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Adiós y bienvenidos: somos migrantes

martes 04 de septiembre de 2018
Adiós y bienvenidos: somos migrantes
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Antes de formar parte del territorio nacional, la Patagonia Argentina fue receptora de migrantes. En la actualidad continúa siendo un destino predilecto de aquellos que buscan una mejor calidad de vida; sin embargo, mientras en la actualidad los migrantes provenientes de países limítrofes retornan a sus países de origen, otras corrientes se instalan para forjar un futuro en este Sur.

A fines del siglo XIX y principios de siglo XX el concepto de inmigrante marcó definitivamente a quienes poblaron la región patagónica, como también a la Argentina en general. Pero quienes realizan estudios sobre las corrientes migratorias del SXXI afirman que hoy se debe hablar de “migrantes”. La diferencia se basa en que los inmigrantes buscan un lugar para establecerse y abocarse a vivir para el resto de sus vidas allí. En cambio los migrantes se trasladan a un lugar por un tiempo con un objetivo concreto y no pierden contacto ni cercanía con sus familiares o el contexto de donde provienen, esto implica que viajan constantemente a su lugar de origen.

En la era de la hiperconectividad las posibilidades de estar conectados permiten a los migrantes no perder contacto con sus parientes cercanos, por lo cual. Comodoro Rivadavia por sus características productivas relacionadas con la actividad petrolera aún permite la llegada por temporada de migrantes de países limítrofes como de otras provincias.

Las estadísticas de la Dirección Nacional de Migraciones (DNM) dependiente del Ministerio del Interior, Obras Públicas y Vivienda, exponen que en 2015 se realizaron 1.246 trámites de residencia temporaria y 1.411 permanentes en la provincia del Chubut, mientras que en 2016 se realizaron 1.157 radicaciones temporarias y 859 permanentes, en 2017 se emitieron 1.318 radicaciones temporarias y 1.089 permanentes. Solo en el año 2015 se puede observar un crecimiento de las radicaciones permanentes, a partir de 2016 las radicaciones temporarias sobrepasan a las permanentes. Si evaluamos el contexto económico y social que aqueja a la zona desde el año 2016 es posible afirmar que los grupos migratorios se asientan un tiempo en la ciudad y luego parten en busca de nuevos horizontes que permitan generar mejores ingresos.

“En la época de Raúl Simoncini, comenzaron a venir compatriotas, fue junto al boom petrolero entre 2004 y 2005. En esa fecha se dio una gran corriente migratoria, no solo a Comodoro, también se ubicaron en Sarmiento, y en gran parte de Santa Cruz como Caleta Olivia, Las Heras, Pico Truncado, Puerto Deseado” cuenta Leonarda Ramírez de Gamarra, una impulsora del Consulado Paraguayo que aún no se conforma en la ciudad, a pesar de que Paraguay es uno de los tres países, junto a Bolivia y Perú, que aparece primero en las radicaciones temporarias y permanentes en las estadísticas oficiales. Solo en 2017 las estadísticas de migrantes venezolanos superaron a Perú: ese año fueron tramitadas 4.092 radicaciones permanentes de migrantes venezolanos y 27.075 temporarias, lo que resulta un total de 31.167 ingresos a la Argentina. En cambio, se realizaron 8.688 radicaciones permanentes de migrantes peruanos, frente a 11.582, un total de 20.270 ingresos.

El retorno, un éxodo de este tiempo

Aunque diversas voces afirmen que la llegada de migrantes temporarios es negativa, la realidad es distinta, dado que los migrantes tienen un amplio campo laboral como la construcción, la producción de frutas y verduras, empleos domésticos de limpieza y el cuidado de niños o adultos. Leonarda afirma que es consciente de que todo paraguayo llega a la zona con la intención de estar mejor que en su lugar de origen. “Y lo logra a base de mucho sacrifico, porque hacemos de todo y lo que el argentino no quiere hacer.Yo hace 44 años que trabajo, me he desempeñado en el ámbito petrolero y lo hice con muchas ganas para superar la situación. Pero nosotros progresamos porque hacemos lo que nos mandan, venimos con la necesidad de progresar” afirma la entrevistada, haciendo referencia a la situación de sus “compatriotas paraguayos”.

