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CeVioF sostiene que en caso de sospecha de abuso, hay que denunciar

sábado 08 de septiembre de 2018
CeVioF sostiene que en caso de sospecha de abuso, hay que denunciar
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El Centro de Violencia Familiar (CeVioF) junto con su proyecto de capacitación y prevención del maltrato y el abuso sexual infantil, PROCAPI, destacaron la necesidad de no desestimar las denuncias que realizan los niños y tener en cuenta los indicadores de estas situaciones.

Ante las acusaciones cruzadas entre padres y un bibliotecario, con el apoyo de integrantes del gremio docente, desde la ONG recordaron que siempre debe primar el interés superior del niño, niña o adolescente, como establece la Convención de los Derechos del Niño.

Entienden que de ese modo se evita no solo la estigmatización de los chicos que son potenciales víctimas, sino también se arroja luz sobre aquellas señales que hay que tener en cuenta.

Más allá del contexto en el que se desenvolvió este hecho puntual, desde la organización que preside Silvia Luz Clara enfatizaron que siempre hay que tener en cuenta el relato del niño o niña, y en caso de sospecha, denunciar ante los organismos competentes porque es preferible equivocarse a que una niña, un niño o un adolescente sigan siendo abusados. Son estos organismos, como la Justicia, los responsables de investigar las certezas de lo dicho.

El abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes incluye los contactos e interacciones entre un niño y un adulto, cuando el adulto agresor lo usa para estimularse sexualmente él mismo, al niño o a otra persona. No solamente se trata del contacto físico sino todas las acciones que tengan este fin, incluida la toma de imágenes donde se pueda ver al niño o niña como objeto de deseo o estimulación.

Si bien los indicadores cambian según la edad del niño, entre los más pequeños (preescolares), puede incluir: conductas hipersexualizadas, trastornos en el sueño, conductas regresivas, falta de control de esfínteres, dolor o picazón en la zona vaginal, dibujos donde “relata” a su modo lo que está viviendo, entre otros.

En los niños en edad escolar, puede registrarse cambios bruscos en el rendimiento escolar, conductas inapropiadas a su edad, fugas del hogar si el abuso es intrafamiliar, actitudes sexualizadas hacia otros niños o niñas, excesiva sumisión a los adultos, sobreadaptación o pseudomadurez y enfermedades de transmisión sexual.

En el caso de adolescentes, aparecen como indicadores las conductas sexuales promiscuas y/o excesiva inhibición sexual, intentos de suicidio o conductas autoagresivas, adicciones, anorexia o bulimia, enfermedades de transmisión sexual, embarazo, entre otros.

El CeVioF Procapi destacó que este y otros casos que toman estado público permiten ampliar el panorama y poder reflexionar sobre el abuso contra niños, niñas y adolescentes, que –lejos de estar amplificado- sigue estando invisibilizado en ámbitos familiares e institucionales.

 

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