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Un video revela maltratos en un entrenamiento de la Policía

miércoles 20 de junio de 2018
Un video revela maltratos en un entrenamiento de la Policía

Un video grabado en el transcurso del año 2017, durante el último día del Curso Sección Canes, revela una serie de fuertes maltratos a los que son sometidos un grupo de policías pampeanos, entre ellos dos mujeres. En la filmación, al final de un ejercicio, les arrojan gas pimienta vomitivo. “Me voy a la mierda”, dice, resignada y presa del llanto, una mujer policía.



La práctica en cuestión estuvo a cargo del comisario Walter Javier Schmid. En ese momento, la Fuerza tenía como máximo responsable al exministro Juan Carlos Tierno, aunque las quejas también apuntan al actual jefe, Roberto Ayala. “El video llegó a la Jefatura y a la Fiscalía de Investigaciones Administrativas, pero nadie hizo nada”, destacó una fuente que habló con este diario.

La filmación registra un entrenamiento en una zona de médanos ubicada entre Santa Rosa y Toay. Allí se puede ver con claridad cuando el comisario Schmid, en medio de un ejercicio de “cuerpo a tierra”, esgrime su arma reglamentaria 9 milímetros y realiza varios disparos contra el piso.



 

Acto seguido, alguien arroja hacia los uniformados gas pimienta vomitivo. El efecto es inmediato, y conmovedor. Los policías que participan intentan socorrerse entre ellos mismos. Y se alejan, como pueden, entre tropiezos, de la zona afectada por la “bomba de humo”.



 

Las más afectadas por las consecuencias del gas pimienta vomitivo son dos mujeres policías. “Lo peor ya pasó, lo peor ya pasó”, las alienta en un par de oportunidades la persona que filma el video.
“Me voy a la mierda”, dice -resignada y presa de un fuerte llanto- una de ellas. “No, ya está, ya está”, intenta convencerla la misma persona.

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Escándalo

El comisario Schmid quedó en el centro de todas las miradas en el mes de marzo de este año, cuando estalló un escándalo dentro de la dependencia a su cargo. El domingo 11, la Justicia concretó un allanamiento -dentro de la mismísima Escuela de Policía- donde secuestró varios elementos que habrían sido robados de la obra pública mediante la cual se construye el nuevo hospital de alta complejidad en la capital pampeana.

El desencadenante de ese hecho casi insólito fue el caso del cabo de la Seccional Segunda detenido una semana antes, José Carlos Reinhard, quien firmó un acuerdo de juicio abreviado tras haber admitido el delito de “peculado”.

Reinhard sustrajo cajas de pisos cerámicos y otros elementos que estaban bajo su custodia mientras cumplía adicionales en una obra en el Hospital “Dr. Lucio Molas”. Durante el allanamiento en la Sección Canes, se secuestraron varios elementos que habrían sido sustraídos también de ese mismo lugar: cerámicos, reflectores y maderas.

Unos meses después volvió a ser noticia. Otra práctica policial descontrolada obligó a suspender las clases en el Instituto de Formación Docente que funciona en el edificio del colegio Manuel Belgrano.

Ocurrió cuando un grupo de policías -también de la Sección Canes- hizo una fogata en el patio de la Escuela de Policía, el humo se fue hacia el colegio e irritó los ojos de las personas que estaban allí.

La Policía negó que pudiera tratarse de un escape de gas lacrimógeno o gas pimienta, como se dijo. Aunque quedó la duda.

Un gravísimo antecedente

Durante los primeros días del mes de febrero de este año, la muerte del cadete Emanuel Garay (18) puso en evidencia las brutales prácticas que se realizaban en el examen físico para ingresar a la Escuela de Policía de La Rioja.
Los ejercicios se iniciaban a primera hora del día, entre las 5 y las 6, y se extendían hasta pasado el mediodía, cuando la temperatura rondaba los 40 grados.



“Nos tiraron al suelo, nos hicieron trotar y no nos dieron agua, lo primordial para el cuerpo humano. Empezábamos a las 7:30 de la mañana y seguíamos hasta la 13”, recordó Jorge, uno de los cinco aspirantes que terminaron internados.

Muchos de los cadetes recurrieron a lo impensado para sobrevivir: tomaron agua de una pileta abandonada y hasta de los inodoros de los baños.
“Había una pileta con agua podrida y sapos. Cuando trotábamos pasábamos por ahí. Y nosotros tuvimos que tomar agua de ahí para sobrevivir”, agregó Jorge.

Según se reconstruyó luego, los instructores los hacían correr con 40 grados de calor y realizar ejercicios sobre una cancha de básquet conocida como “La Sartén”, donde muchos sufrieron quemaduras.

“El piso estaba tan caliente que no se aguantaba, te quemabas entera. Yo me quemé los pechos y la cara”, reveló una joven aspirante. También contó que fue en ese lugar donde vio que Garay se descompensó y cayó al piso.
“El instructor decía: ‘Si se tiene que morir, que se muera, que lo dejen ahí’. Pasaron como quince o veinte minutos, vienen dos cadetes, lo agarran a Emanuel y lo ponen a un costado como si fuese un animal”, recordó.
Agregó que luego observó como Garay comenzó a “convulsionar” por lo que apareció una enfermera que le tiró agua. “El instructor que estaba ahí pensaba que se hacía el desmayado”, lamentó. “Cuando él (Emanuel Garay) cae, a nosotros nos hacen tirar al piso y que nadie vea”, amplió Jorge.
Emanuel Garay murió tras cinco días de agonía y la autopsia determinó que falleció por un cuadro de “deshidratación aguda grave e insuficiencia renal”.

Ejército Argentino La Pampa

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