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Bandoneón del Sur

sábado 05 de enero de 2019
Bandoneón del Sur

Así bautizó Cherutti a Sebastián Oviedo. El joven músico comodorense fue convocado por el director Ángel Carabajal para ser parte de la revista teatral “Bien Argentino”, en la que también actúa Flor de la V y domina la temporada marplatense.


(Por Marcelo Melo) Es el miércoles pos Navidad y Sebastián Oviedo vive horas cruciales en su trayectoria de músico. El bandoneonista comodorense atiende la requisitoria de Dom. y de fondo se escucha una banda sonora de carpintería. Verdadera sinfónica de martillazos y alto bullicio de técnicos y montajistas del music hall “Bien Argentino”. Trabajan a destajo en el Teatro Corrientes de Mar del Plata, ubicado sobre la avenida homónima a dos cuadras de la Rambla. Están a un día del estreno de la temporada y sabe que a partir de entonces, la locomotora recién se detendrá a principios de marzo, una vez que las vacaciones se clausuren y turistas de todo el país que eligieron la costa atlántica bonaerense, retornen a sus lugares de origen.

Todo transcurrió a la velocidad de un tren bala y en muy poco tiempo, desde que el fundador de “Instrumental Peñera” halló la gran oportunidad de su vida artística. Estaba de gira por México con su grupo “Instrumental Peñera” como banda orquesta del Ballet Argentino Shajen- Haian de San Julián, que dirige Pablo Santibáñez. En la capital azteca coincidió con el director y productor argentino Ángel Carabajal. Allí, su curso vital giró 360 grados, después de ser contratado para la megaproducción “Bien Argentino”, una obra que sube al escenario a Flor de la V y Miguel Angel Cherutti. El jueves pasado se envolvió en llamas al salir a escena por primera vez con Cherutti, con quien interpretó a dúo un repertorio de tres temas, que va desde tradicionales y conocidos tangos, hasta el clásico “La Cárcel” de Marco Antonio Solís, y con los que encarna sus conocidas imitaciones.

“Estamos en este teatro magnífico, ensayando a full, mañana –por el jueves pasado- será mi estreno en una temporada teatral de este nivel. Estamos en el corazón de Mar del Plata, es un honor haber sido convocado por Ángel Carabajal, para un tremendo espectáculo, con una inversión descomunal. Los artistas son todos zarpados, hasta los más desconocidos tienen una calidad increíble” narró con alegría y mucha adrenalina, añadiendo que el imitador y humorista ya lo bautizó como “El Bandoneón del Sur”.

Sobre las estrellas del musical, muy populares y conocidos en todo el país, manifestó que “Florencia y Cherutti son muy profesionales, bailan y cantan muy bien, están muy preparados”. Dos meses bastaron para que se consolide su relación con el director teatral y sus compañeros, tras la invitación ocurrida durante la gira en México. “Santibañez nos había invitado a la gira internacional en una presentación que habíamos hecho con la delegación santacruceña en el Festival de Jesús María, en Córdoba”. En México, todos los años, se celebra un encuentro mundial de artes y cultura, con artistas protagonistas de Centro y Sur de América, pero también otros provenientes de Inglaterra, República Checa, Andorra, Singapur, entre las nacionalidades más sobresalientes.

“Terminamos de tocar en una presentación en el DF y se acerca una persona,y me dice ‘hola, puedo hablar un rato contigo, soy Ángel Carbajal, productor de espectáculos en la Argentina (dirigió, entre otros, el segmento “30 segundos de Fama” en el Showmatch de Marcelo Tinelli). Me dice que le gustó mucho el espectáculo, pero principalmente el bandoneón y mi perfil, para una obra que iba a hacer en Mar del Plata” describió con alegría, sabiendo que era la misma con la que se había alzado con el premio “Carlos de Oro” en Carlos Paz.