Asimismo, Leonarda observa que en la actualidad hay un proceso de retorno de algunos migrantes paraguayos, mientras que otros llegan en reemplazo de los que se fueron.

Debido a la necesidad de los migrantes paraguayos de tramitar sus residencias, Leonarda está en constante relación con ellos dado que los ayuda a llevar adelante los trámites. “Hay paraguayos que vienen sin ninguna documentación, estoy trabajando en eso. Me llaman de la radio de Paraguay, allí salgo al aire y recalco que no pueden salir de Paraguay sin la documentación correspondiente como el Certificado Antecedentes y la Partida de Nacimiento que tienen que presentar al ingreso a la Argentina en migraciones. Sabemos que hay gestoras que les cobran y sale mucha plata hacer los trámites, tienen que pagar lo que no tienen, sumas muy elevadas por un trámite. Por eso es necesario inaugurar un consulado paraguayo para que no suceda esto” expone Leonarda preocupada por la situación de quienes llegan al Sur para mejorar su calidad de vida.

Para aventurarse en una nueva vida los migrantes paraguayos llegan a estas tierras en su mayoría solos. El padre de familia “viene a probar suerte” y una vez establecido viene la familia, muchas veces compuesta por más de seis integrantes. “Los paraguayos tenemos familias numerosas, lo mínimo son cuatro o seis hijos. No tantos en las familias de la ciudad, pero la gente del campo sigue siendo una familia numerosa. Acá viene muy poca gente desde Asunción, pero los que están viniendo ahora son del campo, de Ciudad del Este y Canindeyú (casi la frontera con Brasil y la Argentina). Los que vienen de ahí hablan portugués pero no guaraní, están muy mezclados” describe Gamarra con mucho acento paraguayo, se debe a su gran interés en mantener el contacto con sus orígenes y la práctica del idioma guaraní.

La percepción del retorno de migrantes paraguayos que realiza Leonarda proviene de la cantidad de consultas que recibe actualmente, las cuales varían entre una a seis por mes, en cambio hace cinco años atrás recibía entre 15 y 20 consultas mensuales. El interés de Leonarda por colaborar con los migrantes de su patria de origen no se agota en la espera de un llamado, sino que día a día se sube en el colectivo que recorre el Barrio Industrial en zona Sur y observa a los pasajeros tratando de encontrar ese acento paraguayo, alguna característica o simplemente un rostro desorientado.“Trato de estar todos los días en contacto con mis compatriotas, pero no me da tiempo para hacer todo lo necesario, lo que sí hago es acercarme a ellos en el colectivo y les doy mi teléfono para que me llamen” cuenta.

Los procesos de retorno en la comunidad paraguaya se dan mayormente por la decisión de la familia, “cuando el hombre pierde el trabajo, mayormente de la construcción” rememora Leonarda. En esos casos regresan al campo, “por ahí es más fácil vivir en el campo, no para progresar, cultivan la tierra, pero con eso solo tampoco se vive, ése es el problema” indica con gran pesar Gamarra, que en sus manos anida las destrezas de las mujeres paraguayas que trabajan la artesanía además de desempeñarse en el cultivo y el cuidado de sus hijos.

[caption id="attachment_519686" align="alignnone" width="696"] Representación de la presencia boliviana en la ciudad durante las celebraciones del Día del Inmigrante.[/caption]

Desde Bolivia y de vuelta a casa

Daniel Gil Quintanilla, agente consular del Estado Plurinacional de Bolivia en Comodoro Rivadavia en concordancia con Leonarda también manifestó que hoy no existe una gran cantidad de inmigrantes bolivianos. “Más bien están retornando, puede ser que sean por los problemas que está pasando la provincia a nivel educativo y la crisis. Además, a algunos el tipo de cambio no les está cayendo muy bien, son factores que determinan el retorno” indicó Gil Quinatanilla. En relación a la cantidad de población de origen boliviano en las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego definió que aunque no cuentan con datos empíricos, porque no tienen un padrón electoral, reconocen que el 19% de la población de las tres provincias pertenece a migrantes bolivianos. “Para nosotros es una dificultad tener un conteo porque las distancias son muy grandes, este año llegamos a lugares donde se encuentra la máxima población de bolivianos migrantes como es Puerto Madryn, Gaiman, Trelew, Santa Cruz. También visitamos Calafate, San Julián, Río Grande y Ushuaia, en septiembre vamos a ir a Río Gallegos” describió. Si bien no es un conteo uno a uno, desde el consulado exponen que son las ciudades donde mayor cantidad de migrantes bolivianos residen. “Para tener datos certeros pero no oficiales, nosotros nos basamos en datos del censo 2010, más datos de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco y migraciones, los que afirman que en las tres jurisdicciones hay aproximadamente 70.000 compatriotas” destaca Gil Quintanilla.

