2018-04-24

Crónica de una absurda muerte en Rocas Coloradas

Acerca de la víctima



La muerte de un balazo en el cuello que le dejó orificio de entrada y salida en el cuello a Gustavo Fazziano (34) se convirtió en el sexto homicidio del año 2.018 en la ciudad. Dicen que la  víctima era una excelente persona; Que trabajaba en la cantera de Km. 8 como chofer y maquinista calificado y que solía ir de pesca cada tanto a la zona de la escollera, pasando las playas de Rocas Coloradas. Que el sábado último acudió con amigos y hermanos y que acercándose las sombras de la noche sus hermanos decidieron regresar, aunque “Focci” -tal como lo apodaban- decidió quedarse simplemente por ser el único que tenía equipo electrógeno y no quiso dejar a oscuras a sus amigos. Se quedó con un sobrino de 17 años y se fueron a dormir a la camioneta.

Una discusión previa y...

Según los investigadores, en algún momento de la noche del sábado hubo una discusión y algún leve intercambio de golpes entre un joven y Daniel Angel Ruiz. Ese joven que discutió con Ruiz decidió marcharse, y la cosa no habría pasado a mayores, de no haber sido que cuando llegó a Caleta Córdova donde se encontraban familiares disputando un torneo de truco y donde se había compartido mucho alcohol.

“Me vine porque estuve discutiendo y peleando con uno que me estuvo bardeando” habría dicho este joven individuo. “Vamos para allá, esto no va a quedar así” habrían dicho algunos de sus tíos, entre los que se encontraba Alberto Emilio Núñez que se hizo de un arma de fuego que sería una pistola calibre 22, y junto a otros hombres, subieron a la camioneta conducida por Fabián Fernández.

Los 5 hombres partieron de Caleta Córdova rumbo al norte por el camino largo y sinuoso de ripio y pasaron Rocas Coloradas, hasta llegar al segundo refugio en la escollera, donde la mayoría descansaba. Fueron al lugar donde dormía Ruiz y la emprendieron a golpes contra su humanidad y en eso despertó Fazziano que dormía en la camioneta y se levantó para interceder y que dejen de golpear a Ruiz, pero el hombre que estaba armado efectuó ese disparo que dejaría los orificios de entrada y salida en el cuello y que sería mortal.

Otro hombre joven que acompañaba a quienes fueron víctimas, saltó de su camastro y huyó despavorido por el oscuro campo y recién varias horas después, sería encontrado por la policía merodeando y shockeado por altos matorrales temiendo encontrarse con los agresores de la madrugada.


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