“Me invitó a sumarme a su obra y le dije que cuando llegara a Comodoro le iba a contestar. En un principio le dije que no porque con “Instrumental Peñera” nos íbamos a ir de temporada a Catamarca, donde hay festivales todos los findes. Le dije que no, una locura, él ya me había anticipado que lo iba a volver a llamar. Le conté a mi viejo y me dijo que me perdía una buena propuesta, que muy pocas veces pasa en la carrera de músico, y tal cual como me dijo, lo volví a contactar y me quedé shockeado cuando me manifestó que me había guardado el lugar, es muy humilde y laburador”.

Tras ese acuerdo primigenio, Carabajal le envió el material para que saque sus intervenciones, partituras, videos de YouTube, audios y la lista de ensayos. Sebastián viajó para el ensayo general y desde el 18 de diciembre los ensayos cobraron mayor intensidad. “Arreglé los horarios en la Escuela 209 (del San Cayetano, en la que es profesor de Música), me cubrieron y me fui por primera vez a Mar del Plata. La quiero romper, que escuchen el bandoneón y digan ‘¡qué buen sonido!’, que les llegue, que sea diferente, sé que la voy a pegar”, dice ilusionado.

Genética musical

El folclore envuelve la vida de Sebastián desde su más tierna edad. Nació y la guitarra de su padre hacía tiempo que ya era conocida en las peñas y festivales de esta ciudad, a la que arribó desde Catamarca. Sus abuelos, paterno y materno, fueron los que sembraron el amor por las canciones populares, esas que levantan palmas, zapateos y coreografías. Su escuela está en los genes, le marcaron el camino hasta que levantó vuelo. “Desde que nací la música me acompaña, mi padre se hizo en Catamarca y se radicó acá hace más de 30 años. Mi abuelo paterno fue bandoneonista y ese instrumentista se había perdido en el árbol genealógico, mis primos son todos guitarristas. Entonces, mi viejo me regala un bandoneón y ahí empezó todo, lo había cambiado por un equipo de sonido” contó sobre su compañero de ruta.

En un principio el instrumento no abandonó el estuche, la guitarra y la percusión seguían abarcando toda su atención, hasta que ocurrió lo inevitable, el influjo del fuelle lo cautivó cuando conoció a un folclorista descollante: Cuervo Pajón. “Nunca me llamaba la atención, para mí era un instrumento para gente grande. Pero no desconocía que el bandoneón es mundialmente famoso por el tango, y hoy se lo escucha hasta en la bachata. El que tengo es alemán pero fue reformado en Argentina. Cuando me lo regalaron lo guardé un año. Hasta que apareció un taller en la Escuela 806 (donde cursó su secundaria) con un profesor de Buenos Aires, Rodrigo Almonacid (nació en Comodoro). De entrada no pude creer que lo tuviera. Él me dio muchísimas técnicas, hasta que veo un video de Cuervo Pajón (músico y bailarín santiagueño heredero de una pasión por la música y la danza, tanto como por la esencia espiritual del misticismo indígena) y dije ‘¡wow!’, ahí me di cuenta que era lo mío, empecé y no paré más, colgué la guitarra”.

Pasaron sesiones de hasta 12 horas seguidas a bordo del fuelle, “me pasé de vueltas al principio” recuerda hoy totalmente afianzado. “Dije: este es ‘mi’ instrumento, tocaba guitarra, percusión, pero ahora no me sacás del bandoneón y sus posibilidades infinitas. Garpa mucho, te vas de mochilero, salís a tocar a la gorra y te salva, te paga el viaje” confesó sonriendo.

Los primeros temas que ejecutó fueron creaciones del “Cuervo”, chacareras, luego se animó a algunos tangos. “Fue lo primero con lo que arranqué. De ahí no tuve prurito para cada juntada, al ser casi exótico siempre me llamaban, en las peñas había muy pocos”.

Córdoba convoca al país con dos reuniones festivaleras bien populares, sellos consagrados de la cultura argenta. El año se inicia con los jinetes y músicos que dan vida al de Jesús María, y luego se realiza el más grande de todos, el que tiene eco en Cosquín.