En la mayoría de los casos los migrantes de origen boliviano son residentes, esto quiere decir que no participan de las elecciones nacionales ni provinciales en la Argentina, solamente lo hacen a nivel municipal, pero representan un gran grupo electoral para la el gobierno bolivariano, es por ello que desde el consulado local de Bolivia insisten en realizar un padrón local. Sin embargo hay un pequeño universo que desea llevar a adelante el trámite de nacionalización, que implica jurar a la bandera argentina y recibir la carta de ciudadanía para pertenecer al pueblo argentino, estos son los estudiantes universitarios y los dueños de comercios. “Son muy pocos los compatriotas que realizan el trámite, la primera razón es porque lo tienen que hacer en el país de origen. Por las distancias les queda muy lejos ir hasta Bolivia a hacer el trámite, de ahí retornar y entregarlo. Generalmente están en Bolivia y en la Argentina constantemente. Pero también hay compatriotas bolivianos que están inscriptos en la AFIP y tienen un negocio estable. Cuando ya tienen un comercio, entonces prefieren hacer la nacionalidad, porque los requisitos del municipio son otros. Lo mismo que pasa con niños argentinos de padres bolivianos que entran a la universidad, para facilitar sus trámites de estudio, cuando ya son profesionales, le facilita mucho tener la carta de ciudadanía y es un agradecimiento al estado argentino que les ha ayudado a ser profesionales y a tener sus estudios. Qué mejor que ser argentino y aportar con sus estudios”, revela el agente consulta del estado Plurinacional de Bolivia.

[caption id="attachment_519691" align="alignnone" width="696"] Radicaciones Permanentes y Temporarias Resueltas. Fuente: Dirección Nacional
de Migraciones (DNM)[/caption]

Durante la entrevista con Gil Quintanilla Dom consultó si se observa que los migrantes de origen boliviano han logrado mejorar su calidad de vida, a lo que el cónsul manifestó que sí. “Lógicamente tenemos compatriotas que han mejorado su calidad de vida, por eso estamos muy agradecidos con la Argentina, tuvieron la oportunidad que en su tiempo en mi país no tuvieron y bueno han trabajado por ello. En los últimos viajes que hicimos me sorprendió que muchos compatriotas ya han dejado de ser albañiles de la construcción, ahora se han vuelto empresarios ya tienen sus empresas, trabajan y contribuyen con la localidad, trabajan con las intendencias y tienen un nivel económico distinto al momento de su llegada. Antes se creía que solo el boliviano trabajaba y todo el dinerito (iba) a Bolivia. No, ahora es lo contrario, apuestan por la Argentina, construyen y dan trabajo eso es lo que dignifica, el trabajo” aseveró el cónsul.


En las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego los migrantes de origen bolivianos se desempeñan en ámbitos como comercio y en la construcción con maquinarias pesadas a nivel gerencial, en algunos casos. También se desempeñan en la hotelería (en El Calafate, Santa Cruz) y como taxistas para lo cual indica Gil Quintanilla que “tienen que estar inscriptos y tener sus aportes a la Argentina, con las declaraciones juradas de la AFIP, presentar facturas... por eso muchos están en orden con sus papeles”. Las provincias del sur de la Patagonia reciben migrantes de las ciudades del lado valle de Bolivia, entre el 80% y 85% provienen de Cochabamba y el 15% restante se distribuye entre ciudades como Potosí, Chuquisaca, Arija, como de localidades aledañas que son muy pequeñas, señaló Gil.

