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“Esa noche no dormimos, teníamos miedo, creímos que podíamos morir”

jueves 29 de marzo de 2018
“Esa noche no dormimos, teníamos miedo, creímos que podíamos morir”
Una familia de barrio Pueyrredón aún sufre las consecuencias del temporal en su vivienda y ve afectada su vida diaria al verse complicadas sus fuentes de ingresos.


La Avenida Chile fue una de las arterias de la zona sur que sufrió la inundación, dado que colapsó la red cloacal produciendo grandes pérdidas en viviendas, comercios y hasta el día de hoy dos escuelas se encuentran inhabilitadas.

En intersección con calle Barceló se encuentra la propiedad de Lina Ester Sid quien reside allí con toda su familia. Hasta la fecha ya han sufrido más de seis inundaciones, sin embargo, el temporal de 2017 fue el más crítico, llegando a tener 1.70 mts. de agua dentro de la vivienda.

En el mismo terreno se encuentra la vivienda de Lina, de su hija Viviana Soto quien vive con su marido Richard Hernández, y a su vez residen los dos hijos de Viviana con sus parejas. Todos ellos sufrieron las consecuencias de esta tormenta, viendo afectadas sus vidas cotidianas: perdieron muebles, electrodomésticos, elementos de trabajo y se deterioró de forma considerable la estructura edilicia.

Sobre ese 29 de marzo, la familia recuerda: “estamos acostumbrados a las inundaciones así que pusimos la compuerta y en la primera no pasó el agua, ahí se fueron los inquilinos espantados. Cuando pasaron los días, en la segunda lluvia grande ahí sí empezó a entrar y alcanzamos a subir al piso de arriba algunas cosas. Se vino de golpe, fue una cosa impresionante. Después a la noche se vino con todo, no dormimos porque teníamos miedo, nunca habíamos sentido miedo porque nosotros ya habíamos vivido otras inundaciones pero nunca como esta. Cuando veíamos el nivel del agua donde estaba pensábamos que nos íbamos a morir”.

Consecuencias del temporal

Las paredes de la planta baja todavía conservan los rastros del último temporal. Muebles, electrodomésticos y otros elementos esperan en un patio para ser restaurados. Las válvulas de retorno en el sistema cloacal nunca fue reparada por la SCPL, y cada tanto vuelve a colapsar.

Viviana es enfermera, tiene diabetes y es paciente de riesgo, por el momento no consigue trabajo, su marido Richard es herrero y trabaja en negro. Su ingreso de dinero era un departamento que tenía en alquiler en la planta alta de la vivienda, pero luego de la tormenta los inquilinos se fueron. Otro de los ingresos familiares era el alquiler del playón donde funciona la agencia de remises 30 de Octubre, sin embargo el 31 de marzo culmina el contrato y al no poder hacerse cargo de las reparaciones que se requieren, la agencia de remis cerrará. Sus hijos perdieron sus elementos de trabajo que de a poco debieron recuperar y Lucía, una de las nueras de Viviana, recuerda que en los días del temporal perdió un trabajo por la dificultad de salir de su casa, ya que tenía el agua hasta la cintura.

Falta de ayuda 

La familia conserva la documentación que les solicitaron en la secretaría de Desarrollo Humano. “Fue una tomada de pelo” expresa Viviana y lamenta haber gastado dinero en la impresión de fotografías y el tiempo que le demandó la presentación de toda la documentación, ya que luego de varios trámites no recibieron ninguna ayuda. Entre todos limpiaron sus viviendas y veredas, y consiguieron donaciones para reemplazar aquellos elementos que se perdieron.

Consiguieron la exención del impuesto inmobiliario a partir del 22 de mayo por el lapso de un año, aunque el resto de los servicios los siguen pagando; “acá seguimos pagando todos los servicios, no tenemos ningún beneficio, como si no hubiera pasado nada”.

Lo que piden que se realice, en cuanto a obra pública, es el sistema cloacal y que se construya un canal a cielo abierto en las avenidas Chile y Roca, para evitar grandes inundaciones en próximas lluvias.


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