Lecciones neoliberales 11: las cooperativas como obstáculo
La economía clásica abarca lo público y lo privado. Estudia cómo se administra un modo de producción desde el punto de vista macro como microeconómico. Justifica el egoísmo como criterio de decisión de sus agentes, consumidores y productores, de forma natural y necesaria para que la Sociedad avance. La solidaridad es un inconveniente. Por lo tanto, prevalece lo privado -originario- por sobre lo público -derivado. Sin embargo, la compleja categoría de “lo social” que encarnan las organizaciones cooperativas marcan una concepción ecléctica que busca una mejor armonización humana de los intereses económicos entre el individuo y la Sociedad.
Para el NL la función del Estado es crear un ambiente de negocios que permita desarrollar el espíritu de acumulación de beneficios propio del capitalismo.
El cooperativismo puede albergar parte de la conciencia crítica sobre el sistema NL.
Las cooperativas nacieron como respuesta crítica al capitalismo liberal en 1844 con Pioneros de Rochdale (creadores de la primera cooperativa de consumo). Su propósito era transformar el mundo, demostrando en la práctica que había otra forma de organizar la economía, al servicio de los asociados y de la sociedad en su conjunto. Su propósito principal es satisfacer en común las necesidades de sus miembros (consumo, trabajo, crédito, producción, tecnología) en lugar de maximizar los beneficios de los accionistas. Su especificidad radica en su forma de propiedad, su estructura asociativa y de control y modo de distribución de los excedentes.
En tiempos de neoliberalismo la confrontación de fondo con el modelo cooperativo se acentúa. Por un lado, el sistema dominante genera concentración de la riqueza de los ricos, exclusión social de los pobres y agresión constante a la naturaleza. En contraposición, el cooperativismo impulsa la democratización de la economía, en base a principios de consenso y valores humanísticos que orientan su gestión empresarial y su responsabilidad ante la comunidad donde actúa.
En nuestro país, aproximadamente el 10% del PBI es generado por la economía social y las cooperativas han tenido un crecimiento excepcional, pasando de 16059 en 2001 a 28853 en 2014. La mayoría de ellas son cooperativas de trabajo. En la actualidad, existe una concepción de obstáculo por parte de la política económica NL como se refleja en el intento de eliminar exenciones en el impuesto a las ganancias de la actividad financiera cooperativa, la crisis de la cooperativa láctea Sancor, el caso de la cooperativa de trabajo del exfrigorífico Sadowa SA en Mar del Plata y del hotel Bauen en Buenos Aires, y tantos centenares de ejemplos. En nuestra región son bien conocidas las dificultades -preexistentes pero que se han acentuado desde 2015- en la SCPL y Cooagua y que afectan servicios públicos esenciales.
La lección del NL es entender su carácter hegemónico y dominante que excluye -o inhibe- la acción cooperativa como alternativa a un modelo económico concentrador en un marco social de inequidad. La contribución de las cooperativas a la cohesión social –especialmente reduciendo las desigualdades–, la solidaridad, la sociabilidad y el mejoramiento de las condiciones colectivas del desarrollo humano sostenible, no son bienvenidas en el actual modelo. Antes más, son vistas como intrínsecamente una dificultad para alcanzar sus objetivos. Y una de las formas de sortear dificultades es eliminar los obstáculos.