El proceso del regreso que hoy viven los migrantes de origen boliviano se da en las primeras generaciones de descendientes de migrantes, son los hijos de quienes llegaron hace dos décadas o menos. Regresan porque la situación en Bolivia es mejor que la que vivieron sus padres, actualmente los índices de desempleo han bajado. “Se ve una tendencia de repatriar a nuestros compatriotas que están en el exterior, para que puedan retornar a la Patria y evidentemente hemos crecido, nuestro PIB muestra eso”, indica el Agente Consular Gil mientras exhibe los datos que recibe cotidianamente en la oficina local ubicada en la calle Italia. Los datos muestran que la tasa de desempleo en Bolivia se redujo de 8,1% en 2005 a 4,5% en 2017, lo que deja al país con el porcentaje más bajo de desempleados en América Latina, según fuentes del Ministerio de Economía. Una vez el movimiento de los ciudadanos del mundo da muestras que las fronteras solo son políticas, pero los hombres y mujeres del mundo, llevan en su ADN la necesidad de migrar y protegerse de las adversidades de las épocas y sus respectivos contextos.

[caption id="attachment_519699" align="alignnone" width="696"] La Dra. Sonia Ivanoff junto a Leonarda Ramírez de Gamarra proyectando actividades para incluir con el idioma guaraní.[/caption]

“Adiós y bienvenidos” dice la tierra patagónica

En la ciudad distintos profesionales y docentes universitarios trabajan y estudian los procesos migratorios, como la Dra. Brígida Baeza y la Dra. Soñia Ivanoff junto a la Cátedra de Pueblos Originarios dependiente de la Secretaría de Extensión Universitaria. También hay comunicadores, sociólogos y politólogos que se interesan por el tema. Gracias a estas miradas analíticas es posible reconocer la situación de diversos migrantes que van y vienen, pero al mismo tiempo los que están llegando. La Dra. Soñia Ivanoff reconoce que existen corrientes migratoras que son históricas como el colectivo paraguayo. “Imaginate que el primer inmigrante paraguayo es Salinas de 1922, o tal vez antes, su relato se encuentra en el libro de los 100 años de Comodoro Rivadavia. La retroalimentación de las cadenas migratorias limítrofes continúan en proceso, hoy desde la Cátedra estamos trabajando las corrientes afro como las cubanas, más allá de las dominicanas en avanzada, los afro en general están siendo migrantes muy fuertes en la ciudad. Estos serían como los migrantes del SXXI, porque los afros de principios de SXX, fines del SXIX, vinieron como esclavos” expresa la abogada con un gran conocimiento de campo sobre el tema.


 

 

 

 

Además invita a observar cómo algunas estéticas afro hoy forman parte de la vida cotidiana comodorense, como los peinados con muchas trenzas. “La gran cantidad de mujeres colombianas que trabajan en los servicios de la estética como también los hombres que hoy tienen barberías, eso se destaca en los trenzados bien afros de chicas y mujeres que asisten a estos centros, las barberías dominicanas son otra muestra. Creo que eso es para ponderar, muestra el valor de la tolerancia, nosotros estamos trabajando a raíz de que había una intolerancia racial respecto a eso” manifiesta la Dra. Ivanoff haciendo referencia a un trabajo que realizaron en 2015 junto al Instituto Nacional Contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) titulado “Mapa Nacional de la Discriminación en Chubut”.

[caption id="attachment_519702" align="alignnone" width="696"] Leonarda Ramírez de Gamarra, de origen paraguaya e impulsora del Consulado Paraguayo en la región.[/caption]

En este estudio se llevaron a cabo cuatrocientas encuestas relevadas en Chubut que permitieron a los investigadores contar con información suficiente para realizar una lectura esclarecedora sobre percepciones y representaciones de la problemática por parte de los encuestados. El estudio concluyó que la sociedad chubutense continúa imponiendo –más o menos silenciosamente- modelos de negación, desprecio y rechazo, también identificó nuevas problemáticas (grupos o espacios sociales) vinculadas a la discriminación y determinó cuáles son los planos en los que es necesario trabajar con estrategias más refinadas y efectivas de visibilización y apropiación de derechos básicos por parte de la ciudadanía, con el fin de generar practicas inclusivas.

