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Rada Tilly lo igualó en el último minuto del adicional

domingo 11 de noviembre de 2018
Rada Tilly lo igualó en el último minuto del adicional

No terminó ayer en una batalla campal, el partido entre Rada Tilly y Laprida, simplemente por una cuestión de que eran más los que intentaban separar, que los que buscaban dirimir las cosas de otra manera. Partido caliente, tenso, duro, con varias amarillas y expulsados. Lo comenzó ganando el visitante por intermedio de Luciano Villafañez de tiro libre, sobre los 24 minutos del primer tiempo.

En el minuto final de esa parte del juego, se fue expulsado Luciano Villafañez por doble amonestación. Lo acompañó también el entrenador Juan Alvino, por exceso verbal. En el complemento, Rada Tilly jugó un poco mejor, pero nunca bien, para ser el dominador del juego, de un Laprida, que de a poco se fue acurrucando cerca de su área. El rival lo dominaba, jugaba en su propio terreno, pero no llegaba con acciones claras a las cercanías del arquero Armoya.

El piloto estaba encendido desde el comienzo del partido, faltaba solamente subir la llama, para llegar a un final bochornoso, donde tras el agónico empate de Darío Curzio, en el último minuto de juego del tiempo adicional. Con la igualdad y gestos o excesos verbales, se desató una serie de empujones e intentos de agresión que no prosperaron.

Laprida parecía tener el triunfo en su poder, aunque Rada Tilly era dueño de la pelota y del dominio del juego pero sin crear acciones claras para llegar al empate. Por derecha donde encontró algunas vías de acercarse al área rival, en la última jugada del partido, un par de pases en el área, un rebote le quedó a Curzio -tapado por defensores y atacantes- para meter un remate de zurda que terminó en el ansiado empate. El gol fue el detonante, para buscar a los que “cargaban” por el empate y a los que por cualquier gesto buscaban desahogarse de un momento tan difícil.

Se formaron grupos que se cruzaban insultos, empujones y alguno que otro golpe. Darío Curzio que le gritó el empate a la parcialidad de Laprida, desencadenó la rencilla. Varios no se quedaron atrás, incluyendo al arquero Armoya, que se lo veía como el más desencajado en la visita. Los más, felizmente estaban para calmar los ánimos. Aunque hubo quienes fueron en son de paz y terminaban envueltos en algún tumulto.

Durante varios minutos duró el “motín futbolístico”, que determinó, por parte del árbitro, Raúl Brizuela, jugar dos minutos más. En el reinicio Julio Contreras reemplazó al arquero Armoya expulsado. El árbitro no lo prolongó y lo cortó cuando Rada Tilly se disponía a cumplir un tiro de esquina desde la derecha. Entre tantos nervios y reclamos, hubo pedido de explicaciones de un lado y del otro.



Pudo ser de Laprida

Laprida aprovechó muy bien a los 24 minutos del primer tiempo un tiro libre a unos 30 metros del arco de Jeremías Cruz. Se pararon frente a la pelota tres hombres. Pasaron por arriba de la misma Vladimir Cano y Francisco Mayorga. Luciano Villafañez con un zurdazo espléndido por encima de la barrera, lo dejó parado al arquero local.

El dueño de casa que no jugaba bien, que le costaba mucho salir desde el fondo con pelota dominada, no encontraba eco en el medio, ni menos adelante. Se mostraba impreciso con la pelota y con poca presencia en el área rival de Iannolo y Rubilar.

Laprida disponía de dos líneas que no permitía que el rival accionara con espacio y tranquilidad. No creaba mucho riesgo para el arco local, pero tampoco Rada Tilly le llegaba hacia el defendido por Armoya. El partido era desde el comienzo jugado con mucho fervor, con reclamo permanente hacia el árbitro y los asistentes. Cada falta, más allá de su intencionalidad era reclamada con decisión fuerte. Con el tiempo cumplido una falta desde atrás de Villafañez en la persona de Leandro Velásquez, fue la segunda amarilla para el volante visitante y la roja.

Expulsión que Laprida notó en demasía en su labor de media cancha. El segundo tiempo, con un hombre menos, el juego mostró a un Rada Tilly con un poco más de espacio y tenencia de la pelota, pero sin inquietar demasiado el arco visitante. Laprida lo defendía y le metía toda la presión al rival. Gran labor de toda la defensa visitante, donde la tarea de Héctor Hermosilla fue vital. Lo propio Valeriano, Cano y Moretta, que debieron luchar en pelota parada, con la presencia de hombres altos como Burgos, Rubilar y Curzio.

El ingreso de Joaquín Perón por derecha mostró una faceta de un jugador más liviano, con buen pie y que busca siempre ganar su lateral, para meter alguna asistencia. Tuvo una que Rubilar entrando por el medio la mandó por arriba.

El visitante fue aprovechando las urgencias del rival, que no encontraba la fórmula para llegar a las cercanías de su arco. Siempre había una camiseta “verde” para rechazar o cubrir la eventual asistencia.

El árbitro -duramente criticado por la gente visitante- adicionó ocho minutos, como consecuencia de reiteradas atenciones de jugadores visitantes en el piso y en donde Brizuela advirtió de adicionar una importante cantidad de minutos extra. Sumó dos más tras el empate, por los incidentes, que en definitiva apenas superó el minuto y medio.

Era un partido importante. No ameritaba para nada el final que tuvo. Y con suerte y predisposición de varios, no terminó de peor manera.

 

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