Un reconocido maestro de artes marciales murió aplastado por su auto

El accidente se produjo poco después de las 7.00 de ayer sobre la Ruta 3 a la altura del kilómetro 1673, justo en el lugar donde se había cortado la ruta durante el temporal del año pasado, sitio donde ahora hay un puente nuevo. Por ese tramo transitaba con rumbo al norte y proveniente de Río Gallegos, un hombre a bordo de su VW Gol dominio AA-830-EM.

Por causas aún no determinadas, el conductor, que fue luego identificado como Juan Carlos Marcucci (70), perdió el control del vehículo y dio contra el guardarail lo que provocó el vuelco y que el auto se desplazara hasta la pendiente que termina en una alcantarilla a unos seis metros más abajo.

El conductor salió despedido, lo que indica que viajaba sin el cinturón de seguridad y fue aplastado por el auto en una de las vueltas. El cuerpo del hombre quedó tendido en el lugar y fueron otros automovilistas quienes informaron del accidente a los policías apostados en Garayalde. Momentos después llegaron los efectivos policiales con el oficial principal Escobar a la cabeza, para comenzar con las primeras diligencias. A simple vista no se observaban frenadas en el pavimento, por lo que algunos de los presentes especulaban que podría haberse quedado dormido y perder el control del vehículo.

Anoticiados del hecho, llegó una ambulancia del Puesto sanitario de Garayalde y personal de Defensa Civil de esta ciudad. Conocido el hecho, que fue informado al Ministerio Público Fiscal, se dispuso el traslado del cuerpo a la Morgue Judicial de esta ciudad, donde sería sometido a una autopsia.

Reconocido maestro de Taekwondo

A media mañana de ayer, la policía intentaba comunicarse con los familiares de Marcucci, en Río Gallegos para darles la infausta noticia. Si bien por el momento se desconoce el lugar hacia donde se dirigía el hombre, se supo que Juan Carlos Marcucci era un reconocido maestro de artes marciales ya que la Federación Argentina de Taekwondo lo reconoce como Sabonim 6to Dan.

En el auto destrozado quedó su cinturón negro y varios otros cinturones de colores, en bolsitas, listos para ser entregados, seguramente, a sus alumnos.