La banda de la Escuela de Arte

Todo músico del interior, si se dedica al folclore, sueña con pisar esos escenarios y proyectarse desde allí a cada una de las provincias con su arte. Seba Oviedo, para llegar a ellos, armó el grupo “Zambumbia”. “Fue el primero con bandoneón de toda esta zona y ganamos el PreCosquín. Después armé ‘Instrumental Peñera’ con los que ya tocamos en Cosquín y Jesús María. Un grupo que en Comodoro siempre fue diferente.

Los integrantes somos profesores de música, surgidos del semillero de la Escuela de Arte 806. Y la pegamos, pasamos por festivales y peñas del Austral en Truncado, Río Mayo, nos fuimos a Tandil, a la Fiesta del Poncho en Catamarca. Y nos surgió la invitación a ir a México, de la que surgió este presente”.

Con “Instrumental Peñera” salen a escena con mucho folclore contemporáneo, que gesta con sus compañeros de ruta José, Polo y Sergio, a partir de composiciones tradicionales versionadas con aires de jazz, o bien una chacarera a la que visten con algo de blues o son cubano. “Y como no canta nadie, es todo un desafío armar temas sin letras y que sean aprobados. También utilizamos el teatro en la expresión, todas herramientas que nos brindó la Escuela de Arte. En México fue una locura, nos despidieron de pie cantando ‘¡Argentina, Argentina!’”.

Por más que trae la música incrustada en el ser, fruto del traspaso generacional, le da mucha importancia a su formación en la Escuela 806. “Arranqué en el bandoneón porque dieron un taller allí. Fue muy importante en todo lo que soy actualmente.

Me enseñó muchísimo y me juntó con compañeros que transitamos la escena musical patagónica. Más allá de lo que te enseñan musicalmente, a leer, escribir, reconocer los parámetros, te ayuda mucho la relación con los que estudian teatro.

Te modela muy bien para subir a un escenario, te da todas las armas posibles para defenderte y salir airoso en la batalla del vivo. Están todas las artes ligadas y todo decanta”.

[caption id="attachment_551274" align="alignnone" width="907"] Elenco: Sebastián Oviedo durante los ensayos con el elenco completo.[/caption]

Un director al que nadie le regaló nada

Empezó el verano y los destinos turísticos por excelencia en el país -Mar del Plata y Carlos Paz- se preparan para ofrecer al turista algo más que río, playa y buena gastronomía.

Habrá que ver cómo pega el difícil momento de la economía argentina, pero el teatro sigue en la la punta en cuestión de entretenimiento, la mayoría con títulos que ya pasaron por Buenos Aires y con productores afilados en cuanto a estrategias para captar público. O como ocurre con “Bien Argentino”, que cambió de la serranía en la que hizo temporada el año pasado y se llevó el premio mayor, a la costa atlántica.

A la hora de hablar de su director, nada resultó fácil en la vida de Ángel Carabajal. Abandonado por su madre pocos días después de haber nacido, quedó al cuidado de su padre, quien lo internó en el orfanato Pablo Pizzurno de Córdoba.

Tras una larga lucha burocrática, su abuela logró sacarlo de ese lugar y quedó bajo su tutela. Cuando decidió dedicarse de lleno al folclore, actividad que desarrolló desde los tiempos de la escuela primaria, su vida cambió por completo. Fundó la compañía “Sentires” junto a un viejo amor y comenzaron a cosechar elogios en cada una de sus presentaciones alrededor del mundo. Así, esa obra se transformó en la base para crear “Bien Argentino”.

El director apostó a Villa Carlos Paz y en su segundo año en las sierras, “Bien Argentino, la evolución” se llevó el Carlos de Oro, el premio más prestigioso de la temporada y la obra fue uno de los sucesos del verano.

“Hace 30 años era un chico muy pobre que iba por los negocios de Oncativo –Córdoba- pidiendo algo para comer. Ahora, esos mismos empresarios me cargan, porque los llamo para pedirles 50.000 prdod para presentarnos en la calle Corrientes”, decía Ángel Carabajal a Infoshow.

