruebas de Trail o Aventura. En el caso de Esther, competirá en 3Desert Trail Makalú de Fiambalá (Catamarca), mientras que Marcelo estará en el Trail "Yerba Buena-Tafí del Valle" (Tucumán). Dos grandes desafíos, dos enormes expectativas.

Sueña la alarma del teléfono a las 5.15 de la mañana. Esther (47 años) abre los ojos, mueve el cuerpo y enseguida se da cuenta de los 21 kilómetros que hizo en la tarde-noche del día anterior. Le duele un poco la cintura y los gemelos, pero hay que cumplir con el trabajo diario en Carrefour. Desayuno rápido y encara desde Las Orquídeas hasta el centro de la ciudad. Ingresa a las 6.00.

El movimiento como repositora en el Súper se convierte en elongación y a las 9 de la mañana ya se siente mucho mejor. A las 14.00 se cumple el turno, llega lo más rápido que puede a casa, cambia el uniforme de trabajo por la ropa de entrenamiento y encara lo que el entrenador le pasó por whatsapp como actividad del plan de preparación para Catamarca.

Tiene ganas de una siesta y quedarse más tiempo con Olivia, la pequeña nieta de casi tres añitos. Pero no, toma aire, carga los pulmones y sale a cumplir con la rutina de entrenamiento.

Dos kilómetros más al Sur de la ciudad, en Barrio Mosconi, Marcelo Avila (46) prepara la mochila con los elementos que utilizará en el trabajo físico de las 15.00. El grupo lo espera en el Estadio Municipal. Llueve y hace frío, pero aunque asista sólo uno de los varios que integran el grupo, es suficiente para cumplir con la responsabilidad.

Les da unas caricias a los varios perros que tiene en casa. Hasta al que se portó mal y lo mordió cuando quiso separarlo de una pelea callejera. Son sus perros y dicen, que quien ama a los animales, siempre tiene mucho por entregar.

Por la mañana, Marcelo completó las obligaciones como gestor. La tarde-noche es suya para hacer lo que más le gusta: entrenar a quienes tienen la misma pasión que él y también, darse tiempo para esforzarse con su propia rutina física.

Esther Vargas, la montaña, divino tesoro

"Tuve una preparación especial de casi cinco meses. Entrené muy a conciencia en todo este tiempo. Hice al pie de la letra lo que me fue indicando Marcelo Avila, mi entrenador. Salí a la calle o montaña las veces que debía, aunque me costaba arrancar lo hice muy a conciencia", remarcó Esther.

En esta clase de desafíos, más allá de la exigencia que es un poco la adrenalina que atrae, el objetivo pasa por no padecer la carrera. "No quiero sufrirla, quiero disfrutarla, correr con la tranquilidad que estoy bien preparada. Lo hice con la dirección de Marcelo, pero me gusta entrenar sola, convencerme que puedo cumplir con lo que me pide el entrenador y así lo hice. Tener conducta es fundamental, fue muy exigente lo que tuve que cumplir, pero estoy contenta porque fui progresando poco a poco".

Para poder cumplir con los entrenamientos, Esther tiene que ordenar su vida. "Por ahí tengo amigas y amigos que me invitan o se ofrecen para acompañarme en los entrenos, pero prefiero hacerlo sola. Es como un momento íntimo, algo mío, un desafío que me planteo y que trato de hacer de la mejor manera. Parecería mala onda, jajaja, pero no, a mis amigos y amigas los disfruto en otros tiempos. A la hora de entrenar es un momento especial para mí, el reloj y mi respiración son mis acompañantes".

La preferencia de las carreras de aventura por sobre las de calle tiene una explicación para Esther. "Le encontré como un gusto diferente. Las de calle las veo como muy monótonas, muy iguales. En cambio, la de aventura vas mirando un paisaje diferente, se disfruta correr y lo que vas viendo en el recorrido. Me enganché porque empecé con trekking, mi amiga Mariana me invitó a hacer cerro, me enganché, conocí a Marcelo, mi entrenador y dije: 'esto es lo que me gusta, esto es lo que yo quiero' y así arranqué".

Ya participó en Misiones, en Neuquén, en la Cordillera, pero este trail de 30 kilómetros, es uno de los más esperados. Esther viajará el miércoles 23 y competirá el sábado. Como casi siempre, para encarar estos desafíos el sponsor es uno mismo y el entorno. "Si, si. Yo voy con mi amigo Nelson Cárdenas, que también se esfuerza mucho para estar bien. Es un compa enorme, ya fuimos a otras competencias.

En cuanto a agradecimientos, Esther se desvive por mencionar a su familia. "A mi mamá, que me ayuda con la alimentación, a mis hijos Flor y Gastón, a mi nietita Olivia y a Marcelo, como entrenador".

Marcelo Avila, un precursor

Hace más de quince años que Marcelo Avila trepa montañas. Hoy es más común, más repetido ver a varios atletas que le toman el gusto a los ascensos y descensos por una naturaleza diferente.

Ahora viajará a Tucumán para hacer la tradicional Yerba Buena-Tafí del Valle. Recorrerá 50 kilómetros de pura vegetación autóctona. "Es exigente la carrera. Está el Río Grande, que cruzamos siete veces en el recorrido. Y la verdad, es la parte que menos me gusta, la de cruzar ríos caudalosos. Hace un tiempo falleció un chico y me quedó esa imagen estando allá, compitiendo. Como viene lloviendo en este tiempo, el caudal del río se pone peligroso. Ya pasó que se suspendieron tramos cuando el caudal es muy bravo", comentó Marcelo.

No llega pleno, pero el espíritu es lo último que se resigna. "Tengo un problema en una rodilla y una herida por una mordedura de un perro. Pero igual voy a hacer lo que tenga que hacer", agrega Avila.

El objetivo esencial de Marcelo es competir en Francia en agosto próximo. Esta, de Tucumán, es una escala en la preparación para ese desafío. En el Viejo Continente, competirá en 56 kilómetros. "Es lo que tengo como faro. Un compromiso que quiero cumplir como un desafío personal".

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