El estudio deja en claro, que el fenómeno de la discriminación en Chubut, se identifica con la discriminación hacia los migrantes, y en particular las corrientes migratorias latinoamericanas, que adquieren características particulares y distintivas. En las encuestas realizadas el Mapa de la Discriminación expone que “existe una prevalencia de miradas que sitúan al migrante en el lugar del ‘otro’ transgresor y peligroso, lo que deriva en estigmatización y limitación en el acceso a derechos”.

En su texto el estudio hace referencia a la importancia de relación entre las prácticas sociales discriminatorias y su contexto, haciendo hincapié en “la importancia de que la discriminación es una construcción histórica que se desarrolla en los procesos de construcción de la identidad y normalización de miradas, actos e individualizaciones respondiendo a múltiples causas como políticas, sociales, económicas y culturales”. Los datos que se destacan son que más de un tercio de las personas encuestadas, el 36% considera que “la Argentina debería limitar el ingreso de migrantes; siguiendo esta línea, se observa que un 42% considera que los trabajadores argentinos ven reducidas sus posibilidades de acceder a empleos por la competencia de los migrantes”. Otro de los datos sobresalientes es el nivel de discriminación frente a los migrantes chilenos son de un 36%, mientras que en el caso de los paraguayos y los bolivianos rondan el 17% de las respuestas. Aunque muchos comodorenses por ejemplo, son descendientes de migrantes chilenos que se ubicaron en distintos puntos de la ciudad petrolera como de la provincia.

El Mapa de la Discriminación se encuentra a disposición en la página del INADI (ww.inadi.gob.ar), sus gráficos permiten observar claramente los datos recabados y analizar las prácticas intrínsecas que aparecen en los espacios sociales de los chubutenses. Uno de los gráficos muestra que 77 de cada 100 chubutenses perciben que se discrimina mucho o bastante a las y los migrantes de países limítrofes a nivel nacional, porcentaje que asciende al 81% entre aquellos que tuvieron algún tipo de experiencia de discriminación.

Por su parte, el 71% de los migrantes o hijos de migrantes afirman haber experimentado situaciones de discriminación, respuestas que se ubican levemente por encima de la media provincial. Al desagregar las experiencias de discriminación, se observa que las/os migrantes sufrieron discriminación en primera persona en un 44%, y que presenciaron situaciones de discriminación hacia terceros en un 47%. Y lamentablemente uno de los datos que ubica a Chubut superando la media nacional es la discriminación dado que según este estudio La experiencia de discriminación es de un 70% de los encuestados, porcentaje que supera en un 5% la media nacional. En relación a las situaciones de discriminación, los datos muestran la prevalencia de la condición migrante como el principal tipo de discriminación experimentado 40%, seguido por el nivel socioeconómico, el aspecto físico, el color de piel y la obesidad/sobrepeso. Estos cinco tipos de discriminación fueron experimentados principalmente en el ámbito laboral y en el ámbito educativo, indica el informe.

Reconocer los datos que emite este relevamiento nacional propone en primer lugar, analizar las prácticas cotidianas que realizan los chubutenses, para pensar en cómo mejorar la situación y en segundo lugar reconocer que día a día la impresión europea que formó parte del desarrollo social y económico de la región se desdibuja, para mostrar que los cimientos continúan siendo locales y tal vez cada vez más cercanos a las raíces latinas. Aunque prevalezca el reconocimiento de unos, el desarrollo y la mano de obra proviene del aporte de todos, como también del control sobre los espacios laborales donde los migrantes “de moda” son explotados y mal pagos. Las grandes quejas sobre la situación laboral no solo la padecen los migrantes, sino también los argentinos nacidos y criados, no se deben a una descendencia sino simplemente a un Estado ausente que mira para otro lado y mantiene el trabajo en negro permitiéndose generar un mercado paralelo de circulación de dinero y estigmas para los que ocupan el último lugar de la cadena laboral. “Reconocer las especificidades del informe permite acceder a la realidad provincial respecto de la problemática discriminatoria e impulsar y promover su incorporación a la agenda institucional y política de los diferentes organismos de Chubut comprometidos con la lucha antidiscriminatoria” expresa el informe pero además debería formar parte de la agenda pública con el fin de producir ámbitos de aceptación.

 

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