Con sus flamantes 33 años, el bailarín, coreógrafo y productor que convirtió a su compañía en sinónimo de focklore de espectáculo. Sus shows, siempre vistosos y magnéticos, ya visitaron Francia, Corea, Rusia, Brasil, Holanda, México y Bulgaria.

Maestro

Oviedo pasó por los pasillos y aulas de la Escuela de Arte 806 y se diplomó como Profesor de Música. “Mi profesión es músico, ser docente -en la Escuela 209 San Cayetano- me sirve mucho, tanto para tener cobertura social como el acompañamiento que me da la institución desde el primer al sexto grado, pero lo mío es estar ensayando el instrumento” finalizó.

 

El Slide del Negro

Varias bandas de rock vernáculas han convocado su fuelle folclórico arrabalero. Seba Oviedo, en su faz adolescente cultivó el mismo métier que varios de sus colegas comodorenses, y hoy volcado a otros géneros sigue suministrando servicios en recitales de bandas consagradas. Amén que en la actualidad es parte del staff de Titín Naves, alma mater de “113 Vicios”, quien además teje el deseo de editar un álbum de tangos con interpretaciones muy libres del vasto repertorio ciudadano. También, subió al escenario del Huergo para la presentación del disco “Alguna vez” de Abelardos.

“Soy nacido y criado en Comodoro, a los 113 ya los escuchaba a los 12 ó 13 años. Es una banda de identidad de Comodoro. Si te vas a otro lado y querés recordar y sentirte en Comodoro, ya que son parte de nuestra esencia, tocás un tema de los Vicios, como ‘Amargo’, ‘Veneno’ y automáticamente estás en la tierra del viento. Un día me escribió por Facebook para ver si me quería sumar para tocar ‘Veneno de muerte lenta’, pero yo ya me moría por actuar con ellos desde cuando hicieron la despedida en el Predio Ferial. Lo que puedo decir es que estar con él me ha dado mucho training para componer, tiene muchas ideas y experiencia y te traslada eso. Es mucho aprendizaje en todo sentido”.

Un recital en el que no podrá estar por su compromiso marplatense, será en el Festival de la Esquila, el 18 de enero en Río Mayo, donde el crooner comodorense presentará los hits 113 y sus nuevas canciones, las que tienen al bandoneón de Seba como matiz ineludible.

“Se siente muy cómodo en el rock, pero sabiendo que viene de raíces tangueras y folclóricas, descendiente de músicos de oficio, muy peñeros y todo ese marco lo nutre maravillosamente. Lunes a lunes, tocando, mejora su digitación, su lectura, avanza su versatilidad. Pocas veces toqué con un músico con el que me comunique casi por intuición, porque sabe improvisar y crear en el sentido correcto” inicia su descripción Titín Naves, muy contento por el presente de su amigo y compañero de escenarios.

“Me he cansado de mis canciones, las he interpretado hasta el hartazgo, siempre me las piden, y siempre busco que vuelvan a nacer.

Todos los temas que toco con él se volvieron a gestar, tienen un nuevo alumbramiento. Es un placer volver a tocar ‘Veneno de Muerte lenta’, porque tiene otra vida, se ha renovado, desde que falleció el querido Negro Ramírez (guitarrista de los C113 Vicios) no lo podía tocar, ya que la frescura de su slide fue irremplazable, hasta que conocí a Seba Oviedo. Con él volvió a nacer el Negro, es muy emocionante cuando se produce eso en los recitales, larga el primer acorde con su bandoneón y la ausencia se vuelve presencia” concluyó el rocker. Fue en la multitudinaria reunión que se dio para celebrar y conmemorar el Día Nacional del Petróleo en el autódromo local, cuando con el bandoneonista fue parte de una cartelera que los reunió con Palo Pandolfo (ex Don Cornelio y la Zona y Los Visitantes) y La Berisso, ante más de 1500 personas al aire libre.

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